Gorriz y Zamora recuerdan la eliminatoria ante el Lokeren: «Aquellos belgas eran rápidos y nos eliminaron»

El fútbol de aquellos tiempos era más homogéneo que el actual y no había tantas diferencias entre países. El belga, en particular, atravesaba por un época dorada con el subcampeonato obtenido por su selección en la Eurocopa de 1980 tras caer en la final ante Alemania. Entre sus jugadores clave estaban el portero Jean-Marie Pfaff, el defensa Eric Gerets, el centrocampista Jan Ceulemans y el delantero Erwin Vandenbergh.

El enfrentamiento tuvo lugar en la temporada 80/81 y la Real aún rumiaba el desenlace de la liga anterior en la que perdió el título en Sevilla en la penúltima jornada después de estar 32 partidos invicta. Afrontaba el nuevo curso con ganas de sacarse la espina y en Europa iba a acumulando experiencia tras eliminatorias como la del año anterior contra el Inter de Milán. Las dos primeras rondas de la UEFA las ventiló con cierta solvencia ante el Ujpest Dozsa húngaro y el Zbrojovka Brno checo. En la tercera le tocó en suerte el Lokeren, un equipo que venía avalado por la fama de su contragolpe.

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En sus filas destacaba el extremo Grzegorz Lato, máximo goleador del Mundial 74 con Polonia, y Elkjaer Larsen, que brillaría en el Mundial 86 y es considerado uno de los tres mejores futbolistas daneses de todos los tiempos junto a Laudrup y Schmeichel. Además, tenía a dos internacionales con Bélgica como su capitán De Schrijver y el centrocampista Verheyen.

En el partido de ida jugado el 26 de noviembre de 1980 en el Daknamstadion el Lokeren tomó ventaja en una falta lateral desde la izquierda colgada por Verheyen al área para que Lato marcase de cabeza. Arconada, vendido, no pudo hacer nada por repeler el remate. La Real apenas generó situaciones propicias en ataque porque se vio sorprendida por la defensa adelantada de los belgas que le hizo caer constantemente en fuera de juego. Ormaetxea advirtió tras el partido: «En Atocha jugaremos más ofensivamente».

Gorriz, que formó junto a Kortabarria en el eje de la zaga, recuerda muy bien la jugada del gol. «Solíamos defender prácticamente al hombre dentro del área y luego dejábamos un par de hombres en la barrera si la falta era lateral, uno en la corta y otro en la frontal del área. Lato no era muy alto pero sí listo y en esa jugada se nos adelantó».

Entonces remontar un 1-0 en Europa era complicado «porque en caso de empate en la eliminatoria los goles fuera de casa valían doble. Y nos hicieron pronto el 0-1. Tenían un buen equipo pero yo creo que éramos mejores», apunta el jugador que más veces ha vestido la elástica txuri-urdin en la historia.

El partido de vuelta en Donostia se disputó el 10 de diciembre de 1980 y el cuadro blanquiazul salió en tromba para tratar de igualar la eliminatoria. Sin embargo, el Lokeren aprovechó los espacios que dejó en defensa para adelantarse en un contragolpe de Lato que culminó Larsen en el minuto 21 y al inicio de la segunda parte hizo el 0-2 en un córner bien terminado de nuevo por Larsen. Con todo perdido, Ormaetxea sacó a Idigoras por Satrustegui y a Uralde por Murillo para jugar arriba junto a Bakero y López Ufarte. En el tramo final López Ufarte, de penalti, y Zamora establecieron el empate pero la Real nunca estuvo cerca de superar la ronda porque necesitaba marcar dos goles más.

Zamora, autor del tanto del empate, pone en contexto el potencial del fútbol belga en aquella época. Su selección había brillado unos meses antes en la Eurocopa de 1980 y había quien la comparaba con la Holanda de Cruyff que maravilló en los setenta. «Jugaban un fútbol muy moderno. Yo recuerdo aquella Eurocopa porque me eligieron tercer mejor jugador del campeonato por detrás de Schuster de Alemania y Ceulemans de Bélgica. Adelantaban la defensa al centro del campo para dejarte en fuera de juego y salían con velocidad al contragolpe. El Lokeren nos sorprendió tanto allí como aquí por esa forma moderna de jugar. Aquellos belgas eran muy rápidos y nos eliminaron».

El eterno '10' de la Real deja una reflexión para entender el mérito que tuvo aquel conjunto de Ormaetxea en las competiciones continentales y que en 1983 rozó la final de la Copa de Europa. «Nosotros jugábamos con todos de aquí, lo que nos colocaba en una situación de inferioridad respecto a rivales que jugaban con varios extranjeros. En el Lokeren, por ejemplo, recuerdo que sus dos grandes estrellas eran el polaco Lato y el danés Elkjaer Larsen», explica. Además de ellos, se puede comprobar que el portero Hoogenboom era holandés y tenían un delantero noruego, Gudjohnsen, y otro polaco más como Lubanski. Todos jugaron aquella eliminatoria.

El club belga, fundado como Racing Club Lokeren en 1923, se fusionó en 1970 con el otro equipo de la ciudad para llamarse Koninklijke Sporting Club Lokeren. Vivió su época dorada a partir del ascenso a Primera División en 1975, en la que permaneció hasta 2019 con la excepciones de las temporadas 93/94 y 95/96, en las que jugó en Segunda. A nivel internacional disputó seis veces la UEFA, cuatro la Intertoto y dos la Europa League, siendo precisamente la campaña 80/81 en la que lejos más llegó, cayendo en cuartos ante el AZ Alkmaar. En su palmarés figuran los títulos de Copa en 2012 y 2014.

El Sporting Lokeren fue declarado en quiebra el 20 de abril de 2020 por el tribunal corporativo de Dendermonde y no recurrió, poniendo fin a casi un siglo de existencia. El club tenía una deuda de 5 millones de euros y había dejado de pagar los salarios tanto de jugadores y empleados como de proveedores. La desaparición del histórico club conllevó también un duro golpe para su academia, una de las más prestigiosas del país en la formación de futbolistas. Perdió a más de 200 jugadores que fueron a parar a otros clubes y el 80% de sus entrenadores.

A los dos días, el 22 de abril, se anunció la creación para ocupar su lugar del KSC Lokeren-Temse, que arrancó en categoría amateur y después de dos ascensos seguidos hoy compite en la segunda división de Bélgica. Juega en el Daknamstadion y su presidente es nieto del que presidió el Sporting Lokeren en los setenta.