Elegancia y poderío del triunfador de la tarde,Galván, con 'Jaranero'. FOTOS IÑIGO ROYO

Una, dos y tres: Tres toreros en el redondel

Importante triunfo de David Galván ante un Fuente Ymbro de vuelta al ruedo, al que cortó dos orejas, saliendo a hombros, en una interesante corrida

Manolo Harina

Viernes, 16 de agosto 2024, 02:00

Una, dos y tres: Tres toreros en el redondel. Así dice el poema escrito por Manuel Benítez Carrasco y es que responde plenamente a lo ... que sucedió este viernes en el coso donostiarra. Tres toreros y seis toros de Ricardo Gallardo que demostraron al aficionado lo que puede ser una corrida de toros

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El primer torero, la sorpresa, pudo ser para muchos David Galván, en un momento dulce, de torería y poder después de doce años de alternativa y ser hasta hace dos un casi perfecto desconocido. Un torero que ha sabido aguantar la travesía del desierto, con temporadas prácticamente en blanco y que en cuando ha podido o le han dejado ha demostrado su inmensa calidad. Dos salidas por la puerta grande de Las Ventas le avalan.

'Jaranero 87', premiado con la vuelta al ruedo, le permitió estructurar perfectamente una faena que comenzó con tres pases por alto en el tercio, además de un molinete, un pase de la firma, dos pases de pecho y un pase del desprecio. Todo encadenado, con mucho temple y moviéndose perfectamente delante de la cara del toro. La faena siguió por el pitón derecho en varias tandas con pases muy largos, embistiendo el toro de lejos, esperándolo, recibiéndolo y vaciándolo a la perfección. Y así, no una sino tres series seguidas.

Al natural tuvo que recalcular las distancias y cuando lo logró hubo tres o cuatro naturales de esos que se dicen de cartel de toros. Mas toreo elegante volviendo a la derecha y una serie de circulares por la espalda y de frente que nadie osaría llamar arrimón. Terminó con una tanda de ayudados semigenuflexos en redondo, rematados con un buen pase de pecho. Estocada y dos merecidas orejas.

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El quinto, que toreó por correrse el turno, fue un toro difícil, incierto, que no humillaba. No se amilanó el torero y forzó al toro obligándole a embestir, pase a pase. Faena de tremenda honestidad.

De Justo y Perera

El tercer torero, aun primero de la terna, fue Miguel Ángel Perera. En febrero hizo veintidós años que debutó en Illunbe con picadores. El torero extremeño demuestra cada tarde en cada plaza porque sigue ahí, impartiendo un magisterio que nadie puede discutir. Su comienzo de faena a pies juntos para inmóvil instrumentar tres pases cambiados presagiaba una gran tarde, que truncó el toro, un bravo y encastado animal, al levantarle los pies, lanzarlo al aire y embestirle en el suelo en unos segundos interminables. Se levantó, lo reanimaron y siguió toreando tanto por naturales, largos profundos, como por ayudados pausados, dejándose ver.

Diversos adornos y remate con estocada. El diestro fue premiado con una oreja de mucho peso y una vergüenza torera de finiquitar su labor con una costilla rota, prácticamente sin respiración y un dolorido puntazo en el escroto. Poco después fue trasladado al Hospital de Gipuzkoa nada más entrar en la enfermería.

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