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El abrazo por primera vez de Amaia Guridi y Ana Iríbar, las viudas de Santi Oleaga y Gregorio Ordóñez, fue una muestra de la emoción en estado puro que se vivió ayer entre los asistentes –protagonistas e invitados– al estreno del documental de DV sobre la figura del concejal del PP de San Sebastián asesinado por ETA el 23 de enero de hace 30 años. Víctimas, políticos y vecinos de San Sebastián coincidieron en que el ejercicio de memoria que acababan de ver y escuchar, sigue siendo «necesario». Como ellas, otras víctimas del terrorismo como Gorka Landaburu, Marian Romero, Ana Priede, Rubén Múgica, Jorge Mota o Ignacio Latierro destacaron el importante valor de la cinta 'Gregorio Ordóñez, el asesinato que despertó la rebelión contra ETA' porque el recuerdo de todo el horror que generó el terrorismo es «imprescindible para construir el futuro».
La viuda del director financiero de este periódico, asesinado el 25 de mayo de 2001, se mostró conmovida, pero también convencida de que «la historia hay que contarla y es importante que la gente joven la conozca para que nunca más vuelva a suceder». «Al final los muertos nos duelen a las familias, nosotros nunca vamos a dejar de recordarlos, pero la sociedad les debe memoria a todos y cada uno de ellos», expresó la hija de Juan Priede, concejal socialista de Orio. A su lado, la viuda de otro socialista, Isaías Carrasco, asesinado en Arrasate, reconoció que personalmente había sido «un poco duro» asistir a la proyección «porque vuelves a revivir todo». El edil y juntero del PP Jorge Mota, hermano del funcionario de prisiones Ángel Mota, confesó que se había emocionado «terriblemente» porque conoció bien a Gregorio Ordóñez. Rubén Múgica, el hijo menor de Fernando Múgica, remarcó que «ETA asesinó a casi 900 personas y que «homenajes como el de hoy han de hacerse extensivos a todas y cada una de las víctimas del terrorismo». Gorka Landaburu, que también se fundió en un abrazo sentido con la viuda de Ordóñez, aseguró que el documental le había recordado «el silencio» que se vivía aquellos años. El periodista que sufrió en sus propias carnes el terror de ETA remarcó que «aunque algunos se empeñen en pasar de ella, sin memoria no hay futuro».
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En nombre de la Fundación Buesa, Eduardo Mateo afirmó que «es un documental emotivo, duro y, sobre todo, muy necesario porque está cargado de pedagogía democrática. 30 años después del asesinato de Gregorio sigue siendo un deber ineludible trabajar por su memoria y por la de todas las víctimas del terrorismo».
José María Bergareche, presidente de El Diario Vasco, también aseguró que es «muy importante que recordemos las cosas tan crueles e injustas que han ocurrido en esta tierra». Este mensaje también lo compartieron el librero de Lagun Ignacio Latierro o Inés Rodríguez Ranz, de Gogoan.
El Gobierno Vasco estuvo ayer en el documental del DV con varios de sus representantes. La consejera de Justicia y Derechos Humanos –departamento que ha colaborado en el documental–, María Jesús San José, apuntó que «me parece que quien no se conmueva escuchando a Ana Iríbar tiene un serio problema. He salido de ver el documental muy emocionada e impactada». Bingen Zupiria, responsable del departamento de Seguridad, afirmó que se queda «con una de las últimas frases de Ana Iríbar, cuando confirma la importancia que para una víctima tiene el esclarecimiento de los hechos. Es algo que no deberíamos olvidar». Estuvieron acompañados también por la presidenta del Parlamento Vasco, Bakartxo Tejeria, quien aseguró que «volver 30 años atrás y recordar lo que pasó, lo duro que fue y lo que pasaba prácticamente todos los días en este país emociona».
La diputada general, Eider Mendoza, llegó a la proyección acompañada de la portavoz foral de Gipuzkoa, Irune Berasaluze, y el dirigente del Gipuzko Buru Batzar, Imanol Lasa, quienes compartieron la sala con sus compañeros del PNV en el Ayuntamiento Nekane Arzallus, Jon Insausti y Juan Ramón Viles.
Quien fuese alcalde de Donostia cuando ETA perpetró el asesinato de Ordóñez tampoco falló a la proyección. Odón Elorza, a quien se pudo ver en las imágenes del documental, señaló visiblemente emocionado que «ojalá hubiese un trabajo así de cada víctima para que no se pierda la memoria». También llegaron al Príncipe los compañeros del PP de Euskadi, encabezados por su presidente, Javier de Andrés, quien recordó que «cuando le mataron estaba empezando a trabajar en el partido y acababa de conocer a Ordóñez y tuvimos que tomar el relevo de una persona tan importante». Le acompañó el portavoz del PP de Gipuzkoa, Mikel Lezama, quien dijo que «yo tenía apenas dos años cuando sucedió el atentado, pero Gregorio fue un referente porque puso el interés general por encima de todo». Además, estuvieron la presidenta del PP en Gipuzkoa, Muriel Larrea, y el concejal popular en Borja Corominas.
Nutrida representación también del PSE, con el primer teniente de diputada general José Ignacio Asensio, que calificó el trabajó de «absolutamente necesario y conmovedor», además de la delegada del Gobierno en Euskadi, Marisol Garmendia, quien consideró que en el documental «se dicen las cosas tal y como fueron» y porque «mientras había gente que jaleaba los asesinatos, otra gente combatía pacíficamente». También emocionadas la portavoz del PSE en el Ayuntamiento de Donostia, Ane Oyarbide, y la diputada socialista Rafaela Romero, quien admitió que «nos acostumbramos a llorar en silencio». De Elkarrekin Podemos asistieron el concejal donostiarra Víctor Lasa, y a la portavoz en las Juntas Generales, Miren Echeveste.
No faltó José Luis Rebordinos, director del Zinemaldia, y su responsable de comunicación, Ruth Pérez de Anucita, ni la directora general de Tabakalera, Edurne Ormazabal. De la Audiencia de Gipuzkoa asistieron el fiscal jefe, Juan Calparsoro, y la fiscal de menores, Mercedes Bautista. La UPV estuvo representada por su rector, Joxerra Bengoetxea. También asistió la presidenta de Adegi, Isabel Busto.
Al estreno acudieron muchos periodistas de El Diario Vasco, como Alberto Surio y Mitxel Ezquiaga, que aparecen en el documental, y compañeros jubilados que escribieron las crónicas de esos años como Borja Olaizola, Fernando Segura, así como Cristina Turrau, Antxon Blanco o José Luis Minondo. Y también el realizador y editor de la cinta, Iñaki Ugartemendia.
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