Sirimiri: Un muro de piedras en Ondarreta

Pregunta Jesús Fernández: «El martes tuve que utilizar dos taxis para desplazarme a Hospitales, uno para subir y otro para bajar a mi domicilio. A los dos les solicité el ticket. Pero no me dieron el TicketBai, sino que simplemente me entregaron el justificante del pago al banco. ¿No tiene los taxistas obligación de expender el TicketBai?».

Escribe Aitor: «Se habla, con razón, de toda la reforma pendiente que hay en la ciudad deportiva de Anoeta, exceptuando el estadio, pero al recinto de la Real también le faltan mejoras evidentes, al margen de la prometida ampliación de aforo que de momento no llega. El estadio todavía hoy en día tiene varias zonas exteriores bastante amplias sin uso y sin rematar, cerradas a ladrillo. Las escaleras exteriores presentan ya una imagen sucia y se ve muchísimo (¿qué tal pintarlas de azul con las letras REAL en blanco?) y hasta la envolvente azul tiene una mugre considerable para lo nueva que es. Y desde luego, falta el escudo del club. La imagen exterior de todo el estadio es muy mejorable y la Real y el Ayuntamiento deberían mimarla mucho más. Va a ser un estadio mundialista, que se note».

Opina Maite Belaustegi: «Sobre la estación de autobuses de Donostia, estoy de acuerdo con que los acabados son horribles y la sala de espera, pequeña. Ahora, las ventajas: su localización es excelente, al lado de la estación del tren, en el centro de la ciudad. Mil veces mejor esta estación reducida que una gran estación en Astigarraga o en cualquiera de las zonas que se estudiaron en su momento. A pesar de su tamaño y su falta de glamour, me encanta la estación de autobuses de Donostia. Admitiría unos toques de redistribución. Pero el diseño arquitectónico es espectacular, en cierto sentido. Con respecto a la sala de espera , aunque es pequeña, nunca está llena porque la gente se posiciona al lado de los autobuses, en cuanto puede».

Propone Nora Aldasoro: «¿Para cuándo el Tambor de Oro a Javier Gurruchaga? Estudié de niña con él en las Escuelas Públicas de Amara Zaharra y ya entonces, al principio de los años, 60 era un genio, nos divertía con su carisma, el teatro improvisado y sus cánticos. Después, ya de mayor, con la creación de la Orquesta Mondragón, sus conciertos maravillosos, diferentes a todo lo visto hasta entonces, su maravillosa voz, sus actuaciones teatrales, su gran cultura y posteriormente genialidades como su paso por 'La Bola de Cristal' o 'Viaje con Nosotros', sus actuaciones en cine y en teatro, sus entrevistas a personajes del mundo de la cultura... Creo que Donostia le debe un reconocimiento, pues ha llevado el nombre de la ciudad por los países en los que ha actuado y es un genio al que se le reconoce en todas partes menos en su ciudad. Sr. alcalde, Sr. Insausti, concejal de Cultura, estudien mi propuesta, que es la de muchos donostiarras nacidos al final de los años 50».