La foca 'confinada' el Donostia

El avistamiento de la foca que vive en el río Urumea desde enero, en su tramo de San Sebastián, ha sido el entretenimiento durante el confinamiento de los vecinos de los barrios donostiarras de Loiola y Txomin - Enea. La foca ha nadado estas semanas tranquilamente sin la presencia de remeros ni de las miradas de los paseantes durante la cuarentena por la pandemia del coronavirus. Su zona preferida, se sitúa a una distancia considerable del mar, entre la zona del Puente de Hierro (a 2,5 kilómetros de la desembocadura del Urumea) y el parque fluvial de Txomin (a 5,8 kilómetros aguas arriba del río).

Los embarcaderos de la zona son su área de recreo y le encanta comer corcones. Además, cuando la marea es baja suele descansar en la orilla del río, a la vista de vecinos, y en los últimos días, también paseantes. «Se ha quedado porque es una zona resguardada de los golpes de mar y porque tiene comida», explica Enrique Franco, vicepresidente de Ambar Elkartea, la sociedad para el estudio y la conservación de la fauna marina de Euskadi

El animal lleva desde el mes de febrero dejándose ver por el cauce del Urumea en Donostia. Los primeros avistamientos se realizaron el 27 de enero en el entorno de los cuarteles de Loiola. Los bomberos de San Sebastián tuvieron que movilizarse a finales de febrero tras recibir el aviso de que un perro había caído al río Urumea y que una mujer se había lanzado al agua a rescatarlo. En realidad, el animal se trataba de la foca.