SD Eibar

César Palacios: «Debemos ir todos a una porque este equipo se lo merece»

– ¿Coincide con Joseba Etxeberria en que el equipo ahora es mejor?

– Eso lo veremos cuando acabe la temporada, pero siempre intentamos luchar por ser mejores, después de las reflexiones de cada momento, porque no es lo mismo armar el bloque en verano que ahora que ya estamos inmersos en la segunda vuelta. Estamos satisfechos por apuntalar algunas líneas que creíamos que debíamos fortalecer.

– El mercado invernal no ha resultado muy fructífero en sus dos años anteriores. ¿Cree que esta vez ha dado en el clavo?

– Yo creo que sí han sido fructíferos, pero la situación en cada momento varía. Hemos creído que podíamos mejorar manteniendo nuestra base, porque no es nada fácil lograr un bloque tan solido y competitivo como el que lleva tres años consecutivos siendo un sólido candidato al ascenso.

– Los refuerzos invernales han sido dos partos difíciles, en especial el de Peru Nolaskoain, una aspiración que no se pudo concretar en verano.

– Desde que estuvo en la pasada temporada siempre ha transmitido sus ganas de ser armero y así lo hemos sentido. Es un jugador que encaja perfectamente en lo que consideramos un perfil de jugador del Eibar, un jugador de la tierra, con ambición, con ganas y con mucho recorrido por delante. Lo intentamos en verano, pero es ahora cuando se han dado todas las circunstancias para que venga, aunque no han sido nada fáciles. Todos hemos puesto de nuestra parte, principalmente él.

– Sergio León, en cambio, ha sido una improvisación fruto de la oportunidad, ¿no?

– Es cierto que Sergio no estaba inicialmente incluido en la agenda, porque había fichado por el Elche en verano. El resto de las opciones que valorábamos no eran sencillas y cuando Sergio se puso en el mercado pudimos lanzarnos por él. Es un jugador experimentado, muy listo en el área, que nos puede dar unas características que queríamos mejorar, y su estreno no pudo ser mejor.

– Habiendo dos delanteros que apenas jugaban, se antoja un mensaje desalentador para ellos.

– No lo creo, porque nuestra fortaleza es el grupo y esa competencia añadida nos dará aún más fuerza. El verdadero tesoro de este equipo es que todos, especialmente los que no juegan, comparten el mismo objetivo y todos están implicados al máximo. La exigencia es tremenda, esta división es muy larga y todos van a tener que aportar. El esfuerzo, la competitividad que demuestran en cada entrenamiento es una de nuestras grandes virtudes y si estamos ahí en gran medida es por ellos, porque para que la exigencia de los que juegan no decaiga los demás tienen que apretar muy fuerte. Estoy muy agradecido a ese esfuerzo por aportar, aunque en el campo no se vea o se vea menos. Nos da mucha confianza para saber que vamos a competir al máximo.

– Al margen de la calidad y el poso que puedan a aportar los recién fichados, destaca la ilusión que han generado en la afición. ¿También en el vestuario?

– No hacemos las incorporaciones por la motivación que puedan generar, sino porque pensamos que mejoran lo que ya teníamos. Sin ellos también hemos estado arriba, por lo que es necesario valorar también lo que han hecho los que se han ido, ya sea porque alguno lo sentía así o porque entendíamos que era bueno para ellos. Lo importante es que nuestra ambición es máxima, como lo ha sido en los dos años en los que se nos ha escapado el objetivo. No hay muchos equipos que hayan estado en la pelea durante tres años seguidos. Tenemos que ilusionarnos por lo que somos y por lo que queremos ser y que Ipurua sienta que vamos con todo. Cada partido es una final y quedan muchas. El aliento de nuestros aficionados va a ser fundamental.

– Qasmi tiene la excusa de la lesión que cortó su alentador estreno. ¿Cuál es la de Simic?

– Es que la competencia es máxima. Aunque su esfuerzo no tiene reflejo con minutos en el campo, ambos han sido básicos en el día a día. Han transmitido fuerza, ilusión, ánimo al equipo y exigencia. Esa es nuestra base.

– Pero es que sólo 13 efectivos han superado los 1.000 minutos y algunos como Arbilla, Tejero y Matheus acumulan una gran carga en sus piernas.

– La temporada es muy larga y hay que recordar que empezamos el curso tras recibir otro durísimo golpe y con un entrenador nuevo. Hace falta una estabilidad y un once para lograr el equilibrio que nos permitió avanzar después de un inicio complicado. Ahora en la segunda vuelta la implicación de todos será aún más necesaria.

– Para situaciones enquistadas está la de Quique González, que cumple su quinto y último año de contrato jugando entre poco y nada. ¿No ha habido forma de hallar una solución como se ha conseguido con Yanis?

– Al final son dos partes. Quique ha estado cinco temporadas y no se le puede reprochar nada porque siempre se ha esforzado al máximo por jugar. Todo el que está en la sombra merece todo mi respeto, porque yo he sido jugador y sé lo mucho que hay que sacrificarse y lo duro que es asumir que no vas a tener las oportunidades que otros sí tienen.

– Se supone que este es el último de los tres años del plan de acción diseñado por el club para subir. Es una gran presión añadida.

– Estamos en febrero y vamos a seguir compitiendo. Estamos trabajando con mucha ambición, pese a que tenemos unas características económicas diferentes respecto al primer año cuando se bajó. El club ha seguido y seguirá siendo competitivo. Vamos segundos, peleando por tercer año consecutivo por subir, y hay que estar ilusionados por ascender, no pensando en qué pasará si no lo conseguimos.

– Se ha añadido competencia a la delantera y se ha buscado remedio para las grietas de la medular. ¿Bastará para cubrir los agujeros de la zaga sin haber reforzado esa zona?

– Nos hemos centrado en fortalecer las bases del estilo de juego de Etxeberria, valiente y eminentemente ofensivo. Le gusta que su equipo sea dominador y eso genera unos riesgos que a veces nos han perjudicado. Es una cuestión de ir cuidando más los detalles, de ir mejorando en todas las facetas, pero no se nos ha quedado nada en el tintero.

– Toda la fuerza va a ser necesaria para afrontar los duelos seguidos ante candidatos tan serios como Elche, Espanyol y Leganés.

– Y luego llegarán otros rivales. Hay que centrarse en cada partido, que aún siendo un tópico es la realidad. Ahora nos toca centrarnos en el Zaragoza y después en el siguiente, teniendo tranquilidad para afrontar cada final. Hay que tener una gran estabilidad emocional para soportar la presión y hay que confiar en el esfuerzo que se hace día a día, que nos ha llevado a estar donde estamos. Nuestra fuerza mental es de alabar y eso se refleja en el campo. Tenemos que ir todos a una porque el equipo se lo merece.

– El equipo masculino no es el único bien encaminado, puesto que el cuadro femenino está dando pasos en firme hacia la permanencia y el filial va embalado hacia el ascenso. 2024 puede ser el gran año del Eibar.

– Estamos en un momento muy positivo en el que debemos mantener la calma. Hemos renovado a Yerai Martín porque está haciendo las cosas bien en el conjunto femenino, donde ha creado un bloque muy sólido. El filial también está haciendo una grandísima temporada y parece que va a conseguir el premio que lleva años mereciendo. Esto nos tiene que llenar de satisfacción. Hay muchos mimbres en el filial, con varios jugadores que han debutado con el primer equipo y que estén llamando a esa puerta supone una exigencia más para los jugadores que dirige Etxeberria. Hay un gran trabajo y una gran dedicación detrás de todo esto.

– Hace muchas semanas que no hay novedades respecto a la Ciudad Deportiva, la piedra angular del proyecto de futuro. ¿Qué puede avanzar sobre eso?

– Las obras están avanzando y estamos muy ilusionados por tener la 'casa de todos' como yo le llamo. Un lugar en el que nos podamos juntar todos los equipos, porque como siempre decimos, ahora estamos todos desperdigados, lo que da más mérito aún al trabajo que se hace. El sueño de todos está cada vez más cerca y esperemos que para 2025 lo veamos hecho realidad. Ha costado mucho, pero ese corazón que va a palpitar en la Ciudad Deportiva nos va a hacer mucho más fuertes.