El lehendakari Iñigo Urkullu con los miembros de su Gobierno en el Palacio de Miramar de San Sebastián Sara Santos

Urkullu busca ensanchar el consenso para que el nuevo estatus sea viable en Madrid

El lehendakari avisa a EH Bildu de que no está dispuesto a romper el Gobierno con el PSE

A. González Egaña

San Sebastián

Martes, 28 de agosto 2018, 12:09

El lehendakari precisó este martes que todavía queda «mucho recorrido» para sumar las aportaciones de otras fuerzas políticas vascas al acuerdo sobre el nuevo estatus alcanzado entre PNV y EH Bildu en una fase que se apresuró a definir como «inicial». Iñigo Urkullu no quiso hacer cábalas ni conjeturas sobre con qué grupos parlamentarios ni con cuántos se debería ensanchar el futuro pacto y se limitó a decir que debería ser «lo más consensuado posible» para que no se tope con obstáculos en su tránsito a las Cortes Generales. El horizonte del Gobierno Vasco de coalición PNV-PSE será que el texto final, el que elabore el grupo de cinco expertos juristas a los que se va a encomendar ese trabajo el próximo 7 de septiembre, pueda tener «recorrido institucional» y suponga el fortalecimiento de la capacidad política de autogobierno. Deberá resultar, en palabras de Urkullu, un nuevo marco jurídico político consensuado, asentado sobre el reconocimiento de la singularidad del autogobierno y el Concierto Económico y que incorpore un sistema «efectivo» de garantías de cumplimiento del pacto.

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El jefe del Ejecutivo vasco, en su comparecencia ante los medios de comunicación en el palacio Miramar de San Sebastián, tras el tradicional primer consejo de Gobierno del curso político, puso cierta distancia con el acuerdo, de marcado carácter soberanista, alcanzado antes del verano en la ponencia de autogobierno. Tildó incluso de «esperanzador» que ninguna de las formaciones políticas representadas en el foro parlamentario «se ha levantado de la mesa», una circunstancia que tradujo en «disposición a seguir debatiendo y discutiendo». Tras recordar que él es el lehendakari de un Ejecutivo de coalición, puntualización que realizó en varias ocasiones a lo largo de su comparecencia, admitió que, «probablemente, cada uno tenga su impresión» sobre los trabajos que han hecho sus respectivos grupos en la ponencia, e insistió en que el acuerdo que se alcance en su seno debe ser «lo más ancho posible». Urkullu reforzó así la modulación que el PNV ha protagonizado en los últimos días al puntualizar que buscarán ampliar los acuerdos y que lo intentará, «sinceramente», entre «diferentes ideológicos».

«Se están dando movimientos con los presos»

El lehendakari no se anduvo con rodeos para referirse a los movimientos con los presos de ETA. «Se están dando», afirmó. Iñigo Urkullu recordó que sobre la política de acercamientos a cárceles vascas «tanto el Gobierno de Rajoy como el de Sánchez saben cuál ha sido el planteamiento del Gobierno Vasco. Es público y conocido». «A partir de ahora, tienen que darse plazos. Las cosas no se hacen de un día para otro, aquí toman parte muchos agentes, pero creo que hay voluntad para ello», expuso al tiempo que valoró que «sería bueno» que esa voluntad apareciese también entre las personas presas. «En este asunto trato de ser lo más discreto posible. Espero resultados», resumió.

En materia de convivencia, seguirá promoviendo las previsiones de la Declaración de Bertiz, tanto para una reflexión crítica «sobre la injusticia del daño causado por el terrorismo, como para una nueva orientación de la política penitenciaria tras la disolución definitiva de ETA».

Preguntado por la oferta de EH Bildu de incluso entrar en el Gobierno si los jeltzales rompían con el PSE-EE, el lehendakari elevó por un momento el tono para afear que Arnaldo Otegi haya intentado «poner en un brete» a otro partido. «Desde el Gobierno Vasco de coalición estamos en el intento de hacer política de manera constructiva y no hace falta destruir nada si se quiere hacer una política constructiva», avisó. Incluso describió como «absolutamente perfecto» el funcionamiento del gabinete que dirige en coalición con la formación de Idoia Mendia que, insistió, no está dispuesto a que se rompa.

En esta sintonía con los socialistas, valoró que en el ámbito del autogobierno se ha abierto una nueva vía de relación con el Gobierno de Pedro Sánchez y que se cuenta con un grupo de trabajo bilateral. Su reto inmediato es contar con un calendario de trabajo concreto para el cumplimiento de las transferencias pendientes, un objetivo que podría ser factible «pronto». De momento, en los cien días que va a cumplir el Ejecutivo del PSOE, recordó que existe «una nueva actitud» que ha permitido encauzar el traspaso de dos tramos de ferrocarril y desbloquear dos recursos ante el Tribunal Constitucional, la denominada ley de abusos policiales y la de Presupuestos.

Negociación presupuestaria

Consciente de las dificultades con las que se va a topar el Ejecutivo de Vitoria para la aprobación del Presupuesto vasco para 2019, el lehendakari reconoció, a preguntas de los periodistas, que no sería «dramático ni trágico» tener que prorrogarlo, un escenario que según remarcó, «no es la opción inicial». Dejó claro que su Ejecutivo está «empeñado», tras la aprobación de las directrices económico-presupuestarias para 2019, en intentar cumplir con los objetivos marcados, la reducción del paro por debajo del 10% o la ayuda a la creación de economía en los diversos sectores, desde la innovación o la inversión para sostener también los gastos sociales. «Todo eso tiene que ser algo que esté presente en la negociación», citó.

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Con ese propósito hablará con todas las formaciones representadas en la Cámara vasca. En el caso del PP, cuya abstención facilitó la aprobación de las Cuentas de 2018 que sí recibieron los votos de los partidos socios de gobierno, se preguntó si las razones que se ofrecieron el pasado año han cambiado para una posición previa sobre la negociación del proyecto presupuestario para 2019. «Eso lo deberán decir otros», advirtió, en alusión a los populares.

Urkullu apuntó que la situación «no es nada novedosa» y que, «siendo consciente de la complejidad que tiene toda acción de negociación», al Gobierno que preside le «debe mover pensar en el mejor bien para el conjunto de la sociedad».

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A la pregunta de si desde Génova marcarán la posición del PP vasco en esta cuestión tras el apoyo jeltzale a la moción de censura a Mariano Rajoy, Urkullu afirmó que no lo sabía, pero que tenía que ver «con el PNV en su caso» y, tal y como volvió a recordar, «nosotros somos un Gobierno de coalición de dos partidos políticos».

«La atención a los migrantes permite dar respuestas»

El lehendakari defendió que el sistema que se ha puesto en marcha en Euskadi ante la llegada de migrantes en tránsito, en el que trabajan tanto las instituciones como las entidades sociales, «ni es perfecto ni está acabado», pero es «integral» y está permitiendo ofrecer «respuestas» a las diferentes realidades que se presentan. Recordó que este verano se ha atendido a más de 3.200 personas.

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