Las cabinas colectivas de La Concha se cierran ocho meses para acometer la reforma interior

La puesta al día de las cabinas colectivas de Ondarreta y La Concha solo llegó a tiempo de la pasada temporada de playas en el primero de los casos. Pese a que ambos proyectos se aprobaron el verano pasado, la preceptiva tramitación administrativa impidió que la adjudicación no se produjera hasta principios de este año –18 de enero para Ondarreta y 1 de febrero para la Concha, para unas obras que, con unos plazos de ejecución de 15 y 20 semanas respectivamente, andaban bastante justas para su finalización antes del verano. Los imprevistos siempre se producen y así fue también en este caso.

La adjudicataria de los trabajos, Unebide Obras y Contratas S.L., pidió en marzo y abril una ampliación de sendos contratos, lo que ya auguraba que para el pasado verano no se llegaría a rematar los trabajos.

Uno de los objetivos básicos era poner fin a las filtraciones de agua desde el exterior al interior de las cabinas y enseguida se vio la necesidad de impermeabilizar más superficie de la prevista inicialmente, tanto del paseo de La Concha como en el paseo de Ondarreta. Esto se tradujo en que si el primer proyecto tenía un presupuesto inicial de 460.000 euros (IVA incluido) termine costando 181.500 euros más.

Pese al incremento de las obras, la renovación de las cabinas en Ondarreta pudo finalizar el pasado mes de mayo. En el caso de la Concha, ante la imposibilidad de cumplir con los plazos iniciales, se decidió completar para junio la impermeabilización exterior y dejar la renovación interior de las cabinas para después del 30 de septiembre «con el fin de que el servicio de duchas y vestuarios se pudiera prestar durante el verano», según explicó entonces la concejala de Proyectos y Obras, Duñike Agirrezabalaga (PSE).

En La Concha las obras tenían dos objetivos fundamentales: resolver la entrada de agua al interior de las aguas pluviales que se filtraban a las cabinas principalmente a través de los lucernarios de pavés que había en el paseo de la Concha –algo ya resuelto con las obras acometidas la pasada primavera– y acabar con las inundaciones que se producían en los episodios de mareas vivas cuando estas coinciden con periodos de lluvia intensa, lo que provoca «importantes entradas de agua a los vestuarios» porque el sistema de desagüe «no es capaz de evacuar todo lo que recibe».

Resuelto el primer problema, esta va a ser la misión principal de los trabajos que ahora empiezan y que se prolongarán, según explicó Agirrezabalaga, hasta mayo de 2023.

En el interior se instalarán paneles de aislamiento térmico para «mejorar el confort y reducir las condensaciones», se sustituirán pavimentos y acabados en las duchas y los aseos, se reemplazarán duchas, y se cambiaran las luminarias por otras que mejorarán la eficiencia energética. La renovación integral alcanzará incluso a la sustitución del volumen acristalado de acceso a las cabinas desde el paseo, según aseguró la concejala.

Hasta ahora se ha gastado 170.000 euros en las obras, pero el coste total de la operación ascenderá a 650.000 euros.