Toshack siempre tenía razón

El primer partido del curso nunca es sencillo, más si cabe en este fútbol moderno en el que las pretemporadas tan solo sirven para apreciar en primera persona a chavales del filial. No se vio una Real reconocible, quién sabe si por las dos bajas capitales que sufre Imanol. Le Normand y Merino, sus dos piezas predilectas y más usadas desde que se sienta en el banquillo del Reale Arena, ya son historia. Uno, debuta hoy con el Atlético y el otro está sacando la tarjeta de embarque rumbo a Londres. El navarro recibió los últimos aplausos de una hinchada que le echará mucho de menos. Es uno de los mejores fichajes de la historia del club. Se marcha como vino, sin hacer demasiado ruido.

Los viejos del lugar recordarán aquella frase del gran John Benjamin Toshack. «La liga no empieza hasta que termina la Bandera de La Concha». En aquellos tiempos tan solo volaba algún que otro punto, pero ahora, con los inicios de Liga tan tempranos, para cuando acaben las regatas la Real ya habrá jugado ante el Rayo, Espanyol, Alavés y Getafe antes de llegar al primer parón de selecciones. Ayer se esfumaron los primeros tres puntos. Quedan nueve para quitarle la razón a JB.

Imanol declaró en rueda de prensa que quizás algún entrenador o director deportivo se pondría nervioso en las primeras jornadas si las cosas no suceden según lo previsto. Esto último no suele ser algo habitual en la actual dirección deportiva, que de aquí al viernes 30 tiene todavía cuatro o cinco operaciones importantísimas que cerrar. Quizás la prioridad del pasado curso, en el que los tres delanteros centro no dieron el nivel esperado y se quedaron lejísimos de los números que debe dar un nueve actual en la Real, debió llegar antes.

En Anoeta ya han entrado 34,5 millones por Le Normand mientras que otros 35 por Merino están cerca de aterrizar. El gasto controlado en tres fichajes más que interesantes como Javi López, Sucic y Sergio Gómez permite a Roberto Olabe y a su equipo gastarse dinero en un delantero centro que sí convenza a Imanol, que ayer cuando tenía que remontar el partido no apostó por Sadiq. Mensajes en la sala de prensa de Zubieta con «he pedido de todo y en todas las posiciones» y ahora también sobre el verde.

Sorprendió de entrada la suplencia de Zubimendi, el mejor segundo pivote posicional del mundo. El donostiarra recibió el cariño de su gente tanto en el homenaje previo como cuando saltó a calentar en el minuto 40 tras la amarilla a Urko. No está en buen tono físico, pero aún y así es capaz de dominar el partido a su antojo. Los 60 millones de euros que quería poner el Liverpool encima de la mesa son pocos para semejante jugador. Saltó a calentar como es él, tímido y como con vergüenza, pero una vez pisó el césped se transformó en una bestia. Define con la zurda como ese delantero que están cerca de fichar Olabe y Bretos.

El Rayo se llevó el mejor botín sin hacer demasiado. Dos acciones bien ejecutadas fueron suficientes para asaltar un Reale Arena que sigue con la maldición desde que se quitaron las pistas. La Real está a años luz de conseguir los puntos que debe obtener en su estadio, algo imposible si está blanda en los dos únicos acercamientos madrileños. Mumin pareció Gullit dejando atrás a Oyarzabal y Turrientes, flojos en la presión. Mientras, Camello sigue de dulce tras aprovechar un horroroso saque de banda ejecutado por Javi López. El tinerfeño solo tiene 22 años y apunta a ser un futbolista interesante, pero debe ganar en consistencia defensiva. De Frutos le invitó a bailar dos veces y cayó en la trampa. Queda menos para que Donostiarra y Hondarribia traten de ganar La Concha a Urdaibai.