El Gobierno Vasco rompe con EH Bildu al rechazar su oferta presupuestaria

La poca sintonía que existe entre el Gobierno Vasco y EH Bildu se ha vislumbrado hoy con el 'no' rotundo del Ejecutivo a la propuesta presupuestaria que ayer puso sobre la mesa la coalición soberanista en un intento de modificar el proyecto para dejar marcada su impronta.

Después del infructífero encuentro que mantuvieron el pasado viernes el consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, y la portavoz de EH Bildu en el Parlamento Vasco, Maddalen Iriarte -quien llegó a calificar de «decepcionante» la cita- nada hacía presagiar que el entendimiento entre ambas partes podría surtir efecto. Y el comunicado este jueves de Azpiazu no ha hecho si no confirmar que la negociación para sacar adelante los Presupuestos autonómicos de 2021 ya ha agotado cualquier vía para el acuerdo.

Azpiazu ha roto amarras definitivamente hoy con EH Bildu, tan solo 24 horas después de que la entente independentista enviara por correo electrónico una propuesta con modificaciones al proyectos de las Cuentas por valor de 429 millones de euros. De ellos, 190 se corresponderían a partidas para reforzar la sanidad y los servicios públicos, y 200 para un 'plan de rescate' que pueda soliviantar a los sectores más afectados por la pandemia. Un planteamiento que, sin sorpresas, no ha convencido al gabinete de Iñigo Urkullu, que ya había advertido que el proyecto de los Presupuestos autonómicos aprobados por el consejo de Gobierno no iba a sufrir «cambios revolucionarios».

Así, Azpiazu ha hecho constar el «rechazo» a la propuesta planteada por EH Bildu ya que, «con independencia de que pudieran mejorarse algunas políticas públicas planteadas en el Presupuestos a través de enmiendas económicas», la oferta socioeconómica que se propone «no ofrece un margen real de negociación, mejora y utilidad para proseguir con seriedad una interlocución en este ejercicio». A su juicio, la proposición de EH Bildu «no incorpora las dosis de realismo político-económico suficiente para entender el papel que un partido de la oposición debe jugar respecto a las Cuentas de 2021».

El consejero Azpiazu tilda incluso de «imposible aceptación» las ideas propuestas por la izquierda abertzale. El motivo: «Es un punto de partida excesivamente politizado y pretencioso», según el escrito enviado a los medios de comunicación. «Estamos ante un planteamiento casi de autoexclusión para seguir buscando puntos de encuentro», ha insistido Azpiazu, sabedor de que la mayoría que ostentan los socios del Gobierno (PNV y PSE) en el Parlamento Vasco, garantiza al Ejecutivo la aprobación de las Cuentas el próximo 11 de febrero, cuando se prevé llevar a votación en un pleno.

Aun así, el Gobierno de Urkullu quiere ensanchar en lo posible un consenso político para lanzar a la sociedad un mensaje de colaboración presupuestaria en un momento tan trascendental como la crisis del Covid-19. «El Gobierno Vasco sigue abierto a poder sacar estos Presupuestos y tenemos margen con quienes realmente quieran», ha dicho en alusión implícita a Elkarrekin Podemos-IU, la única formación de la oposición que podría respaldar las Cuentas.

Iriarte, por su parte, ha denunciado que el Gobierno Vasco «ha perdido la perspectiva» y que el Presupuesto es una herramienta «técnica y política para buscar soluciones a los problemas de la ciudadanía, y el Gobierno lo entiende como una herramienta para desgastar a EH Bildu». A su juicio, la propuesta de la coalición es «realista, de sentido común y factible» y «busca dar respuestas a los problemas de la ciudadanía». Además, ha apuntado que su propuesta y la de la formación morada es «cuantitativamente muy similar» pero que, sin embargo, «la diferencia de trato que nos da a nosotros y a Podemos es muy diferente», se ha quejado antes incluso de conocer el portazo del Gobierno a su documento.

Esta tarde, Iriarte ha incendiado aún más los ánimos y, a través de sus redes sociales, ha acusado al Gobierno de «hacer oposición a la oposición» en vez de «velar por los intereses del país». «Una nueva demostración de que tras 11 meses de pandemia no han aprendido nada. Siguen con las mismas viejas recetas de siempre frente a los nuevos retos», ha criticado.