La Real Sociedad cambiará el césped de Anoeta
Prevé hacerlo en las dos semanas entre el partido del Mallorca y el del Athletic, mientras que el Sanse-Ponferradina se jugará este domingo en Ipurua
La Real no ha tardado en recoger el guante que le lanzó Imanol tras el partido contra el Elche y va a proceder a cambiar ... el césped de Anoeta. El técnico señaló hace dos semanas que el campo se encontraba fatal y que no ayudaba nada al juego del equipo. Ante esa situación el club ha reaccionado rápido y ha movido ficha para adoptar distintas medidas para mejorarlo.
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La más importante es la sustitución completa del césped, tal y como hizo en noviembre del año pasado cuando los jugadores también se quejaron de su estado. En principio acometería los trabajos entre el partido contra el Mallorca del sábado 16 y el del Athletic del domingo 31, de forma que tendría dos semanas para que se asentara y ofreciera un buen aspecto en el derbi.
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Ipurua albergará el Sanse-Ponferradina
El problema es que habría que reubicar fuera del estadio varios partidos del Sanse, empezando por el de este domingo (14.00) contra la Ponferradina. Aunque este encuentro se disputará antes del cambio del césped, desde el club se quiere protegerlo para que el día del Mallorca esté en las mejores condiciones posibles. Ello obliga al segundo equipo a buscar un campo alternativo, no solo para este domingo sino también para la próxima jornada, ya que el lunes 18 vuelve a jugar también en casa ante el Oviedo. Y cuidado, porque el mismo fin de semana del derbi recibe al Las Palmas. Finalmente, ese campo alternativo será Ipurua.
Estos días una delegación de LaLiga y de Mediapro, la encargada de producir y distribuir la señal televisiva de los partidos, han visitado las instalaciones de Zubieta para estudiar si el campo principal, el José Luis Orbegozo, podría albergar estos encuentros de Segunda División que se quieren trasladar desde el Reale Arena. El veredicto ha sido que no cumple con las exigencias para albergar partidos de categoría profesional.
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Un problema estructural
El estado del césped de Anoeta es un mal recurrente desde que se acometieron las obras de reforma del nuevo estadio que dio lugar al Reale Arena en 2019. Un problema nada banal para un equipo que trata de someter al rival a través de su calidad técnica y la velocidad en la circulación del balón. Imanol dejó claro su frustración después del choque ante el Elche: «Para nuestro juego no nos viene nada bien que esté así. Es algo que tenemos que solucionar».
Pero el club no tiene tan fácil resolver un problema que se ha convertido en estructural desde hace dos años. La altura del terreno de juego es más baja ahora que en el antiguo Anoeta, lo que hace que las aguas subterráneas queden más cerca y que, por el contrario, con la nueva cubierta el sol no llegue apenas a la hierba, con lo que tiene dificultades para secarse. Además de que apenas puede ser aireada por el viento. Por eso funcionan constantemente las lámparas de luz de sodio –reproducen el efecto del sol– y se ponen también ventiladores. Por otro lado, la cubierta de policarbonato hace que los días de sol la temperatura del césped suba demasiado hasta quemar las raíces de la hierba.
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Las claves
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Reale Arena. Con la reforma del estadio el césped se bajó un metro y está más cerca de las aguas subterráneas, por lo que le cuesta más secarse
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Cubierta. La nueva estructura de policarbonato hace que los días de sol la temperatura de la hierba suba mucho y perjudique a las raíces
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Sanse. LaLiga y Mediapro han visitado Zubieta para estudiar esta alternativa, pero no está claro que cumpla con los requisitos
El mimo con el que los responsables de su cuidado lo tratan han paliado estas circunstancias hasta ahora, pero la sobreactividad esta temporada con los partidos de la Real y del Sanse dificultan su buen estado. Sin ir más lejos, en seis semanas entre el 14 de agosto y el 26 de septiembre ha albergado nueve partidos oficiales, con lo que ello conlleva. Cinco del primer equipo ante el Rayo, Levante, Sevilla, Elche y Mónaco, y cuatro del filial contra el Leganés, Fuenlabrada, Eibar y Huesca. Demasiado trote para un césped que desde la remodelación no ha gozado de buena salud.
Tercera intervención
Ésta será la tercera actuación que se acometerá sobre la superficie del Reale Arena. En diciembre de 2019 se procedió a la colocación de un césped híbrido sobre el natural recién instalado mediante la inyección o cosido vertical de fibras artificiales, pero después los problemas volvieron a aflorar.
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En noviembre del año pasado se llegó a insinuar que el terreno de juego ponía en peligro la integridad física de los jugadores y se citó como ejemplo la lesión de Gorosabel en el calentamiento del partido de Europa League contra el AZ Alkmaar. Era el 5 de noviembre. Para final de aquel mes, el césped estaba cambiado. La Real estrenó nuevos tepes el día 29 contra el Villarreal con resultado satisfactorio.
Entonces fue también Imanol el que puso el dedo en la llaga en una rueda de prensa. «Venimos repitiendo que el césped está fatal y algo tendremos que hacer. Además, nos afecta para el juego que nosotros queremos proponer. Lo de Andoni –refiriéndose a la lesión de Gorosabel mientras calentaba– ha sido una torsión producto del mal estado del terreno de juego».
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El año pasado se procedió a cambiar el césped después de jugar contra el Granada el 8 de noviembre y hubo 21 días para tratarlo antes de la cita contra el Villarreal del 29. Tres semanas en las que los trabajos surtieron su efecto. Ahora solo hay dos semanas entre el Mallorca y el Athletic, y después tendrá que soportar los partidos de la Real y del Sanse, sin olvidar los compromisos europeos contra el Sturm Graz del 4 de noviembre y frente al PSV el 9 de diciembre. Encontrar una solución definitiva no parece sencillo, aunque desde el club no van a cesar en su intento de mejorarlo. Es de esperar que el nuevo césped responda a las necesidades deportivas.
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