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Las autoridades guardaron un minuto de silencio durante el acto de inauguración del nuevo Centro Memorial. efe

Una visita real con distancia social

De lejos, bajo un fuerte cerco policial, Vitoria recibe al rey Felipe VI también entre protestas de las víctimas de la represión franquista

jorge barbó

Martes, 1 de junio 2021, 22:02

Clara, Agapita, Alfonso, Jefferson, Maialen y un centenar de vitorianos más acudieron este martes a recibir a los Reyes con motivo de la inauguración del flamante Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo ... . Apenas los pudieron distinguir de lejos. Un fuerte cordón policial blindó a los monarcas, al presidente del Gobierno y al resto de autoridades que recalaron en la capital vasca. La de este martes fue una visita real con mucha distancia social.

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Una hora antes de la llegada prevista de los monarcas, el entorno del edificio de Correos respiraba un infrecuente ambiente patriótico que se antojaba hasta exótico. Alguien había repartido por allí una docena de banderitas españolas que un muchacho agitaba de tres en tres, como si estuviera emitiendo señales náuticas. También alguno que otro llevaba una de esas mascarillas bordadas con la rojigualda que, de tan poco usada, se diría que era de estreno. «Pues no, normalmente no me la pongo para ir por la calle porque después pasa lo que pasa: mira lo que le hicieron al chaval ese del PP el otro día», reconocía un joven, en referencia al ataque que sufrió el exconcejal popular Iñaki García Calvo el pasado sábado en pleno Casco Viejo.

Vídeo. Inaugurado el Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo en Vitoria. ep

A su lado, Amaia, María Antonia y Begoña se quejaban por lo lejos que los agentes de la Ertzaintza les habían obligado a situarse, a unos cien metros del acceso principal del nuevo museo, desde donde casi ni se escuchó el aurresku de honor. «Es una vergüenza, en otras ciudades va el Rey y la gente se puede acercar mucho más, incluso a saludar, aquí no le dejan. Se va a llevar una sensación horrible y va a pensar que en Vitoria no le queremos», lamentaba, toda atribulada, una de las señoras.

Insultos a Sánchez y Marlaska

Puntuales, a las 12.45 horas, sus Majestades aparecieron a lo lejos. La figura del Monarca, su 1.98 de estatura, apenas se intuía entre los escudos y los cascos de los policías y, más allá, del enjambre de corbatas que le rodeaban. Con todo, Felipe VI saludó a los allí congregados, que respondieron a coro con gritos de «¡Viva el Rey!». Los vítores se encadenaron con insultos al presidente Pedro Sánchez -«Felón», llegó a gritar alguien sin encontrar réplica del personal: parece que el rebuscado improperio no terminó de calar-. También se pidió con especial ahínco la dimisión del ministro del Interior, Fernando-Grande Marlaska.

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El tono de las ovaciones monárquicas contrastaba con los abucheos que llegaban desde el otro extremo de la plaza de Correos, donde se concentraba la plataforma Memoria Osoa -está representada la Asociación de Víctimas 3 de Marzo-, cuyos miembros enarbolaban banderas republicanas. Sus portavoces se dolían por la falta de representación de las víctimas de la represión franquista en el nuevo centro, dedicado a las del terrorismo, y criticaban a las instituciones vascas por actuar «con incoherencia por sentarse en el patronato» del Memorial. Allí estaban representadas las 'dos Españas', a escasos 50 metros y separadas por un fuerte cerco policial.

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