La Sade podrá rehabilitar el interior del Bellas Artes y hacer pequeños ajustes en las fachadas

Tras varios años de disputas en los tribunales, la SADE renunció a su pretensión de crear viviendas y Ayuntamiento y empresa consiguieron el pasado curso acercar posiciones para buscar un acuerdo realista que desatascase definitivamente el futuro de la parcela.

Eso sí, la autorización exige que se mantenga la envolvente, que no podrá ser derribada, conforme al régimen de protección de grado C establecido en la revisión del vigente Plan Especial de Protección del Patrimonio Urbanístico Construido (Peppuc).

En el mismo se establecen las medidas precisas para imposibilitar el derribo de las fachadas, aunque se admiten ciertos reajustes en sus huecos, como el vano situado más al norte de la fachada de la calle Prim, que podrá ensancharse lo suficiente para «posibilitar el acceso de vehículos a las plantas de sótano que se destinen a aparcamiento».

Asimismo, se detallan más pormenorizadamente las condiciones y los criterios de intervención relativos a dichos huecos, carpinterías, materiales, las mansardas, proponiendo en términos generales el mantenimiento de su actual configuración arquitectónica y la reposición de la cúpula derruida «conforme a su configuración, materiales y detalles originales».

La nueva revisión del Peppuc, aprobada por el Pleno del Ayuntamiento el pasado mes de marzo, valora «la imagen urbana del edificio como su principal estandarte, con su representativo cuerpo de esquina o chaflán cubierto por la gran bóveda, como fondo perspectivo urbano en el encuentro de las calles Prim y Urbieta».