Agus Hernan, portavoz del Foro Social, en una comparecencia relativa al proceso de desarme. iñigo royo

El foro que trabajó por el desarme de ETA anuncia que pone punto final a su actividad

El Foro Social, colectivo que impulsó el proceso hacia la disolución de la organización terrorista, considera que su hoja de ruta «se ha cumplido» para la normalización

Alberto Surio

San Sebastián

Miércoles, 18 de enero 2023, 11:15

El Foro Social, colectivo que trabajó e impulsó el desarme unilateral y el proceso hacia la disolución de ETA, confirmó este miércoles que va a ... poner término a su labor después de siete años de existencia. El movimiento fundado en 2016, y gestado esencialmente en el seno de la izquierda abertzale, revelará este sábado los detalles de su desaparición y también alguna iniciativa que no han querido desvelar.

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Casi doce años después del final de la violencia, el Foro Social ha decidido echar la persiana y poner fin a su labor. El colectivo dirigido por Agus Hernan, que ha confirmado el anuncio, detallará este sábado su decisión en Durango, que justifica en el convencimiento de que se ha abierto ya un nuevo ciclo y que el Foro ha conseguido «claros avances» en la resolución del conflicto que dan paso, a su juicio, a «una nueva etapa». De hecho, el Foro Social se puso en marcha en 2016 para asentar el proceso de paz en Euskadi con la pretensión de gestar una aproximación en los discursos de las diferentes sensibilidades sociales y políticas.

Las 17 entidades y personas que a título individual forman parte del movimiento consideran que, tras «los avances significativos» que se han logrado «en todos los ámbitos», se debe abrir las puertas a «una nueva fase del proceso de resolución que deberá tener nuevos retos y nuevos instrumentos». En ese sentido, también desvelarán los «los siguientes pasos a dar a corto plazo para dar por finalizada definitivamente» su apuesta. La agenda de trabajo del Foro se inició con el desarme y la disolución de ETA, «un objetivo ya cumplido», según reconocen. El siguiente objetivo que, en su opinión, comienza a concretarse es la búsqueda de un consenso «en torno al derecho de todas las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación».

Los datos

  • Prolegómonos Lokarri fue el antecedente en el que se gestó el Foro Social e impulsó la conferencia de paz de Aiete.

  • Desarme Se basó en la tesis de Berghof Foundation para impulsar el proceso de desarme unilateral de ETA.

  • Foros Impulsó foros sociales sobre presos, memoria y verdad, y víctimas.

El fin de la política de dispersión, a su vez, lleva al Foro Social a construir que «el marco de resolución para las personas presas está definido: terminar de desmontar toda la política de excepcionalidad, respeto al dolor de las víctimas o la aplicación ordinaria de grados y libertades condicionales».

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En relación con la memoria, el Foro cree que «el relato único está agotado» y ya todos los agentes reconocen que «la memoria debe ser inclusiva, crítica y nunca autojustificativa». En ese aspecto, sostiene que existe «un acuerdo unánime en un futuro de convivencia democrática sin violencia». En todo caso, también ha señalado que «hay cuestiones pendientes y un camino por recorrer».

En realidad, el Foro Social considera que se ha cumplido gran parte de la hoja de ruta establecida al comienzo, en 2016. Los preparativos de esta plataforma de diálogo ya habían comenzado con Lokarri, en 2011 capitaneado por Paul Ríos, que tuvo un protagonismo relevante en la gestación de la conferencia de paz de Aiete, en septiembre de 2011, y que sirvió como cobertura del anuncio de ETA de cese definitivo de la violencia en octubre de ese año.

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Los primeros foros sociales fueron impulsados en 2013 por Lokarri y por Bake Bidea, que son los hermanos vascofranceses del colectivo dirigido por Agus Hernan en Iparralde. En 2014 volvieron a organizarse conferencias similares sobre presos, sobre víctimas y sobre la memoria.

Diálogo y reconciliación

En primavera de 2017, el Foro alentó el 'desarme vasco' basado en el modelo de Bergohf Foundation, basado en el impulso de la sociedad civil vasca ante la decisión del Estado, según consideró, de inhibirse del proceso. Aquello se hizo con la complicidad de una Comisión Internacional de Verificación. Finalizó con un acto de gran simbolismo en el Palacio de Arnaga, en Iparralde.

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Para implicarse en esta iniciativa, el Foro Social se había fijado como objetivo fundacional la «consecución de consensos básicos para abordar los principales retos del proceso de paz». «Recomendamos promover un ejercicio de diálogo y reconciliación que establezca unas sólidas bases para la convivencia futura por medio de una amplia y activa participación de las instituciones, partidos políticos y sociedad civil», dijeron al nacer.

Las claves

  • Memoria Defienden «un acuerdo para la convivencia sin violencia», con «una memoria inclusiva»

  • La incógnita El sábado anunciarán alguna iniciativa con la que completarán su retirada del escenario

El Foro Social recomendaba especialmente trabajar «para lograr consensos que contribuyan a abordar los principales retos del proceso de paz: desarme y desmantelamiento de estructuras militares de ETA, reintegración de las personas presas y huidas, garantía de los derechos humanos, así como afrontar todo lo sucedido y establecer las bases de la convivencia en el futuro».

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La plataforma apostaba por «diseñar, desarrollar y culminar un proceso de desmantelamiento y desarme» y «con el objetivo de garantizar la seguridad a toda la ciudadanía, y como parte esencial del proceso de paz, recomendamos el diseño de un proceso controlado, ordenado y consensuado que culmine con el desmantelamiento de armas y estructuras militares de ETA».

Otra de las propuestas originales desde su creación pasaba por «facilitar la integración de presos y huidos» para lo que recomendaba un consenso sobre una solución integral a esta cuestión. «Se trata de un elemento esencial para construir una convivencia estable y duradera, consideramos que es necesario adecuar la legalidad a la realidad y aplicar una justicia de carácter transicional, ayudando a la sociedad a consolidar la convivencia», se decía.

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La «redimensión» de la presencia de las FSE en Euskadi, el único objetivo fallido

Uno de los ejes del trabajo del Foro Social ha girado en torno a los presos, una pieza que se ha movido en el tablero en los últimos meses con el fin de la dispersión. En 2015 ya eran explícitos: «Como punto de partida, deben modificarse aspectos de la política penitenciaria que contravienen los derechos humanos o que van contra el tratamiento humanitario de los presos, eliminando medidas excepcionales contrarias a los estándares internacionales. En particular los reclusos gravemente enfermos, la negativa a conceder la libertad a aquellas que han cumplido su condena y el fin de la dispersión, que penaliza a sus familias».

El Foro ha auspiciado relevantes movimientos en el seno del EPPK, como el reconocimiento del daño causado por la violencia, así como un compromiso por la legalidad penitenciaria, la Justicia transicional, la Justicia restaurativa y el final de los 'ongi etorris' públicos que negoció con el colectivo de presos EPPK.

El Foro recomendaba en sus orígenes que el proceso de reintegración de los reclusos «se realice por medio de cauces legales, aceptando que el mismo, siendo integral, se debe desarrollar de forma individualizada, escalonada, y en tiempo prudencial. Este proceso requiere por parte de los presos mostrar su compromiso con el nuevo escenario de paz».

La plataforma recomendaba también «redimensionar el número y la función de las fuerzas de seguridad del Estado para adaptarlos a la realidad». El único objetivo claramente fallido.

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