La entrega de David Pla a la Justicia española genera inquietud en la izquierda abertzale
La extradición puede limitar el margen de maniobra de los sectores más posibilistas de EH Bildu en el ámbito de los presos
La detención de David Pla, uno de los protagonistas de la rueda de prensa que escenificó el final de ETA en octubre de 2011, ... para ser entregado a la Justicia española, ha generado inquietud en la izquierda abertzale, donde no se oculta el temor a los efectos que pueda tener en su complejo equilibrio de relación de fuerzas. Pla fue integrante de la delegación de ETA que permaneció en Noruega entre 2011 y 2013 para abrir un diálogo con el Gobierno español. La orden judicial fue en su día dictada por el entonces magistrado y hoy ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska. Se encuentra en la prisión de Baiona a la espera de ser extraditado. El Ayuntamiento de Hendaia ha rechazado la operación por unanimidad.
No hay miedo a ninguna amenaza de involución, ciertamente, pero en EH Bildu sí preocupa que desde «ciertos aparatos de poder» del Estado español se quiera seguir condicionando la dinámica política vasca con decisiones que pueden limitar el margen de maniobra a los dirigentes políticos de esta formación más comprometidos con el cambio de estrategia que supuso el final de ETA.
En la izquierda abertzale no ha pasado desapercibido el perfil de Pla, su trayectoria y su protagonismo en aquel momento. Su defensa niega los hechos, que se remontan a unos papeles que fueron incautados a Javier López Peña, 'Thierry', en su detención en Burdeos en marzo de 2008. Un día después de esta caída fue detenido en esta ciudad el mismo Pla junto a tres de sus colaboradores de máxima confianza: Ainhoa Ozaeta Mendiondo, Igor Suberbiola y el exparlamentario de Batasuna Jon Salaberria.
'Línea dura'
En el seno de Euskal Herria Bildu se insiste en la idea del 'Estado profundo', acuñada en su día por el teórico marxista italiano Antonio Gramsci, para denunciar la existencia de maniobras dentro del propio aparato estatal bajo las directrices de la 'línea dura' incrustada en la Audiencia Nacional y en la cúpula de la Guardia Civil. Sus tentáculos, según esta versión, pretenden mediatizar la dinámica política vasca, condicionar los movimientos de la izquierda abertzale, y sabotear su juego político.
Desde Sortu se atribuyela medida al interés del 'Estado profundo' por frenar los cambios en la dinámica política vasca
Según las fuentes consultadas, el movimiento de Pla no va a truncar la apuesta de la izquierda abertzale por participar en la política democrática, más allá de que Pla perteneciera a la última dirección de ETA. La organización terrorista se ha disuelto, con todas las consecuencias. Pero sí puede dar aire a los sectores más reticentes a dar pasos más audaces. Una dinámica particularmante sensible en el mundo de Sortu, en donde los referentes más posibilistas siempre han librado un pulso con quienes procedían de Ekin y simbolizan el tarro de las esencias. Su principal impacto podría darse en el ámbito de los presos, desde donde hace meses la izquierda aber-tzale busca y tantea estrategias que precipiten cambios en la política penitenciaria.
Pla fue detenido cuando acudía a la comisaría de Hendaia en base a una orden judicial, tras la reactivación de una petición de extradición de la Justicia española, que le quiere sentar en el banquillo para juzgarle por una cita clandestina de la banda en Las Landas en mayo de 2008. Su defensa argumenta que en esa fecha, Pla no podía encontrarse allí, al haber acudido a una prisión parisina, junto a su hijo Ai-tzol, para hacer una visita a su compañera, Kizkitza Gil San Vicente, entonces encarcelada.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión