Representantes políticos del Gobierno Vasco, Diputación de Gipuzkoa y Alcaldía de Azpeitia, durante la recepción a las autoridades en el exterior de la Basílica de Loyola. Jose Mari López

Las instituciones vascas se reúnen en Azpeitia con un llamamiento para «evitar la confrontación»

El Gobierno Vasco y la Diputación acuden en el Día de Gipuzkoa a la Basílica de Loyola, donde el obispo subraya el valor del diálogo en busca del «bien común»

Borja Alonso y Mikel Madinabeitia

San Sebastián

Viernes, 1 de agosto 2025, 11:57

Las instituciones vascas se reunieron este viernes en Azpeitia con motivo del Día de Gipuzkoa. Representantes del Gobierno Vasco, Diputación Foral y Juntas Generales de ... Gipuzkoa, y la alcaldía de la localidad urolatarra asistieron a la misa que todos los años se celebra por estas fechas en la Basílica de Loyola, donde el obispo de San Sebastián, Fernando Prado, afirmó que el futuro de un país «no se construye desde la confrontación constante». El prelado también incidió en el poder del diálogo en busca del «bien común». Un mensaje dirigido a los políticos presentes en el interior del templo religioso.

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Por parte del Gobierno Vasco acudieron la consejera de Gobernanza, Administración Digital y Autogobierno, Maria Ubarretxena; el de Seguridad, Bingen Zupiria; el de Industria, Mikel Jauregi, y el de Hacienda, Noël d'Anjou. También estuvieron entre otros la presidenta del Parlamento Vasco, Bakartxo Tejeria; la diputada general de Gipuzkoa, Eider Mendoza; el Primer Teniente de Diputada General, José Ignacio Asensio, la portavoz foral Irune Berasaluze, el presidente de las Juntas Generales de Gipuzkoa, Xabier Ezeizabarrena y la alcaldesa de Azpeitia, Nagore Alkorta. El lehendakari, Imanol Pradales y el presidente del PNV, Aitor Esteban, no pudieron asistir a uno de los actos tradicionales en el calendario guipuzcoano al haber viajado esta semana a Estados Unidos al Jaialdi de Boise en Idaho.

Esta jornada suele dar comienzo con una recepción a las autoridades, que se realiza antes de la homilía del obispo, y en la que históricamente han aflorado las tensiones sociales en contra de la figura de los políticos. En esta ocasión, la mañana ha transcurrido sin incidentes ni sobresaltos. Únicamente hubo dos concentraciones que se situaron en el exterior de la iglesia y que aprovecharon el paseo de las autoridades para realizar sus reivindicaciones. Una de los contrarios a la construcción del parque eólico de Piaspe –en Azpeitia, Errezil y Zestoa– y la otra de la plataforma de críticos con Geroa –que busca que se puedan cobrar las prestaciones acumuladas en la EPSV tanto en renta como en un solo pago–. En el caso de la primera, agentes de la Ertzaintza les solicitaron que se desplazaran unos metros para no estar tan cerca de los políticos.

La alcaldesa de Azpeitia, Nagore Alkorta, conversa con Bingen Zupiria, consejero de Seguridad. López

Sin incidentes

Más allá de estas concentraciones, no se generaron incidentes de ningún tipo. Hay que recordar que las calles de Euskadi están registrando este verano disturbios contra la Ertzaintza y policías municipales que, en algunos casos, han derivado en agresiones, detenciones y agentes heridos. Es lo que ha sucedido en las últimas semanas en Beasain, Hernani, Ordizia, Azpeitia y Vitoria.

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Estos incidentes han generado un choque frontal entre el Gobierno Vasco y EH Bildu, ya que los mensajes de ambas formaciones respecto a los hechos están siendo diametralmente opuestos. Mientras el lehendakari Pradales y el consejero de Seguridad han condenado rotundamente estas acciones, desde la izquierda independentista han llegado a calificar algunos despliegues policiales como «desproporcionados», como declaró la alcaldesa azpeitiarra tras los incidentes que se registraron en su localidad.

Petición

«En este mundo convulso en el que nos está tocando vivir, hay que trabajar por una paz desarmada y desarmante»

Fernando Prado

Obispo de San Sebastián

En este contexto, la homilía del obispo divulgó varios mensajes de paz, concordia y diálogo que estaban dirigidos a las autoridades presentes en la Basílica de Loyola con el objetivo de tender puentes y resolver los conflictos por cauces democráticos. Durante su discurso, el obispo aprovechó para advertir contra la deriva confrontativa que detecta en la política actual y en el debate público. «La sociedad y el futuro sólido de un país no se construyen desde la confrontación constante ni mucho menos desde la cancelación del que piensa diferente», señaló con contundencia y subrayó que la pluralidad de opiniones y sentimientos no es una amenaza, sino parte de la riqueza común.

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En este sentido, criticó abiertamente el uso de eslóganes o actitudes que fomentan la exclusión del otro, y que a su juicio entorpecen cualquier proyecto de convivencia compartida. «Desterremos para siempre esa frase perniciosa aunque popular que decimos tantas veces: 'Gora gu eta gutarrak'», advirtió, denunciando la lógica del «sólo los nuestros» como un freno al bien común. Recalcó que éste solo puede construirse entre todos, «no solo con los nuestros o para los nuestros».

«Que sobresalga el diálogo»

Frente a esas dinámicas divisorias, el obispo propuso con claridad un camino alternativo: el del diálogo. Su propuesta fue la de un entendimiento real que vaya más allá de gestos vacíos o discursos formales. «Mi deseo un año más es que sobresalga en el horizonte el diálogo, el entendimiento, la comprensión y el acuerdo honesto para buscar ese bien común», afirmó.

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En su intervención, defendió que ese diálogo verdadero es un «arte» que requiere relativizar lo que separa y potenciar lo que une, y que puede ser la base de una política que sirva a toda la sociedad, especialmente a los más frágiles. Inspirado por el espíritu de San Ignacio, patrón de Gipuzkoa, el obispo recordó el lema ignaciano 'En todo amar y servir' como un modelo posible para ejercer la política desde la vocación de servicio y la búsqueda del bien colectivo. Finalmente, el obispo de San Sebastián instó a trabajar, «en un mundo convulso», por una paz «desarmada y desarmante».

Un saludo cortés entre el consejero Zupiria y la alcaldesa azpeitiarra

El consejero de Seguridad, Bingen Zupiria, y la alcaldesa de Azpeitia, Nagore Alkorta (EH Bildu) se saludaron con cortesía institucional en la escalinata de la Basílica de Loyola. El encuentro, breve y en un tono amable, se produjo unos días después de que aparecieran unas pintadas amenazantes contra Zupiria en Hernani y en un periodo veraniego en el que se han registrado incidentes en varias localidades vascas –entre otras en Azpeitia– contra la Ertzaintza y polícias municipales. Al acabar la misa, Zupiria se acercó a dar la mano a cuatro ertzainas. Entonces fue increpado por personas que protestaban por la construcción de un parque eólico. Zupiria no respondió, pero el consejero Jauregi –que le acompañaba– levantó el puño en varias ocasiones.

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