Hace unos días, durante una reunión de trabajo en una sede de EH Bildu, los presentes pudimos observar cómo un destacado miembro de EA trabajaba ... concentrado en su ordenador. Era la misma persona que la víspera había comparecido en Bilbao en el primer acto público de los críticos a Pello Urizar por el papel de EA en la refundación de EH Bildu. Al verle tan normal en el mismo edificio por el que a la misma hora pululaban representantes de Sortu o Aralar, me vino a la cabeza una reflexión: la de por qué esos críticos de EA son tan recelosos con la nueva estructura de la coalición abertzale cuando en su día a día se les ve trabajando en armonía. Desde entonces, el pulso parece enconarse cada día que pasa. Los discrepantes siguen realizando actos y sumando apoyos, mientras el sector oficial de Urizar, tras unas dudas iniciales, quizás sorprendidos por la irrupción pública de la otra corriente, comienzan también a organizarse y concitar adhesiones para el congreso de los próximos 3 y 4 de junio en San Sebastián.
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Transcurridas dos semanas desde que cada parte empezó a mostrar sus cartas, lo cierto es que cuesta apreciar dónde están las divergencias respecto a cómo debe conformarse la EH Bildu del futuro, más allá de alguna enmienda que amaga tímidamente con salirse de la coalición para luego volver con el refrendo de las bases. Muchos de los integrantes del sector crítico, como Maiorga Ramírez o Unai Ziarreta, han trabajado en estos años codo con codo con los dirigentes de la izquierda abertzale, Aralar, Alternatiba o los independientes. Y son conscientes -nadie en la formación parece negarlo- de que su futuro político sigue pasando por esa unidad de acción apreciada por el llamado voto periférico, en este caso en el espectro soberanista, y que garantiza a la formación de la hoja una importante representación institucional. Hasta ahora, lo único claro es que la discusión en EA parece centrarse en si los pasos dados por la dirección de Urizar en el marco del proceso de refundación de EH Bildu han sido más o menos consensuado en el seno del partido de la hoja. Un debate, ciertamente, interesante y a aclarar. Más dudas hay sobre si esa discusión es motivo suficiente para abrir una batalla interna del calibre de la que se avecina en estas próximas dos semanas.
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