La encrucijada de Odegaard

El noruego es feliz en Donostia, donde, a sus 21 años, ha podido por fin desplegar todo su talento en una gran liga tras su experiencia en el Castilla en Segunda B y en la liga holandesa, enrolado en el Heerenveen y el Vitesse. Su juego ha deslumbrado no solo en el Reale Arena sino también al propio entorno madridista, cuya prensa ya reclama la vuelta del escandinavo. Odegaard, sin embargo, se mantiene en su hoja de ruta inicial. Dos años de cesión para terminar de formarse. El primero está a punto de culminarlo con un sobresaliente, y el segundo debe ser el de su confirmación liderando a la Real en Europa, si los txuri-urdin consiguen abrochar su objetivo. Un segundo año que siempre viene bien a jugadores jóvenes que se están formando para terminar bien el proceso de cocción antes de dar el salto a un transatlántico como el conjunto de Florentino Pérez. En Zubieta tiene buenos espejos en que mirarse antes de tomar una decisión. Tiene a Asier Illarramendi, que quizás fichó por el Madrid sin terminar de estar del todo formado, y a Xabi Alonso, entrenador del Sanse y que triunfó en Liverpool, Madrid y Bayern, pero tras abandonar la Real después de cinco temporadas y jugar una Champions de txuri-urdin.

En el Real Madrid debería pelear por minutos en una plantilla plagada de estrellas. Y sobre todo su futuro de blanco sería más complicado si Luka Modric, el balón de oro croata e ídolo del de Drammen, renueva otro año.

El Madrid tiene 37 jugadores en nómina, contando a la multitud de cedidos, con fichas muy altas, y no va a poder desprenderse tan fácil de todos, por lo que Odegaard tendrá mucha competencia en la sala de máquinas merengue. Además, los blancos siguen pensando en nombres para reforzar la zona ancha, casos del francés Paul Pogba y el prometedor jugador galo de origen angoleño Eduardo Camavinga, de solo 17 años y revelación europea en el Rennes, aunque son jugadores más pivotes que de creación, llegada y último pase como el escandinavo.

Los fríos números de lo que va de temporada igualan el rendimiento del noruego en la Real con la de algunas de las figuras del Madrid, como el propio Modric, el experimentado Toni Kroos o el prometedor Fede Valverde. Mete más goles que ellos por minuto, uno por cada 344, da más asistencias (una por 331 minutos) y en otros apartados como balones recuperados, remates o pases buenos, presenta números similares o superiores.

Pero su influencia va más allá de los números. Odegaard, de la mano de Mikel Oyarzabal, ha conseguido elevar el nivel de juego de la Real un punto por encima hasta convertirle en un equipo con aspiraciones Champions y a un paso de ganar un título, el de la final de Copa, en el que el noruego está siendo decisivo. Abrió la lata en el histórico 3-4 del Bernabéu, y puso el 2-1 ante el Mirandés que dio ventaja para la vuelta, enmendando eso sí, un fallo en una pérdida que derivó en el gol burgalés.

El jugador está feliz en San Sebastián y su idea es continuar aquí, pese a las presiones que puedan venir de la capital de España y de un Madrid tentado de recuperarle, sobre todo si finalmente el veterano Modric acaba yéndose y la temporada acaba en la casa blanca sin títulos.

Roberto Olabe, director de fútbol, dejó un mensaje de matizado optimismo el jueves dentro de la prudencia que caracteriza al director de fútbol. «Miro a la cara de Odegaard y soy moderadamente optimista, pero hay que dejarle tranquilo», señaló Olabe, que recordó que Madrid y Real se han dado una prórroga antes de resolver la situación, debido al parón por el coronavirus.

Olabe recordó que los jugadores acaban jugando donde quieren, así que la última palabra puede acabar siendo del propio futbolista, que se debate entre liderar a la Real en Europa, con opciones de hacerlo en el escaparate Champions, o empezar de cero en el Real Madrid y pelear los minutos. Olabe dejó claro que «no le quiero estresar», y el entorno del futbolista le protege. Su agente, el excentral de la Real Bjor Tore Kvarme, se mantiene en una posición de silencio. Y el futbolista prefiere centrarse en la reanudación liguera que viene.

Si juega ante Osasuna, sumará doscientos partidos oficiales como profesional en una carrera de cinco años que arrancó con apenas 16 en el filial merengue. Su debut en Primera se produjo hace cinco años, un 23 de mayo de 2015, sustituyendo a Cristiano Ronaldo en un partido ante el Getafe. Luego jugó de blanco otro encuentro copero, antes de curtirse en el filial y emigrar a Holanda. En el horizonte de 2021 tiene también la posibilidad de llevar a Noruega a la Eurocopa en la repesca de la mano de Erling Haaland, el delantero del Dortmund y futbolista europeo de moda.