Las diez noticias clave de la jornada
Ritmo fluido y sin colas, así transcurrió la primera jornada de test masivos en la casa de cultura Okendo, de Donostia. Unanue

Las primeras 800 PCR hechas en San Sebastián permitirán saber hoy el alcance del foco

Salud realizará 2.000 pruebas en tres días a los clientes que pasaron entre el 26 de julio y el pasado día 3 por el Ramuntxo Berri de Gros

Estrella Vallejo

San Sebastián

Sábado, 8 de agosto 2020, 07:34

Ordizia, Zarautz, Tolosa, Getaria, Eibar... Era cuestión de tiempo que la práctica de test masivos por la amenaza de un posible brote de Covid-19 recalara en San Sebastián. Este viernes, aunque no se desplegaron las carpas blancas, la Casa de Cultura de Okendo sirvió para practicar 800 de las 2.000 PCR que hasta el domingo tratarán de determinar si el positivo en coronavirus de cinco trabajadores del bar Ramuntxo Berri de Gros se ha expandido como la pólvora entre la clientela o 'solo' ha afectado al personal empleado. Esta mañana empezarán a conocerse los primeros resultados.

Publicidad

Desde hace un par de semanas, varios establecimientos de Donostia han tenido que cesar temporalmente su actividad por tener el virus merodeando demasiado cerca, aunque algunos ya la han recuperado. Sin embargo, no fue hasta el jueves cuando el positivo de buena parte de la plantilla de este bar complicó el panorama y obligó a Salud a lanzar un mensaje de advertencia a todos los clientes que habían pasado por el local desde el 26 de julio para que se practicaran una PCR en las instalaciones habilitadas durante tres días en la avenida de Navarra, número 7, frente al ambulatorio de Gros.

Ayer un total de 800 personas que habían cogido cita previa -de lo contrario no se practica ninguna prueba- pasaron de forma escalonada y fluida por alguna de las cuatro mesas instaladas en la casa de cultura para coger muestras de forma simultánea, y sin que se formaran largas colas. Los perfiles fueron de todo tipo, «desde niños que venían en brazos de sus padres hasta personas mayores», resumió Carlos Barruso, director de Integración de la OSI Donostialdea.

Gráfico. Las cifras del coronavirus en Euskadi.

La primera jornada transcurrió de forma tranquila. Al menos de puertas para fuera, porque muchos de los que ayer se sometieron al test esperan ahora con los dedos cruzados no dar positivo y poder mantener los planes previstos para la próxima semana, desde ir a la playa con amigos o una escapada de unos pocos días.

El doctor Carlos Barruso, que supervisó el dispositivo desde primera hora, informó de que el resultado «se notificará a través de un SMS en las próximas 24 horas». Por lo que hoy, mientras se sigan tomando el resto de muestras, se conocerán los primeros resultados que permitirán empezar a tener un esbozo del impacto que ha tenido este nuevo zarpazo del coronavirus.

Publicidad

No obstante, recordó que hasta que el mensaje no llegue a los teléfonos móviles de las personas a las que se les ha practicado el test, éstas deben permanecer aisladas en sus viviendas. En caso de confirmarse algún positivo, el equipo de enfermeras se pondrá en contacto con la persona afectada para tomar las medidas pertinentes y hacer «el estudio de los contactos», señaló Barruso. En cualquier caso, el bar cuenta además con un listado de personas que acudieron bajo reserva, y a las que se intentará localizar en caso de que no soliciten hora para someterse a la prueba.

Solo a clientes

El Ramuntxo Berri, como reza el cartel de la puerta del local, continuará cerrado hasta nueva orden. La calle Peña y Goñi es una de las zonas más frecuentadas de Gros, donde se concentran un buen número de establecimientos de hostelería y donde los clientes alternan en unos y otros. Sin embargo, Barruso remarcó ayer que las medidas llevadas a cabo por la consejería y Osakidetza «solo afectan a los clientes de este establecimiento, ya que en ninguno de los bares del entorno de momento ha habido casos».

Publicidad

Las dudas que tenían algunos clientes, no obstante, guardaban relación con la fechas. Salud alertó de que debían someter a PCR los clientes que hubieran estado entre el 26 de julio y el pasado día 3. «Pero yo comí dentro del bar con mi familia el día 4», asegura Maite, una mujer que ayer se puso en contacto con este medio para mostrar su inquietud por que el bar estuviera abierto ese día. «Cuando terminamos de comer, los últimos, nos quedamos fuera despidiéndonos y entonces cerraron y pusieron el cartel», asegura esta madre, que comentó además con su hija la anécdota sin saber entonces la razón. Ayer también se hicieron las pruebas. Salud, preguntada por el protocolo de cierre, remite «a criterios epidemiológicos» para elegir las fechas de cribado. Este periódico intentó contactar con los responsables del establecimiento pero no lo logró.

Unai, Noa, Maddi y Beatriz, PCR en familia

«Hasta que no veamos el negativo...»

En cuanto Unai y Beatriz tuvieron conocimiento del posible brote, llamaron a sus hijas, Noa y Maddi, para que regresaran a casa inmediatamente. La mayor, por de pronto, ha tenido que cancelar una escapada con sus amigas este fin de semana, mientras que los progenitores 'celebraron' ayer su último día de trabajo aislados en su domicilio. «Fuimos hace cinco días a celebrar el cumpleaños de Unai. Estamos tranquilos porque no tenemos síntomas pero hasta que no veamos el negativo...», no se despejarán todas las dudas.

Publicidad

Txema Lakidain, a la espera de resultados

«Me senté dentro, pero solo 20 minutos»

Txema Lakidain, residente en San Sebastián, es otra de las cientos de personas que ayer pasaron por Okendo. Fue cliente del Ramuntxo Berri el pasado día 29, donde estuvo «dentro del establecimiento, pero solo 20 minutos y había poca gente», señala. Tras realizarse la prueba, reconoce que este aislamiento preventivo es «un fastidio», pero «me encuentro bien físicamente y eso me tranquiliza». «No sabría decir si nos estamos relajando o no... Creo que tanto bombardeo informativo al final me condiciona».

Beatriz, 60 años

«Parece que nos estamos confiando»

A Beatriz le llegó el aviso por whatsapp. Estuvo el día 29 en la terraza del bar, por lo que en cuanto supo de este posible brote terminó de hacer las compras y se recluyó en casa. Confía en que el resultado será negativo, pero casi más por una cuestión de probabilidad. «Hay pocos contagios respecto a las pruebas que se hacen, y entre los positivos, muy pocos son sintomáticos». Aunque eso no quita, reflexionaba al salir de Okendo, para «tener cuidado con los contagios, porque sí parece que nos estamos confiando un poco».

Publicidad

Nerea, precavida pero sin miedo

«Es una prueba sencilla y muy rápida»

El lunes por la tarde, Nerea estuvo con una amiga tomando «dos zuritos» en la terraza del Ramuntxo Berri. «Entré a pedir, pero antes de sentarnos limpiaron la mesa, y la mascarilla la llevaban correctamente puesta», explicaba al salir de hacerse la PCR. Ayer fue la segunda vez que le hacían la prueba, que «es muy sencilla y rápida», y ella tampoco se mostraba intranquila por el resultado. «Llegados a este punto, hay que ir con mascarilla y ser precavidos, pero tampoco podemos ir por la calle con miedo», apuntaba.

María, 73 años

«Soy optimista, seguro que no tengo nada»

María suele acudir a la calle Peña y Goñi con relativa frecuencia. La última vez que estuvo en el Ramuntxo Berri fue con su hermana, que tenía hora para hacerse el test poco después que ella. Siempre intenta sentarse en la terraza, por aquello de que corra el aire, aunque «aún así tengo mucho cuidado, me pongo la mascarilla». No se le vio demasiado preocupada saliendo de la casa de cultura Okendo. «La verdad, soy optimista y no creo que vaya a tener nada, pero es un rollo tener que esperar a los resultados».

Noticia Patrocinada

Denise Bignall y Santi Marino, 85 y 88 años

«Estuvimos en ese bar de pura casualidad»

A Denise y a Santi les avisaron sus hijos. «Fuimos a la terraza de ese bar de casualidad el día 26 por la tarde», explican esta inglesa y este italiano, afincados en San Sebastián desde hace muchos años. Se muestran tranquilos «porque estuvimos con la mascarilla puesta», dice ella, haciendo un gesto a su acompañante para que se ponga bien el protector, que se le cae. Dadas las circunstancias, dicen, quizás la próxima vez que quieran tomar algo se lo pensarán dos veces. «Con estas cosas te entra un poco de reparo», reconocen.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad