Moyá cede el balón a uno de sus compañeros ante Aritz Elustondo. MORQUECHO
Real Sociedad

Moyá emerge en una noche paranormal

Imanol sorprende apostando por el balear en un partido en el que la Real terminó sufriendo pese a apabullar de principio a fin al AZ

Eneko P. Carrasco

San Sebastián

Viernes, 6 de noviembre 2020, 07:20

No habían dado las seis de la tarde cuando saltó la noticia en relación al once titular de la Real. Remiro, el segundo portero ... menos goleado de la Liga, se queda en el banquillo para que juegue Miguel Ángel Moyá. Una decisión técnica. En el undécimo encuentro de la temporada, Imanol sorprendió a todos y dio a entrada al guardameta balear para que desempolvase sus guantes en el partido más importante del curso. De momento, claro.

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Y solo cuarenta minutos después la defensa sufría otro inesperado contratiempo, como sucedió en el calentamiento previo al choque del Nápoles con la contractura de Aritz. Andoni Gorosabel, el hombre del momento en clave txuri-urdin, se caía del once inicial y en su lugar entraba Modibo Sagnan, el bombero de Imanol en las dos últimas citas continentales. El central galo volvió a responder con nota.

La apuesta del relevo en la portería le salió redonda al técnico oriotarra, porque pocas veces habrá vivido un partido más plácido un cancerbero de la Real Sociedad. Un solo disparo entre los tres palos tuvo que repeler –sin ningún tipo de apuro– el de Binissalem en los 90 minutos. Ni Calvin Stengs, ni Myron Boadu, ni Jesper Karlsson. El único golpeo de los neerlandeses que pudo ser gol fue obra de Owen Wijndal, en el minuto 37.

Esa circunstancia no evitó que el partido no entrase por muy poco en el terreno de lo paranormal, porque el AZ rondó el empate en unos últimos 15 minutos en los que se mascó la tragedia. ¿Cómo es posible que un equipo que remata 28 veces a puerta contraria esté colgado del larguero en el minuto 94 para defender un pírrico 1-0...? Habría que preguntarle a Iker Jiménez, pero el periodista vitoriano ya no se dedica a perseguir este tipo de fenómenos que se dan cada ciento en viento.

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Volviendo a la –sorprendente– decisión de Imanol de rotar a los guardametas, hay que recordar que el hombre que defendió ayer la portería blanquiazul tiene más de 400 encuentros oficiales a sus espaldas –entre ellos 17 en Europa– y el mismo número de años de experiencia en la élite. Esta temporada, cuando Remiro bajó su rendimiento tras el confinamiento e Imanol decidió relegarle al banquillo, Moyá fue una pieza vital en los últimos seis encuentros de la Liga 19/20, donde se pudo amarrar la sexta plaza para jugar 'finales' como la de ayer.

Nervios de acero

Puestos a rotar en un puesto tan delicado, mejor tener como alternativa a un portero como Moyá, curtido en mil batallas y con nivel para competir en Europa. El ex del Mallorca, de 36 años, fue el jugador más veterano de un terreno de juego en el que abundaban los chavales de 21, 22 y 23 años. Cruce de generaciones.

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Sorprende siempre en el balear esa calma y ese saber estar que tiene cuando le toca jugar. A pesar de estar meses sin competir, hace gala de sus nervios de acero para sacar el balón jugado desde atrás con el rival presionando arriba y apoyándose en dos compañeros, Le Normand y Sagnan, con los que ha jugado tres ratos en su vida. La experiencia es un grado.

Y en estas que toca volver al terreno de lo inexplicable para describir los momentos en los que el portero balear, que pudo haber estado tirado en una tumbona durante 85 minutos, salvó a su equipo de entrar en pánico. Una pérdida propia y absurda provocó el primer amago de paro cardíaco entre la parroquia txuri-urdin. Portu se hizo un lío en el minuto 74 en la iniciación de la jugada y el AZ salió disparado hacia el área realista. Aboukhlal puso un centro raso peligrosísimo que Moyá atajó con una rápida estirada. Menos mal, porque estaba listo para empujar el balón Druijf.

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El miedo al empate amenazaba con sumergir a los de Imanol en un agujero negro de frustración. Solo un minuto después, de nuevo Aboukhlal heló los corazones de los seguidores realistas durante dos segundos, pero su remate salió alto. Moyá cerró su inmaculada hoja de servicios con un despeje de puños en el descuento que espantó todos los fantasmas. El único espíritu que se apareció fue el de la victoria.

Gorosabel se cae del once titular por una inoportuna torcedura

Andoni Gorosabel fue la nota negativa del encuentro de ayer. El lateral de Arrasate se torció el tobillo derecho en el calentamiento. Sus gestos de dolor alarmaron a Imanol y a su cuerpo técnico, que decidieron mandarlo a la grada. El canterano se disponía a jugar su undécimo partido consecutivo en un momento de forma pletórico. El flanco derecho de la zaga realista vuelve a sufrir un contratiempo. Menos mal que Zaldua ya está casi recuperado.

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