«Los jóvenes sois la mejor garantía para deslegitimar la violencia y un futuro en paz»

«Recordar es garantía de no repetición, es nuestra obligación hacer 'memoria' para mirar al futuro con esperanza». Con esta frase, el vicelehendakari y consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, sintetizó este lunes el espíritu de las exposiciones sobre Miguel Ángel Blanco en el 25 aniversario de su asesinato, que presentó junto a la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, y el alcalde de Ermua, Juan Carlos Abascal.

Se trata de dos muestras, una preparada por Gogora, el Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos, y otra organizada por la Ertzaintza, ambas en colaboración con el Ayuntamiento de Ermua, y que permanecerán abiertas entre el 8 y el 24 de julio. Según recalcaron los responsables institucionales, el objetivo del Gobierno Vasca pasa por reflejar «la injusticia del asesinato de Miguel Ángel Blanco y el clamor social de repulsa y condena que generó».

La principal apuesta de las exposiciones pretende invitar a una reflexión sobre el daño causado por los atentados de ETA «para seguir construyendo la memoria en Euskadi». Al acto acudieron, además, varias víctimas de ETA, agentes de la Ertzaintza, así como personas jóvenes de Eibar y Ermua, todas ellas protagonistas y presentes a lo largo de ambas muestras.

En opinión de la consejera Artolazabal, este homenaje a Miguel Ángel Blanco se lleva a cabo «poniendo en el centro a las víctimas del terrorismo; poniendo en valor el compromiso de las personas y organizaciones que fueron punta de lanza en la defensa de la paz y en la deslegitimación del terrorismo; y lo hacemos, mirando al futuro a través de la mirada de las y los jóvenes vascos». A ellos, a la juventud vasca se refirió Artolazabal, «como garantía para deslegitimación de toda expresión de violencia y para la no repetición». Dirigiéndose a los presentes en la sala señaló tajante: «los jóvenes sois la mejor garantía para un futuro en paz».

Artolazabal recordó a Blanco, «víctima de un proyecto totalitario, una persona que aporta a la sociedad actual una referencialidad ética y moral». «La solidez de la fibra moral de un país se mide también por su consideración hacia las víctimas» añadió.

Por su parte, Erkoreka subrayó la apuesta de la convivencia en la que se enmarca la muestra. «Cuando ETA dejó de matar, hace más de10 años, y cuando se disolvió, hace cuatro, conseguimos el encaje: desde parámetros de reencuentro y reconciliación, estamos consolidando un nuevo tiempo de convivencia en Euskadi. No hay vuelta atrás», aseguró.

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