Nos levantamos, nos aseamos, desayunamos y salimos a comprar. No vemos al que ha dormido en el suelo, se ha lavado en la fuente, desayunado ... lo que le da el contenedor y no sale a la calle porque pasa en ella las 24 horas del día. Cambiamos de acera sin pensar que mañana podemos ser uno de ellos. Estas líneas no servirán de nada, pero quizá alguno se anime a ayudar a estas personas sin suerte.
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión