Doce asesinatos de ETA podrían ser juzgados como crímenes contra la humanidad
Algunos de ellos fueron cometidos en Francia
efe
Viernes, 10 de julio 2015, 15:22
Doce asesinatos de ETA, algunos de ellos cometidos en Francia, podrían ser juzgados como crímenes contra la humanidad después de que el juez de la Audiencia Nacional Juan Pablo González haya abierto una investigación a la cúpula de la banda por ese tipo de delitos en concurso con asesinato o secuestro. Unos delitos que hayan sido perpetrados desde el 1 de octubre de 2004, cuando entró en vigor en España esa figura delictiva, hasta la actualidad.
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Durante ese tiempo ETA ha acabado con la vida de doce personas. Dos guardias civiles, Carlos Saenz de Tejada y Diego Salvá, fueron las últimas víctimas mortales de la banda en España, en un atentado cometido el 30 de julio de 2009 en la localidad de Palmanova, en el municipio mallorquín de Calviá.
Sin embargo, la última acción mortal de la banda se produjo el 16 de marzo del año siguiente en la localidad francesa de Dammarie-lès-Lys, cerca de París, cuando murió en un tiroteo Jean-Serge Nèrin, el único policía francés víctima de ETA en toda su historia.
Desde octubre de 2004 a diciembre de 2006 ETA no causó ninguna víctima mortal, aunque perpetró numerosos atentados sin fallecidos.
Fue el 30 de diciembre de ese último año cuando la banda hizo estallar un coche bomba cargado con más de 200 kilos de explosivos en un aparcamiento de la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas, que causó la muerte de dos ciudadanos ecuatorianos, heridas a otras diecinueve personas y enormes daños materiales. El atentado supuso la ruptura de hecho, y sin previo aviso, del alto el fuego permanente de la banda, aunque hasta el 6 de junio siguiente la organización no lo dio por finalizado.
El 1 de diciembre de 2007 tres etarras asesinaron a la salida de un centro comercial de Capbreton, en el departamento francés de las Landas, al agente de la guardia civil Raúl Centeno y dejaron en estado crítico a su compañero Fernando Trapero, quien murió el 5 de diciembre en un hospital de Baiona. Los guardias civiles, que hacían labores de investigación antiterrorista e iban desarmados, coincidieron con los terroristas en la cafetería del centro. Cuando los agentes se disponían a montarse en su vehículo para abandonar el lugar, los etarras dispararon contra ellos y luego se dieron a la fuga.
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El 7 de marzo de 2008, dos días antes de las elecciones generales, el exconcejal socialista en Arrasate Isaías Carrasco fue asesinado a tiros por un miembro de ETA.
Apenas dos meses después, el 14 de mayo, el agente de la Guardia Civil Juan Manuel Piñuel Villalón fue asesinado y otros cuatro miembros del instituto armado resultaron heridos -uno grave y tres leves- por la explosión de un coche bomba junto a la casa cuartel de la Guardia Civil en Legutiano.
El 22 de septiembre, también en 2008, murió el brigada del Ejército Luis Conde de la Cruz por la explosión de un coche bomba en la localidad cántabra de Santoña. Ya el 3 de diciembre de 2008 fue asesinado a tiros en Azpeitia el empresario Inaxio Uria.
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Las últimas víctimas del terrorismo etarra en España se produjeron en 2009. El 19 de junio de ese año la explosión de una bomba-lapa colocada en su automóvil acabó con la vida del policía nacional Eduardo Puelles en Arrigorriaga.
El 5 de septiembre de 2010, ETA anunció su decisión de "no llevar a cabo acciones armadas ofensivas", y el 10 de enero de 2011 la banda declaró un alto el fuego permanente.
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