Cuatro planes en barco para disfrutar de la brisa y el paisaje de la costa vasca

Coge la pamela porque salimos al mar. O la visera, si tiendes al estilo deportivo. Y échate una buena capa de crema... la brisa tuesta la piel. Aprovecha estos meses en los que el Cantábrico, perezoso, mece con menor intensidad el casco del navío. Por suerte, no será de cáscara de nuez ni adornado con velas de papel, como el de la canción, pero obedecerá a las olas, acomodándose a su arrullo. Hay propuestas para amantes de la naturaleza, la historia, el lujo…

La iniciativa Territorio Elkano invita a embarcar no solo con la idea de que des una vuelta en barco, sino de conocer cómo se gestó una de las mayores aventuras navales, la vuelta al mundo del navegante guipuzcoano. ¿Por qué un vasco fue el primero en circunnavegar el planeta? ¿Qué técnicas de desarrollo industrial existían en la zona para hacerlo posible? ¿Cuáles son los detalles de este viaje extraordinario que cambió el rumbo del mundo? A todo responden.

«Con estas travesías ponemos en valor nuestro entorno, cultura, historia y naturaleza, usando como hilo conductor el patrimonio marítimo y la figura de Elkano. Él es el reflejo de una sociedad estrechamente vinculada a la mar», señalan los organizadores. Puedes reservar en https://www.begi-bistan.com/territorio-elkano/. Para julio y agosto. Miércoles y domingos. En euskera o castellano. La ruta total dura tres horas, con salida y llegada al puerto de Zumaia, pasando por los de Getaria y Orio. Pero es posible inscribirse en viajes de 45 minutos (de Zumaia a Getaria, Getaria a Orio, Orio a Getaria o Getaria a Zumaia) y de 90 minutos (de Zumaia a Orio; Orio a Zumaia y Getaria a Getaria, con parada en Orio). Por opciones, que no falten.

«El mar, que ha condicionado y caracterizado el desarrollo de nuestros pueblos en términos socio-económicos y culturales, ofrece la oportunidad de revisitar y redescubrir una historia común, un pasado en el que compartimos la necesidad primaria de salir al mundo en busca de un sustento que nuestra tierra no garantizaba y que derivó en la articulación de una industria naval de las más punteras hasta el siglo XVIII», adelantan.

Un lujo para los sentidos, eso es la siguiente propuesta. Medio día a bordo de un velero. «Tanto la arquitectura de la zona como la orografía de la costa convierten las salidas en un plan inolvidable. El viajero se hace una idea fantástica de lo que es nuestro litoral. Es tal el espectáculo, que el tiempo pasa volando», promete Alejandro Zuazola desde Marmitako Sailing (https://marmitakosailing.com).

El amarre aguarda en el Puerto Deportivo de Getxo. Al salir de la bocana, aparecen el Abra interior, las villas que se arraciman en la costa, los palacios orgullosos de mostrar su poderío. El paseo de Zugazarte, las residencias de la alta burguesía firmadas por los arquitectos más famosos de la época en la que se levantaron... «Es una buena forma de acercarse a la vida marinera para aquellos que quieran iniciar el manejo básico de un velero, o solo busquen pasar un buen rato navegando silenciosamente», asegura antes de mencionar el resto de postales que descubrir desde la cubierta. El Puerto Viejo de Algorta, la playa de Ereaga, la de Arrigunaga...

«Llegados a Punta Galea, avistaremos la playa de Gorrondatxe Azkorri, los majestuosos acantilados de La Salvaje en Sopela», detalla. Tocará poner rumbo de regreso «con una sensación de relax que dura aún en tierra, tras conocer el litoral. el Flysch y el Puente de Bizkaia, patrimonio de la humanidad».

Hablaremos de los datos prácticos, pero aquí lo importante son los encuentros 'fortuitos' que persigue esta cita. Ballenas picudas, «nuestras entrañables 'gorditas', es rara la salida que no nos cruzamos con ellas; pueden bajar a 2.900 metros de profundidad y aguantar dos horas y diecisiete minutos sin respirar», aseguran desde Ver Ballenas (https://verballenas.com). Rorcuales comunes, el segundo animal más grande del planeta, acompañados normalmente de aves marinas que, junto con su soplo alto y vertical, delatan la presencia. Ballenas azules, el número uno en cuanto a tamaño, «ver su cola, del tamaño del ala de un avión pequeño, sobrecoge». Yubartas, con su amplia variedad de cantos y silbidos bajo el agua y una curiosa costumbre, sacar su gran aleta al sumergirse e incluso saltar fuera del agua.

También hay cachalotes, «la temporada pasada tuvimos un maravilloso encuentro con cinco que descansaban en la superficie del agua. Cuando llegamos a ellos, respetando una distancia de seguridad de cien metros, se mostraron curiosos, acercándose y sacando su gran cabezón para mirarnos. Mostraban marcas de ventosas, hechas durante sus 'batallas' en las profundidades con los calamares gigantes de los que se alimentan». Calderones, «es raro el día que no vengan a curiosear y hacer 'pedorretas' con su espiráculo». Delfines, los más juguetones. Bonitos del norte, tortugas laúd y bobas, focas grises…

Si esto no te resulta atractivo, no sabemos qué te puede hacer gracia. De julio a octubre. Durante unas 8 o 9 horas. Desde Bermeo o Santurtzi. Para conocer ecosistemas marinos como el borde de los cantiles, los profundos barrancos. De manera muy respetuosa con el medio ambiente y con un interesante seminario que se celebra el día anterior a la salida, para saber identificar lo que vayas a ver. ¡Un verdadero planazo!

Opción más arregladita de precio y de travesía, tiene mucho éxito ya que oferta paseo agradable sobre el mar. Existen dos joyas entre las que elegir. La primera, la 'Ruta marítima de Elantxobe', divisa la costa de Urdaibai, partiendo de Bermeo y pasando por la isla de Izaro, el Cabo Ogoño, Elantxobe y Mundaka. «El enigmático islote, las inaccesibles cuevas del cabo o los pintorescos pueblos harán que no olvides fácilmente el día», apuesta Juan Etxebarria, desde Hegaluze (https://hegaluze.com/). El viaje está recomendado para familias con niños e incluye audioguía gracias a la que no perder detalle de todo lo que se ve. Funciona en julio y en agosto, los martes, viernes y domingos a las 12:00 y miércoles, jueves y sábado a las 17:00 horas; en septiembre y en octubre, los sábados a las 17:00 y domingos a las 12:00 horas.

También para todos los públicos recomiendan la segunda, la 'Ruta de San Juan de Gaztelugatxe'. Durante una hora, acerca al enclave natural más visitado del País Vasco. «Emblemático y mágico espacio, se parte del puerto pesquero de Bermeo donde, una vez realizada la actividad, es buena idea degustar la exquisita gastronomía en alguno de los establecimientos junto al punto de embarque», recomienda. La ruta: Bermeo, Cabo Matxitxako, Peñón de Akatz, Gaztelugatxe y regreso. ¿Cuándo?: en julio y agosto, martes, viernes y domingo a las 12:00 y miércoles, jueves y sábado a las 17:00 horas; y en septiembre y octubre, los sábados a las 12:00 y los domingos a las 17:00 horas.

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