Pablo Marín | Hace seis años jugaba en infantiles

Con lo complicado que es convencer al técnico de Orio, algo especial le ha tenido que ver para en tan poco tiempo depositarle toda su confianza. Más si cabe en un enfrentamiento directo como era el del Betis. Porque es cierto que hay muchos lesionados, pero vista su actuación en los 45 minutos disputados ante el Omonia en Europa League y los 60 contra los andaluces, lo que está claro es que su protagonismo va a ir en aumento. Al menos si continúa por el mismo camino.

Ese niño que en 2016 llegaba a Zubieta para incorporarse al equipo infantil es hoy un futbolista con carácter, desparpajo y talento. En Pucela revolucionó el encuentro en poco más de un cuarto de hora, en Chipre buscó encarar desde la banda izquierda y ayer lo intentó con movimientos en carrera, roturas al espacio y un tiro con pierna derecha que a punto estuvo de suponer el 1-0 a los ocho minutos. Todo esto con tan solo 19 años.

Por ponerle un pero, el riojano vio la cartulina amarilla a los treinta y cinco minutos por cortar un contragolpe en carrera de Sabaly. No obstante, al contrario que ocurriera con Illarramendi en Balaídos, Imanol lo mantuvo sobre el verde hasta el sesenta, cuando fue sustituido entre aplausos por Robert Navarro. En esa hora, Marín demostró que puede entrar en la rotación porque tiene cosas que le hacen diferente. Se asocia bien con sus compañeros de ambas bandas, tiene una gran visión de juego en los últimos metros y destaca por entrar en el área sin balón desde la segunda línea.

Llegar a la élite es realmente complicado, y hacerlo al ritmo de Pablo todavía mucho más. El curso pasado se estrenó en la Real C procedente del juvenil y fue uno de los más destacados en el equipo de Sergio Francisco. Y este, en el Sanse, ha participado en ocho encuentros en los que ha ido de menos a más hasta obtener el premio del primer equipo.

Al contrario que con el Betis, que empezó muy serio y participativo pero acabó desinflándose con el paso del tiempo. Sobre todo después de pasar por los vestuarios, cuando no pudo filtrar balones a la zona de peligro como había hecho anteriormente. Aún con todo, su debut como titular dejó buenas sensaciones en la parroquia blanquiazul, que ha descubierto a un jugador fresco capaz de desequilibrar la balanza.