Atasco en el Reale Arena

Que las reglas del fútbol han cambiado desde la pandemia, sobre todo con la ausencia de público en los campos, se sabía. Pero ni la Real ni Imanol, de momento, han encontrado una solución a este problema. Unas veces, como ayer, son los rivales cerrados, otras el árbitro, otras la mala suerte arriba.... Lo cierto es que desde el final del confinamiento la Real ha disputado en casa quince partidos de Liga, de los cuales solo ha ganado cuatro. Ante el desahuciado Espanyol el curso pasado, y esta temporada ante el Getafe –en el mejor partido en tiempo en casa–, un Huesca en puestos de descenso y un Granada con juveniles. En Europa solo se logró ganar al AZ Alkmaar y hasta el eliminado Rijeka se llevó premio. Fríos números que se confirmaron en el desapacible derbi de ayer ante Osasuna.

Un regalo inconcebible en profesionales, con Willian José conduciendo el balón en el área propia rodeado de cocodrilos, y Sagnan algo torpe, aunque el brasileño le había metido en un buen marrón, dio a Osasuna un gol. Un tanto de esos que ante conjuntos graníticos como el rojillo pueden ser decisivos. Visto el conservador planteamiento de Jagoba Arrasate, lo único que tenía que hacer la Real era no disfrazarse de rey mago por adelantado, pero...

Se destacará hoy seguro la pizarra del míster de Berriatua, pero Imanol supo dar la vuelta a la tortilla poniendo en el centro de la mediapunta a Oyarzabal, que es bueno le pongas donde le pongas, y dejando en banda a Portu, perdido en esa zona en la que tanto se echa de menos a Silva. Sin el canario, el eibartarra parece la mejor solución por su inteligencia para leer el fútbol y su despliegue. Con el talento y las conducciones del 10 txuriurdin, era cuestión de tiempo que cayera alguna ocasión.

Y llegó en un momento clave, nada más arrancar el segundo tiempo, con el tanto de Barrenetxea, generado por el capitán, cómo no, con un buen centro de Portu en su hábitat natural, la banda, y tras una buena peinada de Willian José, que le redimió del falló del 0-1 aunque no ocultó su flojo partido. Velocidad y bandas, el abc del fútbol.

Con el empate llegaron algunos huecos en la defensa navarra y entre Oyarzabal, Portu y un 'Barrene' renacido la Real tenía el partido donde quería. Pero hete aquí que Imanol sacó la probeta, esta vez sin el buen resultado de San Mamés. Se supone que el cuchillo Gorosabel se quedó en el banquillo porque andaba justo y que, tras mes y medio de baja, Oyarzabal necesita dosificarse, pero su salida y la de Portu a la vez parecieron excesivas. Sabemos que en el calendario vienen curvas, con la Supercopa dentro de diez días, pero es que con una victoria ayer y 32 puntos a falta de un partido para acabar la primera vuelta –con el empate suma 30–, como si Imanol quería ir al Sánchez Pizjuán el próximo sábado con los suplentes...

Tras los cambios la Real empeoró y al final Osasuna, que ofreció un fútbol bastante pobre, se conformó con un punto. Repito. En Liga, cuatro victorias, seis empates y cinco derrotas en el Reale Arena a puerta cerrada. Números para la reflexión. El de Orio seguro que encuentra la fórmula, ya que ha demostrado de sobra que sabe reinventarse.

En este sentido, antes del partido del Reale Arena se conoció la sorprendente, o quizás no tanto, destitución de Gaizka Garitano como entrenador del Athletic pese a vencer 1-0 al Elche. Pero es que el despido de técnico de Derio empezó a cocinarse el jueves tras la derrota ante la Real en el derbi y el repaso que le dio en ese partido Imanol. Un movimiento, quizás, mirando a esa final de Copa pendiente. Llega Marcelino García Toral, bestia negra para la Real, aunque tiempo hay todavía para que llegue ese partido del 4 de abril, que nada tendrá que ver con todo lo vivido por ambos clubes hasta entonces.

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