Se viene la Real a casa con los deberes hechos. El equipo fue práctico y eficiente ante un rival al que en los partidos anteriores ... le había visto competir muy bien, siendo difícil de desarbolar. Pero venía de cinco derrotas con el cambio de entrenador y eso ya te está indicando algo sobre el momento que vive.
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Desde el inicio del partido, la Real nos ofreció el fútbol al que nos tiene acostumbrado, aunque esta vez con un cambio de dibujo. El rombo habitual se convirtió en un 4-3-3 de los de antes. Me sorprendió ver a Illarramendi en banda izquierda y a Merino por la derecha. Imanol tuvo que actuar casi más por las circunstancias de las bajas y la necesidad de ocupar espacios que seguramente por la idoneidad de las cualidades de los jugadores. Aún así, con decir que la primera ocasión rival y la primera parada de Remiro llegaron en el minuto 86, te dice un poco cómo transcurrió el partido. Fue un monólogo realista. Sobre todo tengo la sensación de que el equipo supo tener el tempo del partido controlado. Estuvo sobre el césped sabiendo lo que quería hacer en todo momento. Los goles llegaron en instantes estratégicos, sobre todo el primero en el descuento de la primera parte. Creo que la Real hizo méritos suficientes como para irse al vestuario ganando. Y el de la tranquilidad llegó a la hora de juego, con un Brais que está a un nivelazo, desde luego para ir al Mundial seguro.
La Real supo leer bien el partido y no imprimir un ritmo alto ante un rival sobreexcitado
Como digo, me parece importante que el equipo supo leer muy bien el partido. No le convenía un encuentro de mucho ritmo. Jugar fuera de casa ante un rival que cambia de míster es sinónimo de enfrentarte a un grupo sobreexcitado. No había que añadir más excitación al tema. Además el campo se veía que estaba mal. Se notaba que los controles costaban, que el campo estaba seco. Así que sin querer arriesgar, con posesiones largas, sobando mucho el balón, haciendo que el rival se cansara, el partido estuvo bien llevado. La sensación a partir del segundo gol es que se aprieta el botón de ahorro de energía para regular esfuerzos. Se da entrada a chicos jóvenes que pueden foguearse con minutos de calidad.
Mención destacada merecen los 300 aficionados que se pegaron una paliza y que hicieron que la Real tampoco estuviera sola esta vez. Durante años anteriores hablábamos de que el equipo marchaba bien en liga pero que sufría el cambio de ritmo en Europa. La experiencia de estas temporadas anteriores le ha venido bien a esta Real, que ha madurado. No es fácil firmar este paseo triunfal que lleva. La marcha europea es impecable y no olvidemos que está teniendo bajas importantes que ahora sabemos tratar con normalidad.
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Nos visita la semana que viene un campeón de Europa. Los estadios y las aficiones van creciendo en tanto en cuanto ven pasar rivales de entidad. Señal de que la Real está haciendo cosas bien. Un premio.
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