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'Café Irlandés Orquesta' reunió a mas de 350 personas en la plaza Easo.

«Es fácil bailar en un ambiente familiar»

La gente mayor, seguida después por jóvenes, disfruta todas las noches en la plaza Easo de los bailables. La actuación de 'Café Irlandés Orquesta', un cuarteto 'made in Donostia', deleitó la noche del miércoles a sus incondicionales

Viernes, 15 de agosto 2025, 00:11

En Donostia la noche es de todas las edades, y bien lo puede demostrar la plaza Easo con los bailables que ofrece durante la Semana ... Grande. Es un evento más esperado de lo que algunos pueden pensar, donde el ambiente se va caldeando conforme pasan las canciones, como sucedió cuando actuó 'Café Irlandés Orquesta' la noche de este miércoles, un grupo donostiarra formado por teclado, guitarra y dos voces femeninas, una más grave para complementar. Muchos conocían a este cuarteto que ya se había dejado ver en años anteriores, convirtiéndose así en un fijo.

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Fueron las canciones del comienzo, clásicas y suaves, las que provocaron los primeros bailes de los más experimentados, como lo son Madel y Adela, que no han fallado ningún día desde el sábado y sabían que, tarde o temprano, todos acabarían bailando. «Empieza tranquilo, pero luego las canciones son muy verbeneras, y si la gente nos ve bailar esto se anima enseguida», apuntaba con acierto Madel. También bailaron desde el principio Inés y Germán, un matrimonio que se siente en el «ambiente correcto, hay mucha gente de nuestra edad y las canciones son de géneros variados, casi todas conocidas por nosotros y con un ritmo que nos encanta», desde pasodobles hasta reggaeton antiguo. 'Despacito', de Luis Fonsi, fue de hecho el tema que transformó la plaza, con manos arriba y bailes de todo tipo, donde los latinoamericanos se dejaron ver con la pasión que les caracteriza. Una de ellas era Wendy, que ahora vive en Donostia y no es la primera vez que presencia los bailables acompañada de su madre y su hermana bebé. «Transmite seguridad, es un lugar donde los músicos también influyen para que se cree una atmósfera de familia», donde es bienvenida la tranquilidad, pero también la diversión. Adela remarcaba antes de la función que es «importante para nosotros disponer de estos eventos, porque el Puerto y Sagüés son, normalmente, para gente más joven», y los mayores «también tenemos derecho a tener nuestro espacio».

Eso no quita que los jóvenes no lo dieran todo en el auge de la noche musical. Las primeras filas se fueron llenando poco a poco gracias a los chicos y chicas, que también supieron adaptarse al ritmo de los que tienen más experiencia. La donostiarra Naroa contaba que «no siempre tenemos ganas de desfase, nos gustan también los clásicos, hacer pasos de baile tradicionales y que ya no suelen verse en muchos sitios».

El grupo tampoco se olvidó de deleitar al público con canciones románticas para las parejas como Inés y Germán, que dejaban por un momento las danzas enérgicas para bailar lentamente y con sutileza, persuadiendo a toda la plaza para acabar todos haciendo el mismo movimiento. No faltó tampoco el folklore vasco, con la famosa canción de Huntza 'Aldapan Gora' que cada uno hizo a su manera.

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La gente agradecía que se cantara en distintos idiomas, lo que prestigia mucho a las dos cantantes, que pronunciaban casi a la perfección tanto en inglés como en francés, y ya decía Adela que «son gente muy preparada y que no rechaza ningún género, no es casualidad que vengan tantos años seguidos y sea de los grupos a los que más público acude». No todos eran veteranos, Claudia vino por primera vez con su familia: «No se anuncia tanto como otras cosas, pero hay un ambientazo».

Cuando llegaron las 0.30 horas, empezaron a llegar familias, con niños y niñas que no parecían conocer la cama, inventándose pasos que dejaron asombrado a más de uno. Algunos txikis no se conformaban con sus ocurrencias, imitaban los pasos de los mayores, como la mítica coreografía del country 'Achy Breaky Heart' –de Billy Ray Cyrus–, que algunos lo utilizaban en todas las canciones.

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La evolución del ambiente desde el comienzo hasta el tramo final fue evidente, algo que notaron los músicos y aprovecharon interpretando canciones muy conocidas como 'Danza Kuduro'.

Los jóvenes, llamados por este tipo de canciones, crecieron en número y los adultos no se fueron hasta las 1.30 horas, cuando llegó el momento de bajarle el telón a una función que reunió a casi 400 personas para llenar la plaza Easo de alegría y emoción.

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