Proliferan las reacciones ante la sentencia del TSJPV que ordena proteger los cuarteles de Loiola. Son lecturas con sesgo ideológico o basadas en criterios de ... oportunidad política. Pero no olvidemos que el litigio versa sobre patrimonio cultural y el juzgador tenía que limitarse a dictaminar si los cuarteles debieron protegerse o no, atendiendo a los criterios vigentes en la normativa municipal.
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Del extenso material probatorio resulta que no solo es el ejemplo más relevante de arquitectura militar del País Vasco, sino que constituye una realización única en España. Fue el último en construirse según la Ley de Reorganización del Ejército de 1918. Con él culmina todo el impulso reformador de los años 20 y su afán por equipararse con otras potencias europeas. Engloba dos cuarteles independientes (Ingenieros e Infantería), asimilándose a una moderna base militar. A nivel compositivo opta por el 'block system', frente a los pabellones aislados o dispuestos en forma de peine, que constituían la solución habitual. Según los expertos, es el acuartelamiento más ambicioso de la época alfonsina. Destacan la inusual amplitud del conjunto, la coherencia y compacidad de su trazado, la calidad paisajística del emplazamiento y su buen estado de conservación.
El tribunal concluye que cumple con los requisitos objetivos para ser incluido en el Peppuc: el valor histórico, arquitectónico, constructivo, la homogeneidad, el interés urbano, el valor de entorno o paisajístico y el interés colectivo. Todo ello avalado en sendas periciales y los informes coincidentes de Gobierno Vasco y Diputación. Su obligada protección frustra el plan de Eneko Goia, pero no implica la permanencia del ejército en el lugar ni impide un cambio de uso para favorecer la expansión urbana, atendiendo la acuciante demanda de vivienda social. La Justicia da la razón a quienes consideramos la arquitectura militar un recurso cultural valioso y no un estorbo a eliminar. Pone de manifiesto las carencias del actual catálogo de patrimonio y cuestiona el proceder del Ayuntamiento.
Gracias a esta sentencia, Donostia podrá rehabilitar sus cuarteles para el nuevo uso residencial, desarrollando un urbanismo sostenible que sepa conjugar la arquitectura contemporánea y el necesario respeto a su identidad urbana.
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