Me siento en el sofá, enciendo la televisión y lo primero que veo es una asistencia de Zubimendi a Oyarzabal con la selección. Suspiro. La ... vida a veces recuerda el porqué de muchos momentos. He madurado viendo a una dupla que ya no viste de txuri-urdin. Y pienso en dejar de mirar al pasado y centrarme en el presente. En lo que está por llegar.
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Parafraseando a John Lennon, la vida es eso que pasa mientras imagino un pase de Soler a Karrikaburu. Y Anoeta se levanta. Así somos los futboleros. Nos fijamos mucho en el ayer, pero también nos fascina recrear escenarios futuros. Y la Real de Sergio tiene tantas piezas en el tablero que es imposible no fantasear... ¿y sonreír?
Aunque hasta ahora lo hayamos hecho poco. LaLiga ya aprieta y dos puntos de nueve son pocos teniendo en cuenta los rivales enfrentados. Pero propongo un reto: no pensar en lo que ya fue cada vez que miramos un partido. Para eso se ha cambiado al responsable de la dirección del fútbol, la política de fichajes (jerarquía y el potenciar a los jóvenes), y al entrenador.
Me gusta que Sergio pruebe. Jornada tres y quizá en junio hablemos de otra cosa, pero está claro que lo que tenía que hacer era romper con lo establecido. No ha funcionado del todo porque el balón sigue sin querer entrar. No quiero pensar en el hay cosas que nunca cambian, pero espero que esta Real sepa encontrar nuevos caminos.
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Oyarzabal ha marcado cuatro goles y ha dado dos asistencias con la selección en 2025. La vida es eso que pasa mientras estás ocupado haciendo otros planes. Habrá que confiar en que la Real se adueñe de su propia realidad.
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