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Las jugadoras de la Real Sociedad posan para la foto de campeonas de la Copa 2019 que se inmortalizaría en pósters y cuadros para la historia. LOBO ALTUNA

Un año de reinado txuri-urdin

Este lunes se cumple el primer aniversario de la histórica Copa ganada por la Real Sociedad en Los Cármenes al Atlético con goles de Kiana y Nahikari

Gaizka Lasa

San Sebastián

Domingo, 10 de mayo 2020

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Se cumple hoy un año del último viaje que la Real hizo como equipo prometedor, talentoso y competitivo. De aquel vuelo de fe hasta Granada. Esa expedición ya no volvería. En su lugar, dos días más tarde, regresaría una plantilla campeona, con una Copa bajo el brazo. Algo diferente. De superior categoría. Con el prestigio y el carácter histórico que confiere un título.

REAL SOCIEDAD

Quiñones; Iraia, Etxezarreta, Mendoza, Beltrán (Soldevilla, min.69); L. Baños, Kiana (Olaizola, min.77), Chini; Cardona (M.Lareo, min.68), Nahikari, N. Eizagirre (Carla, min.87).

2

-

1

ATLÉTICO

Gallardo; Robles (Calligaris, min.79), Aleixandri, Tounkara, Menayo (Falcón, min.69); Meseguer (Olga, min.87), Jenni, Sosa; Sampedro, Esther (Dolores, min.89), Ludmila.

  • Goles: 0-1, min.16: Esther engancha una volea tras un centro desde la derecha; 1-1, min.18: disparo raso de Kiana que no atrapa Gallardo. 2-1, m.60: Nahikari fusila tras una gran triangulación con Leire y Kiana.

  • Árbitro: Martínez Madrona (comité murciano). Amonestó a Tounkara (min.28), Chini (min.50) e Iraia (min. 84).

  • Incidencias: 17.550 espectadores en Los Cármenes. En los prolegómenos actuó el cantante Antonio José. Hubo un minuto de silencio en memoria del exvicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba.

Hoy seguía siendo un milagro lo que pasaría mañana, pero el convencimiento que embarcó en aquel avión fue, precisamente, lo que lo hizo posible. Porque el Atlético de Madrid tenía mejores futbolistas, más experiencia y, por si fuera poco, un gol a favor a los dieciséis minutos de final. Pero aún y todo, mañana estallaría la fiesta del reinado txuri-urdin que durante varios días esparciría el orgullo realista por toda Gipuzkoa.

El gol que Nahikari García marcó a Gallardo el 11 de mayo del año pasado en Los Cármenes de Granada supuso el momento más glorioso de este centenario club desde el penalti que Luis Arconada detuvo a Quique Ramos el 27 de junio de 1987 en La Romareda. Equivalente en trascendencia al que el 26 de abril de 1981 anotó Zamora en El Molinón abriendo una nueva etapa. Marcó un antes y un después en la historia blanquiazul y en el corazón de una nueva generación de realistas.

Lo que las blanquiazules lograron hace un año guarda todos los ingredientes de una hazaña: un equipo joven en plena fase de crecimiento, sin experiencia en finales de este tipo, un presupuesto sensiblemente inferior al de su rival –campeón de las tres últimas ligas–, y un partido agónico con altas temperaturas. Pese a ello, consiguieron lo que solo ellas habían creído posible. ¡Y remontando un marcador adverso! Siendo las opciones de victoria tan remotas, más de mil aficionados arroparon al equipo en un destino tan lejano como Granada. Apilados, además, la mayoría detrás de la portería en la que Nahikari marcó el gol del triunfo. El estallido quedará grabado como uno de los momentos más mágicos del club.

Partido interminable

La final que cumplirá este lunes su primer aniversario se recordará siempre como un ejercicio de sacrificio colectivo, pundonor y resistencia ante el asedio del Atlético de Madrid en la última media hora. Desde la jugadora más adelantada –Nahikari– hasta las centrales que achicaban balones desde su área –Etxezarreta y Mendoza–, todo el grupo se remangó de manera solidaria en la tarea de defender lo que tanto trabajo había costado la primera hora de juego. La disciplina táctica inculcada por Gonzalo Arconada –técnico cuya continuidad un año más tarde está en entredicho– se cumplió a rajatabla.

Fue interminable, no apto para cardíacos, por mucha seguridad que transmitiera una portentosa Mariasun Quiñones bajo palos. El pitido final desbordó la emoción de todo un territorio con el corazón en un puño.

En la primera parte el Atlético de Madrid había conseguido lo que la cátedra del fútbol esperaba. Mandar y ponerse por delante. Pero tal vez en el momento más oportuno de la historia de la Real femenina apareció Kiana Palacios. Solo dos minutos después de encajar el gol, la mexicana lanzó un disparo desde fuera del área con más fe que acierto. Se atrevió. Y las gestas las escriben los valientes. Aquel chut, ni potente, ni demasiado colocado, forzó el error de la guardameta colchonera, a la que se le escurrió el balón y toda su confianza en sí misma. La Real volvía al partido. Resurgía el sueño. Aquella jugada cambió el sino del proyecto femenino de la Real Sociedad, club que, de repente, sintió aquello que había creído: que podía ser campeón.

A partir de ese momento, las txuri-urdin jugaron de tú a tú a las favoritas y el segundo gran chispazo llegó en el minuto 60, tras la mejor combinación del partido. Kiana Palacios colgó el balón con un toque exquisito desde el balcón del área, a la espalda de las centrales, donde apareció la incombustible Leire Baños para dejar de cabeza el balón muerto, con un bote templado, sobre la misma línea del área pequeña. Nahikari hizo el resto.

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Primer aniversario de la histórica Copa ganada por la Real Sociedad en Los Cármenes al Atlético