Registradas cuatro picaduras leves de carabelas portuguesas en Ondarreta

La concejalía de Mantenimiento y Servicios Urbanos del Ayuntamiento de San Sebastián explicó que «la mañana de este sábado han aparecido cuatro pequeños ejemplares en la arena, aunque poco más grandes que el tamaño de una moneda de diez céntimos», especificaron. No se habían visto en el mar hasta ese momento. Por la tarde se produjeron las leves picaduras.

A pesar de la aparición de estas pequeñas 'falsas medusas' y de que el tiempo no acompañaba para darse un chapuzón a esas primeras horas del día, en toda la bahía donostiarra ondeó la bandera verde, mientras que en la playa de la Zurriola sí que se intercaló la roja con la amarilla debido al estado de la mar.

Ayer fue el tercer día en el que bañistas y responsables de la seguridad en los arenales estuvieron pendientes de la posible aparición de carabelas. El jueves se detectaron los primeros ejemplares de este verano en el arenal donostiarra de la Zurriola, mientras que el viernes aparecieron en la playa de Ondarreta y dejaron sus primeras picaduras. Dos bañistas sufrieron heridas de carácter leve por las que tuvieron que ser atendidos por personal sanitario. Ayer volvieron las picaduras, aunque muy leves, y se volvió a detectar la presencia de pequeños ejemplares. Además de en Donostia, el jueves se vieron también varios ejemplares en Zumaia, según informó SOS Deiak.

A menudo confundida con una medusa, la carabela portuguesa es en realidad un «superorganismo» colonial compuesto por varios individuos especializados que trabajan de forma coordinada. Su característica más visible es un flotador lleno de gas o vela de entre 15 y 30 centímetros que le permite desplazarse impulsada por el viento y las corrientes marinas. Bajo el agua, posee tentáculos que pueden alcanzar hasta 50 metros de longitud, aunque normalmente miden unos 10 metros, capaces de inocular un potente neurotóxico.