La basílica de Santa María se ha quedado este jueves pequeña para el canto de 'La Salve'. Sara Santos

Emoción y solemnidad en Santa María

La celebración de la misa de Víspera de la Virgen con la interpretación de 'La Salve' por parte del Orfeón Donostiarra ilumina la basílica

Jorge F. Mendiola

San Sebastián

Jueves, 14 de agosto 2025, 20:03

La basílica de Santa María se ha quedado este jueves pequeña para el canto de 'La Salve', una de las tradiciones más arraigadas y sentidas ... de la Semana Grande. Donostiarras y visitantes asistieron a la misa oficiada por el obispo, Fernando Prado, antes de que las voces del Orfeón Donostiarra dibujaran en el aire la composición de Licinio Refice.

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'La Salve' se escribió con dos condiciones: que solo fuera interpretada por el Orfeón y que únicamente sonara en Santa María. Desde hace 91 años, ese momento representa uno de los actos más solemnes de las fiestas de agosto, donde los fieles escuchan con el corazón encogido la obra dedicada a la Virgen.

Gracias a la tecnología, quienes asisten a la misa tienen la posibilidad de acompañar el Orfeón accediendo a la letra desde el móvil, una novedad que hace aún más emotiva y popular la cita. Antes de la ceremonia, el ensayo general -también abierto al público- sirvió para afinar las gargantas.

'La Salve' no fue la única pieza que desgranaron los 150 orfeonistas, hombres y mujeres, dirigidos por Sainz Alfaro. El repertorio se extendió con el 'Ave María' de la ópera 'Mendi-Mendiyan', del donostiarra José María Usandizaga, y con el 'Agur Jesusen Ama', un saludo a la Virgen del organista de Tolosa Felipe Gorriti.

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«Una vida mejor»

El obispo Prado ofició por tercera vez la misa de la víspera de la Virgen. Dedicó su homilía a los más desfavorecidos, los que buscan «una vida mejor», los migrantes y los refugiados como los malienses de Amara Berri. Se acordó de quienes no ven en el cielo «fuegos artificiales sino armas de destrucción», por lo que pidió a la Virgen «por la urgente y necesaria paz en el mundo».

Prado, en la parte inicial de su intervención, quiso destacar la importacia de estas fiestas para los donostiarras. «La que celebramos es una festividad religiosa muy querida para los donostiarras y para todos los creyentes. En torno a esta fiesta de la Virgen nacieron, precisamente, las fiestas de esta Semana Grande donostiarra. Conviene recordarlo», subrayó el prelado donostiarra ante una basílica en la que no cabía un alfiler.

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Quienes ayer no pudieron deleitarse in situ con el buen hacer del Orfeón Donostiarra, hoy tienen una nueva oportunidad ya que el coro participa en la Misa Mayor del Día de la Virgen, que está programada para las 11.30 horas en la misma basílica de Santa María de la Parte Vieja donostiarra.

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