El Gobierno inicia los acercamientos de presos con dos disidentes de ETA que han pedido perdón
El traslado de Olga Sanz y Javier Moreno de Asturias a Basauri es, según el Ejecutivo, «un gesto para indicar al resto cuál es el camino a seguir»
El Gobierno de Pedro Sánchez inicia el acercamiento de presos a Euskadi con el traslado a la prisión vizcaína de Basauri de dos disidentes de ETA que estaban recluidos en el centro penitenciario de Villabona, en Asturias, y que han pedido perdón a las víctimas. Los excolaboradores del comando Bizkaia Olga Sanz Martín y Javier Moreno Ramajo se encontraban en tercer grado penitenciario tras haber cumplido las tres cuartas partes de su pena y haber rechazado el uso de la violencia. El acercamiento de estos dos reclusos, pareja y padres de una niña, cumple con los requisitos establecidos por la ley y es, según el delegado del Gobierno en Euskadi, Jesús Loza, «un primer gesto del Ejecutivo para mostrar al resto de presos, enmarcados en el colectivo EPPK, cuál es el camino a seguir». Loza se refiere a estos acercamientos de presos de ETA como «la demostración de que lo que dijeron el presidente del Gobierno y el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska», en esta materia «se cumple y que cualquier disposición que se haga en el ámbito de la política penitenciaria se hará en cumplimiento escrupuloso de lo que dicta la ley».
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Ambos reclusos iniciaron un proceso similar al de la vía Nanclares durante el mandato del ministro de Interior del PP Jorge Fernández Díaz, y su evolución hasta el tercer grado les permitirá terminar de cumplir sus respectivas condenas en régimen abierto en la cárcel de Basauri, en la que ya se encuentran ingresados, por razones de arraigo social y familiar, según marca la normativa penitenciaria. El Reglamento Penitenciario establece que «la ejecución del programa individualizado de tratamiento determinará el destino concreto del interno a los centros, secciones abiertas o Centros de Inserción Social, tomando en consideración, especialmente, las posibilidades de vinculación familiar del interno y su posible repercusión en el mismo».
Precedentes
El último impulso a una política penitenciaria de acercamientos de reclusos a Euskadi se remonta al Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, en cuyo mandato se puso en marcha la denominada vía Nanclares. En 1998, durante la tregua de Lizarra, el popular José María Aznar acercó a un centenar. Sanz Martín y Moreno Ramajo coincidirán en Basauri con dos internos vinculados al EPPK, uno de ellos, Aitzol Gogorza, que padece una enfermedad grave. Solo otros dos presos de ETA más cumplen condena en Euskadi, uno en Zaballa y otro en el centro Aita Menni, en Arrasate. En la prisión alavesa también se encuentra el último recluso de la vía Nanclares que queda por salir en libertad, Ibon Etxezarreta.
Han pedido perdón en una carta y están dispuestos a esclarecer algún delito «si tuvieran información»
RENUNCIA EXPRESA A LA VIOLENCIA
Olga Sanz llevará un dispositivo telemático que le permitirá cumplir la condena en su domicilio
CUMPLIRÁN SU PENA EN BASAURI
Los dos presos trasladados a Basauri han cumplido tres cuartas partes de su condena, ella de 74 años, y él de 71, que les fue impuesta por la Audiencia Nacional en 2002, tras su detención en el barrio bilbaíno de Zorroza en 1998. Ambos reclusos han renunciado expresamente al uso de la violencia y han abonado la cuantía económica de su responsabilidad civil, algo posible debido a que no participaron en grandes atentados, y han pedido perdón a las víctimas. Sanz Martín lo hizo el pasado mes de marzo en una carta muy similar a la de otros arrepentidos en la que pedía perdón por el daño causado, lo asumió y pidió «disculpas». «Lo lamento sinceramente», aseguró. Además, se puso a disposición de la Justicia a fin de «facilitar información para esclarecer algún delito si fuera necesario y si tuviera información». Esta carta le permitió disfrutar de permisos y, más adelante, obtuvo el tercer grado. Su pareja siguió el mismo camino. En su caso estaba, además, trabajando en el economato de la prisión asturiana, uno de los puestos a los que han accedido otros presos disidentes como Lasarte o Rekarte, hoy en libertad.
A partir de ahora, a Sanz Martín se le colocará un dispositivo telemático que le permitirá cumplir el resto de la pena en su domicilio, mientras que Moreno Ramajo dispondrá de permisos para poder conseguir empleo.
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