Denuncia Julen que «da pena ver el abandono del barrio de San Roque y de sus instalaciones, a día de hoy simbólicas y obsoletas. Las ramas de los árboles ocultan la vista de la ciudad y las hojas tapan las aceras, agrietadas y resbaladizas cuando llueve. Confiemos en que el nuevo alcalde no pierda de vista los barrios de los donostiarras».
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Sirimiri: Abandono en San Roque

El tiempo ha cambiado y los rigores del otoño empiezan a sentirse, con lluvia, viento y termómetros a la baja

DV

Sábado, 8 de noviembre 2025, 06:25

Control de los perros

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Comenta J. M. Odriozola: «No recuerdo o desconozco la identidad de la persona que lanzó la idea de permitir a los perros bajar a la playa en verano a partir de las nueve de la noche. Además de una idea asquerosa en cuanto a sus resultados, ¿quién va a controlar que no bajen a las 8? ¿La desaparecida Guardia Municipal? ¿Los que controlan que los ciclistas y patinetes no circulen por donde les dé la gana? ¿Los que multan a los que orinan en las paredes? ¿Los que detienen a los grafiteros? ¿Los que inspeccionan que no crezcan selvas de hierbajos en cualquier lugar? ¿Los que avisan de que conviene quitar los frondosos árboles que crecen el muro del Tenis? Por lo menos, hay que tener un poco de dignidad antes de lanzar este tipo de ideas y pensar en todo lo que hay que hacer y no se hace desde hace años».

Tarea para Insausti

Escribe Jaime Gaviria: «Señor Insausti, no sé si darle la enhorabuena o el pésame por su nombramiento como alcalde. Hereda usted una ciudad llena de problemas y no le queda mucho tiempo para resolverlos, porque dos años pasan pronto. Supongo que es consciente de que existe un muy amplio malestar a causa de varios temas que, o no se resuelven, o se eternizan, o se ignoran: la inseguridad en las calles, a niveles hasta ahora desconocidos; las interminables obras del metro; la incomodísima movilidad en el centro de la ciudad, con decisiones absurdas en lo referente al tráfico; el nulo mantenimiento del mobiliario urbano; la dejación absoluta en parques y jardines; las playas, irreconocibles, con tiendas de camping y música a todo meter... Y normas incomprensibles, como permitir que los perros puedan bajar a la playa en verano. Un sector hostelero muy mejorable, especialmente la atención al cliente de muchos bares. De la vivienda mejor ni hablar, porque la declaración de zona tensionada no va a resolver nada. Y me temo que la lista se me queda corta. Señor alcalde, San Sebastián se cae a cachos, es irreconocible, tanto para los donostiarras como para quienes vienen de fuera. Por favor, coja el toro por los cuernos cuanto antes porque esta ciudad ya no es la que era y vamos por muy mal camino. Le deseo mucha suerte porque la va a necesitar».

Patrimonio

Opina Ane I.: «Mis felicitaciones al nuevo alcalde y deseos de éxitos en su gestión. En principio, nos gustan sus palabras. Somos una ciudad pequeña a la que le gusta conservar su patrimonio, tanto el de sus edificios como el de sus montes, árboles, parques, jardines y hacer un entorno sostenible, respetuoso con el medio ambiente, cuidando la calidad de vida de los barrios, manteniendo la ciudad limpia, segura, con las diversas policías patrullando a pie, con los bancos limpios, pintados, con las aceras reparadas, con los autobuses funcionando tan bien como lo hacen ahora y haciendo políticas educativas para dejar el coche y usar la bici, las piernas o el transporte público. Cuidemos lo que tenemos y dejémonos de grandes obras que han sido un fracaso y un sinvivir para gran parte de los donostiarras. Trabajar para el ciudadano y salir de la burbuja para ver lo que de verdad hay que cuidar. Y no olvidemos que la corrupción política viene siempre de la obra pública, y más cuando esta es innecesaria».

A favor del GOe

V.R. nos envía las siguientes líneas: «Escribe Kepa, sobre el GOe, algo que pensamos la inmensa mayoría silenciosa de Donostia. Estamos orgullosos de tener una universidad en el centro y un gran edificio que pronto será uno de los puntos a fotografiar en la ciudad. Antes teníamos un pequeño cagadero de perros y cuatro arbustos que ocultaban una zona conflictiva. Efectivamente, hemos ganado todos».

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