Acelerón de confianza en Ipurua
La vena anotadora de Bautista desatascó un complicado duelo ante el Alcorcón que Corpas sentenció en el minuto 90 transformando un penalti forzado por Konrad
La tensión que sobrevoló Ipurua durante los más de 100 minutos que duró la batalla vivida ante el Alcorcón acabó transformándose en un grito de ... esperanza reforzada tras consumarse una nueva victoria que acelera la marcha del Eibar hacia la pancarta de meta.
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Sufriendo, como casi siempre, ante un rival que le buscó las cosquillas desde el principio hasta el final, la escuadra azulgrana volvió ser bendecida por el estado de gracia que atraviesa Jon Bautista, que una vez más ejerció de gran talismán para desatascar el choque cuando el cronómetro había rebasado ya el tiempo reglamentario de la primera mitad.
SD Eibar
Luca, Tejero (Sergio Álvarez, m. 73), Berrocal, Arbilla, Cristian, Nolaskoain, Matheus, Aketxe (Konrad, m. 67), Mario Soriano (Unai Vencedor, m. 83), Stoichkov (Corpas, m. 73) y Bautista. (Sergio León, m. 83)
2
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0
Alcorcón
Jesús Ruiz, Iago López, Castro, Rival, Morillas (Babín, m. 34), Víctor (Marciano, m. 78), Javi Pérez, Mosquera, Juanma (Addai, m..62), Vico (Callís, m. 62) y Chiqui (Dyego, m. 78).
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Goles: 1-0, m.45+ 2. Jon Bautista. 2-0, m. 89: Corpas de penalti.
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Árbitro: José Luis Guzmán del Comité Andaluz. Expulsó por doble amonestación a Iago López (ms.45 y 54) Amonestó a Víctor (m.41), Chiki (m.54), Javi Pérez (m.65) y Tejero (m.71).
Sin embargo, la agonía de un segundo acto aún más angustioso si cabe que el primero, no cesó hasta que en el minuto 90 Corpas acabó con la esperanza de los alfareros al transformar un penalti más que riguroso que Konrad forzó en su pugna con Castro en el interior del área.
Decapitado el fantasma de sufrir otro 'Alcorconazo' ante una afición entregada a la causa, el equipo de Joseba Etxeberria rearma al máximo sus aspiraciones, recuperando una segunda plaza que ahora solo debe compartir con el Valladolid tras dejar atrás a un Espanyol que no pasó del empate en casa (1-1) ante el Andorra, y ya mira de forma amenazadora a los ojos de un Leganés que se queda a solo dos puntos después de enlazar en Tenerife su cuarto empate consecutivo en el último mes de competición.
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No fue, ni mucho menos, un partido para enmarcar, pero sí sirvió para comprobar que el Eibar ha logrado solidificar unos cimientos que hasta ahora cedían ante el más mínimo empujón. De hecho, respondió con un extenso abanico de acciones ofensivas a un aviso inicial de Fede Vico que Luca Zidane contuvo con firmeza, y mantuvo el pie sobre el acelerador hasta que Tejero botó al área una falta que él mismo había forzado y Bautista le dio el giro adecuado a su cabeza para ajustar su remate al palo largo, lejos del alcance del meta alfarero.
El de Errenteria, que venía de rubricar el doblete del trascendental triunfo conquistado en la capital andorrana, sigue insaciable, disfrutando al máximo del mejor momento de su carrera profesional. Y es que tras anotar el octavo, el ariete guipuzcoano acumula ya 15 dianas que le tienen situado en la tercera plaza en la lista de máximos artilleros de la categoría, compensando de manera muy eficiente la sequía anotadora de un Stoichkov que lleva ya una docena de jornadas sin ver portería, más que nunca en su profílica trayectoria como armero.
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Como gatos panza arriba
Quien se las prometiera muy felices de cara a la segunda parte olvidaron que los azulgranas solo habían ganado dos partidos en toda la campaña con solo un gol marcado en Ipurua. Y eso también lo sabían los de Medhi Nafti, que urgidos por la necesidad de poner tierra de por medio sobre el descenso, se lanzaron a tumba abierta hacia la portería armera para tratar al menos de rescatar un punto que les diera oxígeno.
Los madrileños no perdieron ni la esperanza ni su fuerza pese a que a los seis minutos de la reanudación se quedaron en inferioridad numérica tras la expulsión de Iago López, que vio la segunda amarilla por un violento pisotón a Mario Soriano.
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Aún más enrabietados, los amarillos lograron encerrar a los azulgranas en su propia guarida, donde aguantaron unidos las embestidas de un animal herido que que se propuso morir matando.
Una lucha sin cuartel que llevó a los dos entrenadores a tirar de todo lo que tenían en su banquillo, unos para proteger el tesoro que tenían en sus manos, y los otros por llevarse parte del botín ante lo apretada que está la clasificación tanto por arriba, como por abajo.
Pero esta vez no hubo que lamentar ningún fallo de los que tanto han penalizado al Eibar durante toda la campaña. Todos a una, defendiendo como gatos panza arriba, los armeros echaron el cerrojo a su portería y a la mínima que vieron camino para llegar a la de su rival, Konrad fue capaz de adentrarse en el área y forzar el penalti que el árbitro le señaló a Castro por derribar al estadounidense.
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La responsabilidad de llevar la tranquilidad a la grada la asumió Corpas, que transformó su tercer lanzamiento desde los once metros en este curso, exhibiendo una efectividad total.
Superado el trago ante el Alcorcón, ahora toca centrar la mirada en la visita del domingo (21.00 horas) al Albacete.
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