Homenaje al exministro socialista Ernest Lluch asesinato por ETA. EFE

Cataluña homenajea a Lluch en el 25º aniversario de su asesinato: «Quienes pasan a los libros de historia son los buenos»

El Govern y el Cercle d'Economia rinde tributo al exministro socialista asesinado por ETA

Cristian Reino

Barcelona

Viernes, 21 de noviembre 2025, 16:42

Hoy hace 25 años, ETA asesinó a Ernest Lluch, en el garaje de su casa, en Barcelona. Un terrorista le disparó dos tiros en la ... cabeza. Ministro de Sanidad en el primer Gobierno del PSOE, catedrático de Historia de las Doctrinas Económicas y dirigente socialista. El Govern catalán y la sociedad civil le han rendido este viernes sendos actos de recuerdo y tributo. No han sido los únicos. Días atrás, el Ayuntamiento de Barcelona puso su nombre a un ambulatorio de la ciudad. Se unía a una larga lista: un total de 85 espacios públicos, entre centros sanitarios, institutos, bibliotecas o plazas de Cataluña llevan su nombre.

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El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha reivindicado la figura de quien como él fue ministro de Sanidad del Gobierno español. Illa ha descrito a Lluch como un garante de la «palabra», la «razón» y la «verdad», hoy más necesarias que nunca, según Illa, frente al ruido, la fuerza y mentira. «Defender la verdad es un deber democrático», ha asegurado. Ha calificado al exministro como uno de los «grandes» del socialismo catalán, español y europeo y ha reclamado mantener sus principios: «Máxima libertad , máxima fraternidad y máxima equidad para la gente que vive en sociedad».

El Govern casi en pleno ha homenajeado a Lluch, con un acto en el Palau de la Generalitat, presidido por Salvador Illa y la vicepresidenta de la Comisión, Teresa Ribera, que ha asegurado que Lluch sigue siendo un «referente intelectual, moral y político» y que su compromiso con la «justicia social» aún marca el horizonte para muchos dirigentes actuales. Ha reivindicado la defensa de la libertad y de la palabra, porque «mientras se habla no se mata», ha parafraseado. Fue una «víctima valiente», ha señalado, «asesinada por su inquebrantable defensa de la paz y la libertad». A su juicio, su legado es actual, es un referente para reclamar diálogo y pensamiento crítico. «Nuestro reto es estar a la altura de su legado», se ha conjurado. «Honrar su memoria es defender la política como servicio, defender el estado del bienestar, la verdad y la palabra y no rendirse a las mentiras», ha rematado.

También ha intervenido la hija del exministro asesinado, Eulalia, que cree que es un «éxito» de la sociedad que su padre sea recordado. Porque «quienes pasan a los libros de historia son los buenos», ha señalado. Los que le mataron, la «gentuza» que le asesinó, ha proclamado, «nadie se acuerda de su nombre». «Los que quedan en el olvido son los malos», ha insistido.

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Mientras, el Cercle d'Economia, influyente lobbi empresarial catalán, le ha dedicado un homenaje en su sede barcelonesa. Cuando Lluch fue asesinado, era vicepresidente de la fundación de esta entidad y además fue su primer secretario general. Al acto han asistido, entre otros, el excomisario de la UE y exministro socialista, Joaquín Almunia; así como Antón Costas, expresidente del Cercle y presidente del Consejo Económico y Social de España; Rosa Lluch y Joan Majó, presidente de la Fundación Ernest Lluch.

Almunia ha mostrado su «admiración» por quien fue su compañero en el Gobierno de Felipe González y ha considerado «fundamental» transmitir a las nuevas generaciones sus valores como político y como persona, su capacidad de diálogo y su convicción en la importancia de «cuidar a las personas». Ha destacado que era un dirigente «extraordinariamente querido», culto y con un delicado sentido del humor, «imprescindible», ha señalado, para aguantar en la vida política.

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«¿Por qué le recordamos hoy?, ¿sólo porque le asesinaron? Hay algo más. Impulsó un legado moral e intelectual que hoy tiene más vigencia que nunca», ha señalado Antón Costas. La actual presidenta del Cercle, Teresa Garcia-Milà, ha señalado que Lluch creía en «la fuerza de las ideas y en la capacidad de las palabras, con un diálogo honesto y valiente».

Jordi Alberich, exdirector general de la entidad, ha señalado que «todo el mundo lo sentía como suyo e influía mucho más de lo que se percibía». «Hoy no haría un análisis simple de lo que está pasando. Como conocedor de la condición humana intentaría que viéramos que el hundimiento político no es el problema, sino la manifestación de algo más profundo», ha aseverado.

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