Los verificadores ultiman los flecos del desarme de ETA en sus horas decisivas
Esperan que entregue «la práctica totalidad» de armas, aunque asume que hay zulos perdidos
JORGE SAINZ
Jueves, 6 de abril 2017, 06:47
A solo 48 horas del día del desarme, el proceso entra en sus horas decisivas. La Comisión Internacional de Verificación ya ha trasladado a varios de los «agentes implicados», como el Gobierno Vasco, que todo va «por buen camino», aunque asume que hay zulos y armas perdidas que ETA ya no controlaría y que no se podrían entregar. En todo caso, el grupo de Ram Manikkalingam tiene confianza en que ETA se va a desarmar el sábado «en su práctica totalidad» y sin margen para las dudas, según fuentes conocedoras de los entresijos de la situación. Los facilitadores ultiman la entrega efectiva a las autoridades francesas de las coordenadas de todos los zulos y arsenales, que podría producirse en Pau, aunque nadie confirma este extremo. Posteriormente, será la Policía gala quien certifique si se ha desprendido de todo el material que controla. La propia ETA prevé en las próximas horas, antes del acto del sábado, declararse «organización desarmada».
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Las últimas declaraciones de distintos representantes del Gobierno Vasco, como su portavoz, Josu Erkoreka, pidiendo «credibilidad» al desarme, o el responsable del área de paz, Jonan Fernández, que dijo ayer que «el desarme no se podrá completar al cien por cien este sábado, sino posteriormente», han dejado en el aire ciertas dudas. No obstante, los verificadores han transmitido que se sigue avanzando, según los medios consultados. En este sentido, no tienen dudas de que las armas y explosivos que se pondrán pasado mañana en manos de los jueces y policías galos constituirán la práctica totalidad de los arsenales de ETA, más allá de que algún escondite quede perdido al no poder ser localizado por la banda y no pueda entregarse oficialmente.
Los verificadores se personarán ante las autoridades, probablemente unas pocas horas antes de los actos organizados por los intermediarios civiles del desarme, conocidos como 'artesanos de la paz', que arrancarán el sábado a las 10.30 de la mañana y culminarán con la gran concentración a las tres de la tarde en Baiona, donde se anunciará el final del proceso durante una concentración que se prevé multitudinaria. La parte técnica, en la que se facilitarán a las autoridades francesas las geolocalizaciones, se desarrollará no obstante de forma discreta, sin luz ni taquígrafos. El denominado Grupo de Amsterdam está convencido de que el proceso culminará con éxito y no se repetirá el fiasco de febrero de 2014, cuando la primera entrega de armas, en un vídeo grabado en Toulouse, no solo no convenció a la opinión pública sino que llevó a los verificadores a tener que declarar en la Audiencia Nacional. En esta ocasión, la comisión de verificación quiere rematar bien el proceso para salvaguardar tanto su prestigio como su credibilidad.
Trabajo posterior
En principio, el grupo de Manikkalingam cuenta con el apoyo del Gobierno Vasco. Su secretario general para la Paz y la Convivencia, Jonan Fernández, reconoció ayer que el proceso de «confirmación y verificación» que el Ejecutivo autonómico pretende realizar sobre el desarme de ETA «no se podrá completar» el sábado, por lo que será necesario efectuar un trabajo «posterior». Fernández se limitó a afirmar que la «preocupación» del gabinete de Iñigo Urkullu se centra en que «las cosas vayan bien» y que el análisis se realizará «en su momento».
Por su parte, los intermediarios civiles del desarme siguen ultimando los actos del sábado. Los denominados 'artesanos de la paz' buscan colaboradores para organizar las distintas actividades y garantizar la seguridad, y piden también contribuciones económicas para hacer frente a los gastos que suponen la organización de las jornadas.
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