El camino para seguir creciendo

Januzaj es un chaval estupendo, noble y divertido, un tipo que da vida al vestuario, pero si la Real quiere seguir creciendo, si Imanol va a seguir exprimiendo a los suyos cada día como dijo al acabar el partido ante el Atlético, la salida de Januzaj debe entenderse como algo natural y de ninguna manera como algo traumático. Porque, seamos sinceros, Januzaj, después de cinco temporadas, no ha terminado de ser titular indiscutible con la regularidad que se le debiera reclamar a quien está llamado a hacerlo y no tenía pinta de que fuera a cambiar su rol en la próxima temporada mientras Imanol esté en el banquillo. Es cierto que la Real quería renovarle, así lo reflejó este periódico recientemente cuando solo quedaba estampar la firma, pero siempre había algo que no terminaba de cuadrar: unas veces las jugarretas de su agente, otras su irregular rendimiento, otras veces Imanol le quería coger del cuello, otras queríamos hacerle la ola...

A mi entender, Januzaj ha tenido oportunidades más que de sobra. Se marcha dejando un buen recuerdo. Sus lágrimas en el vestuario al acabar el partido del Atlético reflejan lo bien que ha estado en la Real y las ganas que tenía de seguir en un territorio en el que había terminado encontrando su sitio. Recuerdo que cuando llegó, más de uno y de dos dijeron que Januzaj nunca se iba a adaptar porque estaba habituado a pasear por los mejores locales de Inglaterra y nuestra 'city' se le iba a quedar pequeña. Pero hizo migas con Odegaard, Xabi Prieto e Isak, principalmente, y ha terminado disfrutando de Gipuzkoa entendiendo lo que significa la Real.

A diferencia de otros futbolistas, el 'mago de Molenbeek' siempre ha tenido un gesto cariñoso para quien le ha reclamado una fotografía o un autógrafo. Januzaj siempre ha tenido claro que juega para el aficionado y que se debe a ellos. Así es como se ganó a cientos de jóvenes durante la pandemia con sus conexiones nocturnas en las redes sociales. Sus bromas nos arrancaron más de una sonrisa cuando estábamos encerrados en casa. Le deseo lo mejor.

El caso de Monreal es distinto pero en el fondo estamos en las mismas: en no regalar contratos porque sí. Nadie duda de lo que puede ofrecer Monreal, es difícil dar con un mejor jugador de equipo, pero cuando no ha podido jugar ningún partido en la última temporada, el propio jugador es quien entiende que no está para pedir nada y la Real también que no puede contar con él.

Estos dos movimientos son solo los primeros del arduo trabajo que le espera este verano a la dirección deportiva y el consejo de administración. No recuerdo un año igual en el que la Real tenga que tomar tantas decisiones de calado ya no solo en el primer equipo sino también en el Sanse. El descenso del filial va a acelerar la toma de decisiones con jugadores que debían tener hueco en Segunda y que ahora...