Al menos 17 milicianos y gudaris fueron inhumados en el cementerio de Polloe de San Sebastián

El hallazgo de documentación histórica por parte de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, por encargo del Ayuntamiento de San Sebastián, revela la inhumación de al menos 17 milicianos y gudaris -podría haber hasta 14 más- en el llamado Mausoleo de los Mártires, el panteón franquista ubicado en el cementerio de Polloe, en el que hay enterradas 121 personas, en su gran mayoría combatientes del bando nacional. El alcalde donostiarra, Eneko Goia; la edil de Igualdad, Solidaridad y Derechos Civiles, Ane Oyarbide; y Javier Buces, historiador y responsable de Memoria Histórica de Aranzadi, presentaron ayer el descubrimiento histórico.

La investigación de Aranzadi prueba que se trata de miembros del PCE, de la CNT, UGT y de las Milicias Populares, combatientes llegados de localidades como Arrasate, Eibar, Galdames o Bilbao para defender San Sebastián en los primeras semanas de la Guerra Civil. Los datos en poder de Aranzadi citan que estuvieron en el hotel María Cristina de Donostia repeliendo el ataque de los militares del cuartel de Loiola.

El encargo a Aranzadi, realizado el pasado febrero, forma parte de la labor que viene llevando a cabo el consistorio en favor de la memoria histórica, consciente de que «no existe una historia única y de que el pasado puede ser observado desde diferentes puntos de vista». El Ayuntamiento busca ahora a los familiares de estos milicianos para poder completar la identificación y si los allegados así lo desean, exhumar los restos. Goia y Oyarbide hicieron un llamamiento a los familiares de estas víctimas, con el objetivo de recabar sus datos. Para ese fin pueden ponerse en contacto con el Ayuntamiento en la dirección 'Giza_Eskubideak@donostia.eus' o en el teléfono 943 481 975.

Construido en 1939

El Mausoleo de los Mártires, construido en 1939 y ubicado en la calle San Antonio del cementerio de Polloe, se había relacionado históricamente con los sublevados franquistas allí enterrados, pero el estudio encargado por el Ayuntamiento arroja ahora luz sobre lo que hasta el momento no eran más que sospechas: «La más que probable existencia de restos de milicianos» entre esos enterramientos. «Allí fueron depositados sus restos, junto a cuerpos de sublevados franquistas, y del mismo se desprende que 17 milicianos y gudaris fueron enterrados en el mausoleo y posiblemente otros 14, que se encuentran en fase de investigación», explicó ayer el historiador Buces.

La documentación, encontrada en el Archivo Municipal de San Sebastián y en el propio cementerio, se pondrá ahora en manos de Gogora para su estudio, localización, exhumación y, en su caso, identificación de los restos.

El origen de esta investigación se sitúa en el momento en el que el consistorio donostiarra necesita saber si el mausoleo cumple o no la Ley de Memoria Histórica, ya que contiene una placa en la que se lee la inscripción «A la memoria de los asesinados por defender sus ideales, de Dios y España. Una oración por sus almas». A este hecho se une también la sospecha de que allí podía haber enterrados milicianos. Según explicó Buces, unas recientes informaciones periodísticas llevaron a EH Bildu a pedir al Ayuntamiento que investigara ambos extremos y fue entonces cuando el Ayuntamiento realizó el encargo a Aranzadi.

A partir de ahí, el equipo investigador halló en el archivo histórico municipal los nombres de las 121 personas enterradas en el citado mausoleo y procedieron a mirar, uno a uno, quiénes eran. Fue entonces cuando varias bases de datos y archivos revelaron que 17 de ellos eran milicianos.

La investigación continúa

Aranzadi, que ha venido desarrollando diversos proyectos de investigación histórica sobre lo sucedido en diferentes municipios de Euskadi durante la Guerra Civil y el franquismo, seguirá tratando de hallar respuestas para determinar si los otros 14 casos dudosos de Polloe son también milicianos. En paralelo, el Instituto Gogora y la sección de antropología de Aranzadi tendrán que ver qué posibilidades hay de continuar con el procedimiento para saber si es preciso exhumar los cuerpos.

Para poder avanzar en esta investigación, una vez localizadas las familias de los milicianos y gudaris, «Gogora y Aranzadi deberán decidir abrir la tapa del mausoleo y ver cómo están los restos», explica el historiador Buces, que cree que el hecho de que la propiedad sea del Ayuntamiento «facilita las cosas». «De hecho -apunta- el consistorio es partidario de intentar la investigación hasta el final».

Para llegar hasta este hallazgo, Aranzadi ha trabajado con documentación que se generó en los años 50 cuando, «desde Madrid, se solicitó si se podían llevar al Valle de los Caídos algunos restos y el Ayuntamiento les contestó que era imposible porque no se podían individualizar casos al tratarse de una fosa», expone Buces.

Hasta el momento los datos que guardaba el libro del cementerio era que en ese mausoleo se hallaban una serie de personas enterradas en julio de 1936. Según explica el historiador, «es justo esa fecha cuando termina el enfrentamiento con los soldados de Loiola, del 22 al 27 de julio».

Los investigadores de Aranzadi también han podido saber que es en el año 1940, y además «con fechas exactas, cuando abren una serie de fosas de Polloe donde estaban estas personas enterradas. En un momento los llevan al mausoleo porque ya habían terminado de construirlo». «Por alguna razón que se nos escapa el enterrador de Polloe decide que todos esos cuerpos deben ir juntos al mausoleo», repasa Buces.

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• Eneko Goia