La Real busca prolongar el efecto efervescente del champán de nochevieja

Bajo la teoría de que lo que funciona no debe tocarse en exceso, es previsible que Imanol apueste por un once similar al que jugó de inicio en Bilbao, máxime sabiendo que la plantilla dispondrá de cinco días para recuperar tras el partido. La irrupción de Jon Guridi en la última jornada pudo sorprender, no así que hoy volviera a la titularidad, visto su excelente estado de forma. No obstante, Imanol ya tiene suficientes piezas en el centro del campo como para rotar. A Guevara, Zubimendi, Merino y Guridi se suman, como posibles enganches con los hombres de arriba, Roberto López o el propio Merquelanz. El míster tendrá que descartar. La mejor señal.

Del alto ritmo de juego que pueda imprimir la Real, a quien se atribuye también hoy la responsabilidad de llevar la posesión, dependerá, en gran medida, la apertura de huecos que puedan derivar en oportunidades de gol. Con un banquillo de lujo, Imanol se guardará uno o varios revulsivos en la manga ante un choque que puede hacerse largo a los navarros.

Convendría que la Real diera continuidad a la buena costumbre adquirida en la parte final de 2020 de ponerse arriba en el marcador. Lo hizo contra el Eibar, contra el Barcelona, contra el Levante y contra el Athletic, en cuatro de sus últimos cinco partidos. Sería hoy la mejor manera de desordenar a la fuerza uno de los conjuntos más ordenados de la liga. Osasuna basa su juego en una férrea disciplina táctica, difícil de descomponer, y hacerle remar a contracorriente sería la mejor manera de forzar algún error. Claro que la base de un buen resultado seguirá siendo la solidez defensiva exhibida en San Mamés y durante buena parte de la temporada.

Estreno del Reale Arena. El primer partido del año en Anoeta activará, de paso, la cuenta atrás para la ansiada vuelta del público a las gradas.