DV
San Sebastián
Viernes, 15 de octubre 2021, 06:53
El 20 de octubre de 2011, a las siete de la tarde, dos hombres pudieron al fin respirar en paz y libertad. Lo hicieron, como tantos amenazados como ellos, ese día histórico en el que una ETA en estado terminal anunció el cese definitivo de sus atentados. Eduardo Madina logró sobrevivir milagrosamente en 2002 a un intento de matarle con una bomba lapa en su coche que le mutiló la pierna izquierda. La organización terrorista diseñó varios planes, abortados, para tratar de ejecutar también a Borja Sémper. El exdiputado del PSOE y el expresidente del PP de Gipuzkoa, hoy alejados de la política, rememorarán su cruda vivencia de la amenaza etarra y el alivio y la esperanza del final en la presentación, hoy, de 'Todos los futuros perdidos'.
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Puedes verla ya completa en el vídeo sobre estas líneas, en el marco del Aula DV Digital, organizada por el este periódico en colaboración con la Fundación La Caixa.
El libro, que recoge las conversaciones de ambos protagonistas con la subdirectora de El Diario Vasco, Lourdes Pérez, en el caserío Lekunberri cercano a Mondragón, arranca con el recuerdo de aquel 20 de octubre en el que Madina lloró al teléfono con el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y Sémper abrazó «lo desconocido» –una existencia sin tiros ni bombas– «con muchas ganas». Las 286 páginas del volumen constituyen un homenaje a las 853 víctimas de ETA, a los miles de amenazados durante casi medio siglo de actividad terrorista y a los grupos pacifistas que, desde temprana hora, se opusieron a la barbarie bajo el riesgo cierto de ser señalados por ella. Madina y Sémper, escoltados durante años, repasan con emoción aquel tiempo tenebroso y la hora del final y hacen memoria contra el olvido.
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