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«En mi casa ahora mismo no se puede vivir»
La mayoría de vecinos del número 28 de la calle 31 de Agosto ya ha vuelto a sus hogares, pero varios tendrán que esperar por los graves daños y el fuerte olor que «no deja dormir»
La mayoría de los vecinos del número 28 de la calle 31 de Agosto de la Parte Vieja de San Sebastián ya están en sus ... hogares tras el incendio desatado en dos tiempos entre el domingo y el lunes en el bar Senra. Pero no todos. Hay quienes, pese a tener autorización, deberán esperar unos días más. «Nos dejan volver, pero no queremos porque mi casa ahora mismo está inhabitable. El olor a quemado es todavía muy fuerte», relata una vecina del tercer piso.
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A ella la vivienda le da a la 31 de Agosto, la zona menos perjudicada. «Hemos estado con el perito del seguro y ella misma ha comprobado que basta con estar unos pocos minutos en la casa para empezar a sentir picor en la garganta y los ojos», añade. Su sensación sigue siendo de inseguridad. «El susto lo tenemos aún metido en el cuerpo porque creemos que vivimos con el peligro debajo de nuestra cama», reconocía a este periódico.
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Peor parada ha salido la familia que reside en el 1ºA, cuya ilusión ahora es «poder pasar las navidades en casa». Lo cuenta Manuel Yarza, primo de la propietaria. «Cuando ocurrió el incendio ellos no estaban en casa y los bomberos tuvieron que tirar la puerta de la entrada para poder acceder al inmueble y comprobar que las llamas no habían atravesado las paredes», explica este hombre, vecino a su vez del 2ºB.
Después de tres días sin puerta, «ahora estamos poniéndole un panel y una cerradura provisional para que no entre nadie», dice acompañado del carpintero que está llevando a cabo los trabajos de reconstrucción. El 1ºA, cuyos propietarios se encuentran hospedados en una pensión, tiene la madera del suelo ondulada «porque los bomberos echaron agua con las mangueras desde la calle y entró en casa al tener mi prima algunas ventanas semiabiertas», continúa Yarza. «Si va a más cuando se seque del todo, tendremos que cambiar el suelo entero», subraya el trabajador, quien asegura que «el color negro que han cogido las ventanas ya no se recupera».
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«Soy asmática y me cuesta respirar»
Salvo el propietario de la vivienda ubicada en el entresuelo inmediatamente superior al local dañado, que quedó arrasado por las llamas, el resto de vecinos trata de recuperar poco a poco la normalidad. Con una mascarilla y con la escoba en la mano para poder retirar los restos de hollín, Pilar narra cómo están siendo sus horas después del suceso. «Me he tirado toda la mañana barriendo la escalera y los muebles de casa porque soy asmática y tanto el polvo como el fuerte olor me impiden respirar», insiste esta vecina del entresuelo C. En su caso ha tenido que dormir con todo abierto para tratar de ventilar el piso lo antes posible. «Estoy operada 12 veces y lo único que me dijeron los médicos es que no me dieran disgustos. Pues toma», comenta con rabia.
Opinión similar tienen Olga y otras propietarias cuyas viviendas dan a la calle 31 de agosto o a la calle Korda (Santa Corda). «No se nos ha quemado nada, pero tenemos que estar limpiando constantemente y el olor es insoportable. Nos ha costado mucho dormir, tenemos miedo». Todos están en contacto con sus seguros para realizar una limpieza en profundidad y, en algunos casos, dar pintura a las paredes que se han visto más afectadas. «Mientras podamos estar en casa de mi hermana no vamos a volver», detalla un matrimonio del cuarto. «Creemos que pasaremos allí al menos dos días más».
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