Interpretó el viernes a Oscar Wilde en la calle Amara. Volvió de Gasteiz a Donostia el lunes. Con regalos, trufas de Goya, miel alavesa. G ESTRADA

Ciudadanos

Iker Ortiz de Zárate

«En el escenario de Mundo Nuevo se cumplía el aniversario de Wilde»

Te hacen un travelling y ¡zas! sabes que sigues siendo eso, actor

Begoña del Teso

San Sebastián

Jueves, 4 de diciembre 2025, 08:17

Te recuerda que su nombre, escrito con 'q' significa en egipcio y entre otras cosas, 'excelente'. Recuerda que, vitoriano, venía a ver a sus padrinos, ... Raquel y Ramón, y se asombraba de que el mar formase en la arena de las playas una escalera de agua, la marea estaba baja en La Concha y ya subida para cuando llegaban a Ondarreta. Recuerda que un día les dijo a sus padres que podía subir hasta 'el macho' de Urgull. Y ante su asombro, lo hizo. Recuerda que siempre quiso ser actor y estudiaba los gestos y métodos de los que veía en la pantalla. Porque su madre, Teresa, directora de un grupo de teatro amateur, le llevaba al cine. Y su padre, José Luis, le hablaba de pintura, música y flores.

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– ¿Y cómo recuerdas la representación del viernes en la calle Amara del 'De Profundis' de Wilde?

– Con una intensa emoción. El texto, esas cartas escritas por el autor, el árbitro de la moda, el autor, sagaz y osado de 'Salomé' o 'El retrato de Dorian Gray', desde la cárcel de Reading donde cumplía castigo de trabajos forzados por escándalo e inmoralidad, son de una belleza y una altura dolorosísimas. Aquel viernes se empezaban a cumplir los 125 años de su muerte en París, dos años después, pobre , enfermo, abandonado. Se cumplieron exactamente el domingo, cuando yo lo estaba volviendo a interpretar, esta vez en Gasteiz.

– Cuentan que esa representación, entre las cuatro paredes de Ortzai, tu espacio escénico en la calle Pintorería, fue tremendamemte emocional.

– Me rompí por dentro al decir las últimas frases, 'Quisiste que yo te enseñara el placer de vivir, el placer del arte; quizás esté yo llamado a enseñarte una cosa harto más hermosa, el valor y la belleza del dolor'. Me rompí y quienes me conocen se dieron cuenta. Pero algo me salvó. Quizás...

– ¿Sí?

– Todo el amor recibido en el atípico escenario de la sede de la asociación Mundo Nuevo, más de 60 años luchando por una tierra mejor. Recuerdo el ímpetu incorruptible de Don Pablo, el 'cura rojo' de la iglesia de Santiago. Y a la gran Mari Pepa. Recuerdo el salón lleno y cómo resonaban las frases. El público, gente de toda la vida de Amara. Alumnos de la Universidad Popular, actores. ¿Sabes? Todos los personajes que interpreto nos interpelan directamente. Hemos puesto en pie 'La loca de Chaillot' (en su versión cinematográfica fue, nada más, nada menos, Katharine Hepburn). En un momento uno de los personajes dice que París ya no es hermoso ni alegre. ¿Cómo va a serlo si grandes compañías buscan perforar su suelo en busca de gas? No me digas que no te trae a la memoria los esfuerzos capitalistas en torno al fracking...

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– Eterna sí lo es pero ¿qué tiene de actual 'Cuento de Navidad'? La representas en Vitoria los fines de semaana de diciembre.

– Socialmente todo, ¿no? Hoy como ayer hay a nuestro alrededor pobreza energética. Alimentaria. Hoy como ayer encuentras gente que como el Sr Scrooge piensa que las cárceles están muy bien porque mantienen a raya el número de desarrapados y necesitados que si no se desparramarían por las calles molestando a los ciudadanos de pro.

– No se me olvidará aquel día de 2003 cuando en el Kursaal, Michael Winterbottom, el cineasta autor de 'Tristram Shandy' o 'Bienvenidos a Sarajevo', dio las gracias a la organización que había montado su retrospectiva porque había propiciado su reeencuentro contigo. ¡Habló de ti en el escenario!

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– Y yo estaba a su lado. ¡Era su traductor! Por aquel entonces yo presentaba a los equipos de cine que traían películas a Zabaltegi o proyecciones especiales. Había trabajado yo en su filme 'Under the Sun'. Fue en 1993. Lo que son las cosas, cuando participé en aquella película pensé con aquella mente mía habitada por mil fantasías, que ya había llegado; el mundo estaba a mis pies.

«Comprendo bien al Sr Scrooge de 'Cuento de Navidad'. Fue un niño triste que se volvió viejo amargo. Todos los personajes son nuestros espejos, nos miran»

– Pero fue más bien que no.

– Había trabajado también en una serie de TV para Channel 4, ¡Mi cara había salido en la primera de 'Evening Standard' y me paraba la gente por la calle!

– Pero tampoco.

– Hoy miro hacia atrás con perspectiva y libertad y tengo la impresión de que llegaba a los sitios o demasiado pronto o demasiado tarde y nunca en el momento apropiado. Cargaba con cintas VHS donde había grabado mis trabajos y cuando me pasaban al despacho de algún director de casting, me las llevaba a casa, 'en la oficina no tenemos (todavía) reproductor'...

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– Casi te negaron la entrada a una fiesta del Cine Vasco porque al ver tu currículo te dijeron que tú nunca formarías parte del Euskal Zinema...

– Y yo estaba ilusionadísimo por ir a una fiesta de cine. Me las imaginaba llenas de esplendor. Añadieron a su predicción algo que hoy da risa (pero maldita la gracia que me hizo entonces), 'tú, a lo más que puedes llegar!'

– ¿Y lo del travelling?

– He participado en un corto soberbio, 'Hadas'. El primer día me tomaron ese único plano. Cuando la cámara me miró y me hizo mirarla, la sentí recorriéndome el cuerpo. Y sí, volví a saber lo que siempre he sabido: soy actor. Me hicieron saberme estrella.

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