Este gol de Isak en Cádiz cerró un gran arranque de Liga en el que solo el Atlético aguantó el ritmo de la Real en las diez primeras jornadas. efe
Real Sociedad

Tres rachas a ritmo de campeón de Liga

La Real Sociedad ha edificado su gran temporada en los dos primeros meses, un febrero brillante y una recta final con cinco triunfos en siete partidos

Miguel González

San Sebastián

Martes, 25 de mayo 2021, 06:40

Si la Liga fuese las regatas de La Concha diríamos que la Real Sociedad ha labrado su pasaporte europeo dentro de la bahía, con una ... salida explosiva y una txanpa final poderosa que le ha permitido mantener su ventaja. En mar abierto ha capeado el temporal, remó bien en brankas y aprovechó para empopar tras dar la ciaboga, aunque el oleaje causó estragos entre la tripulación por momentos. La pericia de un oriotarra en la popa y la dureza de una cuadrilla curtida en los últimos años logró superar la dificultad para alcanzar la máxima felicidad y levantar los remos.

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A la complejidad de encarar un curso condicionado por la pandemia se le unió la tensión de esperar durante todo un año la resolución de la Copa del Rey, con el desgaste emocional que ha generado, y el cansancio que ha supuesto la disputa de 50 partidos oficiales. Ha sido la segunda temporada más cargada de la historia, después de los 53 encuentros de la 13/14, con la dificultad añadida que ésta se ha comprimido en un mes menos de competición, porque la Liga arrancó en septiembre en vez de agosto. Que la Real haya alcanzado todos los objetivos marcados habla bien de su madurez y capacidad para ir sorteando obstáculos.

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Embalados pese al covid

Sorprendió positivamente el arranque de Liga porque fue uno de los equipos más afectados por la covid en pretemporada, sobre todo en ataque. Oyarzabal, Silva, Januzaj y Willian José tuvieron que estar varias semanas parados, por lo que Imanol arrancó arriba con Roberto López, Portu, Barrenetxea e Isak. Y los que se fueron recuperando tardaron en recuperar su mejor versión. Dos empates ante Valladolid y Real Madrid sirvieron para ponerse en marcha.

Pero los demás tampoco andaban mejor y la Real Sociedad aprovechó la ventaja de venir con un bloque prácticamente hecho, en el que la llegada de Silva por Odegaard fue su principal novedad, así como el estreno de Zubimendi desde el inicio después de haber sido el mejor en el tramo final de la campaña 19/20.

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El caso es que tras dos meses de competición iba como un tiro. En la Liga, cumplidas diez jornadas, llevaba 23 puntos, a uno del Atlético, gracias a un bagaje de siete victorias –Elche, Getafe, Betis, Huesca, Celta, Granada y Cádiz–, dos empates y una sola derrota ante el Valencia en casa. En Europa, tras imponerse a Rijeka y AZ Alkmaar y empatar en Holanda en cuatro jornadas, la clasificación parecía encarrilada aunque luego habría que pelearla hasta Nápoles.

Fue un tramo inicial sustentado en un Portu desatado que explotó todas sus virtudes jugando cerca de un Silva que sentaba cátedra en cada partido por su capacidad para dirigir al equipo en zona de tres cuartos. El murciano marcó cinco goles en cinco encuentros que acabaron en victoria –Elche, Getafe, Betis, Huesca y AZ Alkmaar– y dio dos asistencias claves a Willian José en el triunfo en Balaídos. También Oyarzabal fue cogiendo la forma y echó una buena mano de cara a la portería rival.

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Esa eficacia goleadora se unió a una fortaleza defensiva desconocida en los últimos tiempos. En los primeros 14 partidos oficiales entre Liga y Europa, la Real dejó la puerta a cero nueve veces y solo encajó cinco goles. La línea formada por Gorosabel, Aritz, Le Normand y Monreal, con Remiro por detrás y Zubimendi por delante, se había convertido en inexpugnable. Ya no solo se trataba de un equipo alegre hacia adelante sino de un conjunto rocoso sin balón al que era muy difícil meterle mano.

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Caen Aritz, Silva y Oyarzabal

Diciembre fue un mes muy frío porque los primeros lesionados comenzaron a caer. Y no fueron hombres cualquiera sino tres piezas claves como Aritz en la defensa, Silva en el centro del campo y Oyarzabal en ataque. Esa circunstancia unida a un calendario cargado con once partidos en 40 días entre el 29 de noviembre y el 9 de enero llevó a una pérdida de velocidad que se dejó sentir en el juego y en la puntuación.

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El de Imanol Algaucil seguía siendo un conjunto competitivo, pero donde antes ganaba ahora empataba y donde antes empataba ahora perdía. Solo venció en ese tramo en San Mamés, de nuevo con gol de Portu, aunque también sacó empates de mérito ante el Villarreal o en Nápoles, donde certificó el pase a dieciseisavos de la Europa League en una de las noches mágicas del curso.

Ese calendario le hizo morder el polvo ante tres aspirantes al título como el Barcelona (2-1), Atlético (0-2) y Sevilla (3-2), aunque lo que de verdad le relegó en la tabla fueron los tropiezos antes rivales de la zona media baja como el Alavés, Levante y Osasuna, a los que hasta entonces había ganado con solvencia.

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En esa fase de acumulación de esfuerzos primó la consistencia a la brillantez, con Merino, Guevara y Zubeldia tirando del carro y secundarios como Guridi, Barrenetxea, Aihen o incluso Sagnan echando una buena mano.

El cansancio y las bajas afectaron a la producción ofensiva, porque se llegaba con menos claridad y más fatiga arriba, mientras que atrás se seguía manteniendo una buena línea, aunque cualquier tanto encajado se acusaba más por la disminución de los goles a favor. La Real Sociedad cerraba la primera vuelta sexta con 30 puntos, después de sumar siete en nueve jornadas, y se ponía a tres del Villarreal.

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La Supercopa eleva la moral

El partido ante el Barcelona el 13 de enero marcó el resurgir txuri-urdin. Fue tal la imagen de superioridad ofrecida sobre el césped ante semejante rival que, a pesar de caer a penaltis después de una noche inspiradísima de Ter Stegen, la plantilla recibió una inyección de autoestima que se notó en las siguientes semanas.

Para entonces ya había vuelto Oyarzabal y Zubeldia se había consolidado como pareja de Le Normand en la zaga ante la baja de Aritz. Contra Betis y Villarreal la Real firmó dos buenos partidos ante dos adversarios directos a pesar de sendos empates, aviso de lo que vendría después. Porque en cinco jornadas la Real sumó 13 puntos tras ganar a Cádiz, Getafe, Alavés y Levante y empatar en la visita al Real Madrid. La reaparición de Illarramendi después de dos años parado y la vuelta de Silva insuflaron nuevos bríos a un equipo que recuperó su mejor versión en la fase ofensiva con un Isak que ha marcado 14 goles en cuatro meses.

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En marzo recuperaba la quinta posición, con tres puntos sobre el Betis y ocho con un Villarreal que empezaba a flaquear. El único borrón de esa fase de la temporada fue el 0-4 frente al Manchester United en Turín que significó el adiós a Europa.

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Campeones y txanpa final

El 3 de abril de 2021 quedará grabado con letras de oro en la historia del club. La sensación de ser campeones 34 años después y levantar la tercera Copa fue inolvidable. Eso sí, se pagó un peaje en la Liga por ese desgaste físico y emocional que le llevó a sumar solo dos puntos en cinco jornadas.

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Hombres como Merino, Silva, Zubeldia o Monreal forzaron para estar presentes en La Cartuja y el cuerpo se resintió. Pero tras superar ese pequeño bache la Real finalizó la temporada con cinco victorias en siete partidos y fue el tercero mejor en el sprint final por detrás de Atlético y Real Madrid.

Aritz tomó el relevo de Zubeldia atrás, Monreal, Le Normand y Oyarzabal aguantaron estoicamente cuando estaban bajo mínimos, Zubimendi y Guevara dieron una lección de madurez, Carlos Fernández y Januzaj aportaron chispa a un ataque del que volvió a tirar un Isak en estado de gracia, y Remiro bajo palos completó un curso espectacular para firmar varias porterías a cero que han sido determinantes.

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Las claves

  • Picos de forma. Ha sumado 51 puntos en 22 jornadas y solo 11 en 16, con diciembre y enero como meses más complicados

  • Continuidad. El reto para el próximo año sería alargar esos momentos dulces para acercarse a los grandes, aunque es difícil

La conclusión que deja la temporada es que la Real sumó 51 puntos en 22 jornadas –las diez primeras, las que van de la 22 a la 26 y las siete últimas– y 11 puntos en las 16 restantes. Su ritmo en ese tramo positivo, a una media de 2,31 puntos por partido, fue superior a la media del campeón Atlético en toda la Liga (2,18) mientras que sus registros en el malo (0,60 por encuentro) es inferior al promediado por el colista Eibar. Si la próxima campaña logra ser más regular, quién sabe hasta dónde puede llegar, aunque superar lo conseguido no será nada fácil.

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