Cuestión de actitud
La reunión que mantuvieron plantilla, director de fútbol y presidente posdeclive en La Cartuja ha tenido una reacción que era obligatoria
La Real perdió en Montjuic como lo hizo en La Cartuja. De los viajes a Sevilla y Barcelona se volvió sin puntos, pero hay dos ... mundos entre una derrota y otra. Con mis colegas de profesión con los que viajo a los partidos de visitante cuando entramos a los estadios solemos compartir nuestras sensaciones antes de que el balón eche a rodar. En La Cartuja lo tenía claro. Fue ponerme la acreditación al cuello en las entrañas del estadio y darme cuenta de que la noche iba a ser dolorosa. Olía a ello. Me pasó lo mismo cuando en la temporada pasada pisé el Metropolitano y sonaba Arde Bogotá por megafonía. «Tiene que haber una salida para tanto dolor». Al minuto 30 el exrealista Sorloth había marcado un póker de goles ante una Real diminuta. Tuve que poner diez ceros en las puntuaciones y los más viejos del lugar no recuerdan algo igual.
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No sentí esa sensación cuando llegué a Montjuic pese a que la Real solo ha ganado una vez en la Ciudad Condal en tres décadas. Intuía que la Real podía caer, no nos vamos a engañar, pero sentía que la actitud iba a ser otra. Los futbolistas no iban a deambular por el campo. Si hay que perder de alguna forma, tiene que ser con ese nivel de exigencia colectiva. Es cuestión de actitud. Parece que la reunión que mantuvieron plantilla, director de fútbol y presidente el sábado posdeclive en Sevilla ha tenido una reacción que era obligatoria.
«Esa agresividad tras perder el balón, tras fallar un pase, las segundas jugadas, las caídas, los duelos... Lo hemos hablado en el vestuario y le hemos dado la vuelta. Era necesario», verbalizó Remiro en estas mismas páginas ayer. Y es que es algo que la Real no se podía permitir, sobre todo porque ha perdido calidad en la plantilla. Si ya no tienes a los Zubimendi, Merino, Silva, Isak y compañía tienes que compensar esa bajada de nivel de alguna manera, por no decir que en el actual fútbol si no mantienes una intensidad óptima durante los noventa minutos cualquier rival es capaz de pasarte por encima.
La Real ha recuperado la intensidad y el compromiso colectivo, pero ahora tiene que dar continuidad al buen juego mostrado ante el Mallorca. Se ha hablado poco de que los de Sergio ganaron gracias a su juego al conjunto bermellón siendo un partido complicado por el contexto. Los realistas vencieron por practicar su fútbol de siempre y el resultado fue corto para lo que se vio en el campo. El partido ante el Rayo presenta circunstancias similares. Los dos equipos llegan con los mismos puntos, el que caiga se puede ir en descenso al parón y pese a que para la parroquia txuri-urdin el duelo no es tan dramático como el del pasado miércoles, la victoria es innegociable para no tener dos semanas eternas de debates que siempre tendrían connotaciones negativas.
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Sergio va poco a poco encontrando su once tipo a la espera de que llegue Yangel y la alineación ante el Rayo sale casi sola, lo que deja en evidencia a algunos futbolistas llamados a marcar diferencias que ahora mismo no entran en los planes del entrenador a corto plazo. El choque ante el Mallorca estaba reservado para determinados futbolistas que sí que se tomaron en serio la complicada situación en la que se había metido el grupo. Los brotes verdes están plantados, ahora hay que seguir regando las plantas para convertirlo en un bonito jardín.
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