Ernai refuerza su perfil movilizador para recobrar espacio en su pulso con GKS

Ernai ha acusado al Departamento de Seguridad por «intento de ahogo económico» y «eliminación política» y el pasado martes presentó un manifiesto con el apoyo de 100 remeros ante los «ataques» de las multas. Un amplio texto de respaldo por parte de deportistas, algunos de ellos con varias Banderas de La Concha en su palmarés. De todas formas, en los últimos años, a pesar de que EH Bildu ha experimentado un crecimiento electoral capaz de superar en votos al PNV –hasta ahora primera fuerza hegemónica en Euskadi– la militancia independentista de Ernai no ha replicado esa curva ascendente.

La escisión del sindicato estudiantil Ikasle Abertzaleak en 2019, que fue el gen de la creación de Mugimendu Sozialista, ha disminuido el poder de captación de Ernai en ikastolas, institutos o universidades. Además, ese proceso supuso un trasvase de jóvenes militantes que entonces apoyaban a la izquierda independentista hacia la nueva corriente comunista. Otro de los factores por los que Ernai ha disminuido su peso en el activismo juvenil ha sido la pérdida de control en muchos de los gaztetxes de Euskadi, que han pasado a manos de GKS. A la aparición de la organización comunista se suma la gran desafección política que también atrapa a los jóvenes vascos y les aleja de militar en proyectos de este tipo.

Las nuevas estrategias de EH Bildu suponen un reto de adaptación para sus juventudes. La independencia es una de las banderas de Ernai, pero la coalición abertzale ha apartado esta cuestión de su discurso en los últimos años y, si bien defiende que el nuevo estatus debe incorporar el derecho a decidir, parece estar muy lejos de la opción rupturista. A eso se le añade que la coalición abertzale es uno de los socios que sostiene el Gobierno de Pedro Sánchez.

Su papel en el Congreso también puede llegar a colisionar con el desarrollo de la estrategia de Ernai. El pasado mes de mayo varios miembros de Sortu ocuparon durante unos días dos pisos turísticos en Donostia para denunciar el modelo de vivienda actual. Una acción que ha sido criticada por el Mugimendu Sozialista porque consideran incompatible realizar estos actos simbólicos cuando su partido, EH Bildu, tiene 6 diputados en la Cámara baja y ha apoyado al PSOE en la aprobación de la Ley de Vivienda estatal.

La oposición «colaborativa» que EH Bildu quiere hacer con el PNV en Euskadi genera debate interno en Ernai, aunque durante la legislatura anterior la coalición abertzale ya ha llegado a pactos con los jeltzales para aprobar cuestiones como la Ley de Cambio Climático. La organización juvenil siempre ha sido muy crítica y ha confrontado con la actividad política de los jeltzales, por lo que deberá decidir si mantiene esa línea o la suaviza respondiendo a las decisiones parlamentarias de la coalición abertzale.

Ernai quiere volver a hacer ruido en las calles de Euskadi y el crecimiento de EH Bildu le impulsa a ello. En todo caso, un escenario futuro en el que la coalición abertzale podría gobernar las instituciones plantearía dudas en su estrategia. Hasta que llegue ese momento, si es que llega, la organización juvenil de Sortu no quiere ceder más espacio en el activismo juvenil a GKS.