La Real Sociedad no contempla fichar otro portero

En lo que respecta a la Real Sociedad, la línea que menos cambios experimentará será la portería, ya que los técnicos están satisfechos con Remiro, Moyá y Zubiaurre, aunque a nadie se le escapa que el segundo de ellos concluye contrato el 30 de junio y hasta el momento el club no ha movido ficha respecto a su futuro.

Cuando el portero balear firmó por la Real en marzo de 2018 se incluyó en su contrato una cláusula por la que la entidad blanquiazul podía renovarle de forma unilateral un año más, hasta 2021, en unas condiciones que ya quedaban pactadas entonces. Sin embargo, el club no ha ejecutado dicha cláusula ni parece que vaya a hacerlo. No obstante, eso no significa que Moyá no vaya a continuar, ya que puede hacerlo en unos términos diferentes a los que recoge esa cláusula de renovación automática.

Para ello, la Real debe dar antes el paso de apostar por el mallorquín un año más una vez se despeje el actual escenario de incertidumbre que rodea al fútbol, en general, y a LaLiga, en particular. Y todo apunta en esa línea, ya que en los últimos días se han producido dos hechos que favorecen su continuidad. El primero es la presencia virtual el año que viene en competición europea tras los criterios que hizo públicos la Federación Española el pasado jueves. Y el segundo, las declaraciones del portero al periodista Fernando Burgos en las que ratificaba su deseo de seguir en San Sebastián.

Tanto Olabe como Imanol le tienen en muy alta estima. A sus 36 años se trata de un portero experimentado, con una gran trayectoria detrás y que es muy valorado en el vestuario, tanto deportiva como humanamente. Al tratarse de un grupo tan joven, su peso es aún mayor por la veteranía y capacidad para arropar a futbolistas con un recorrido menor en el mundo profesional.

Esta temporada, sin ir más lejos, ha sido una pieza clave en la consolidación de Remiro en Primera. Arrancó la Liga como titular las cinco primeras jornadas porque Imanol no veía aún preparado al de Cascante para estrenarse en la máxima categoría. Venía de estar un año en blanco en el Athletic y el verano, con el asunto de Rulli sin resolver, tampoco había sido muy tranquilo para los guardametas. Tener a un hombre de las condiciones y el nivel de Moyá cerca permitió al técnico comenzar con él el campeonato y que un conjunto joven se sintiera respaldado desde atrás por su experiencia y seguridad.

Después de tener una primera toma de contacto ante el Alavés, el 20 de octubre Remiro se hizo definitivamente con el puesto en el encuentro contra el Betis de la novena jornada. Aunque al principio no le hizo gracia no jugar, esos dos meses de tiempo que ganó el navarro fueron determinantes para tener un buen aterrizaje en la categoría. Hoy nadie discute que la Real tiene portero para muchos años.

Al mismo tiempo, la presencia de Moyá eleva la competitividad en el puesto. Los roles no están tan determinados como antaño, entre titular y suplente, porque si el primero no presenta una línea ascendente y decae en su rendimiento siempre puede ir al banquillo al haber dos hombres de garantías en la posición. Lo que ha asentado a Remiro en el equipo ha sido el nivel que ha ofrecido y la exigencia que supone en el día a día pelear deportivamente con el balear.

No obstante, el papel que Moyá podría representar en la próxima temporada es diferente al que tenía cuando llegó hace dos años. Entonces la Real presentaba un déficit importante bajo los palos y llegó para cubrirlo con un rol protagonista. De hecho fue titular en el tramo final de la 17/18, jugando nueve de las últimas trece jornadas, y eso que en dos fue baja por un problema muscular. La temporada pasada también jugó con Garitano durante tres meses, desde octubre a diciembre, rindiendo a buen nivel.

Sin embargo, desde la llegada de Imanol al banquillo en enero de 2019 solo ha jugado siete de los 45 partidos de Liga disputados. Su papel es distinto al que tenía cuando arribó en marzo de 2018, por lo que su continuidad depende en buena medida de que las condiciones de su contrato se ajusten a esa nueva realidad. Por eso, lo más probable es que su renovación sea fruto de la negociación de un nuevo contrato y no de la ejecución de esa cláusula unilateral que el club puede ejercer.

El otro asunto pendiente que quedaba por despejar es la presencia de la Real Sociedad en Europa el próximo curso. No es lo mismo afrontar solo Liga y Copa, que disputar Europa League o Champions. A mayor exigencia, mayor necesidad. Para agosto hay que facilitar la lista de equipos europeos a la UEFA -esta semana se sabrá la fecha exacta- y como la final de Copa no se habrá disputado para entonces, el finalista que vaya primero en ese momento en la Liga irá a Europa. Y la Real le lleva nueve puntos al Athletic, lo que virtualmente le da billete continental para la temporada que viene. Los técnicos entienden que para para jugar solo las competiciones domésticas Zubiaurre está plenamente capacitado para complementar a Remiro. El club tiene el reto de sacar un portero de la base después de 16 años y la confianza que hay en el ordiziarra es alta.

No obstante, el actual parón de Liga retrasará la decisión del club ante un escenario de semejante incertidumbre, aunque si el deseo de las dos partes es que sus caminos sigan ligados todo hace indicar que será así. Aunque la Real no ha ejecutado la cláusula de su contrato ni le ha comunicado nada oficialmente, la relación entre las dos partes es buena y la comunicación, fluida. El portero está al tanto de lo que piensa la Real, así se lo ha transmitido personalmente Roberto Olabe, aunque también es libre desde el pasado 1 de enero para escuchar ofertas y ligar su futuro a otro equipo si le llega una propuesta que le convenza.

En paralelo, el club se ha convertido en un plato apetecible para aquellos agentes que buscan colocar porteros o mejorar su situación. Saben que Moyá acaba contrato y que aún no ha renovado, lo que ha disparado el número de ofrecimientos que han llegado a Anoeta en las últimas semanas. A nadie se le escapa que el txuri-urdin es uno de los equipos al alza de LaLiga y con mayor proyección, tanto en el deportivo como en lo institucional, y cada vez más profesionales se sienten atraídos a jugar en él.

La respuesta de la Real siempre ha sido la misma: no busca portero. Está contento con los tres que tiene y quiere seguir trabajando con ellos. Sin olvidar a Rulli, cedido en el Montpellier, pero cuyo futuro no pasa por Donostia.