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La EHU, faro de la investigación en Euskadi

Carlos Matute Almau

Catedrático de la UPV/EHU. Presidente de la Sociedad Española de Neurociencia

Jueves, 4 de diciembre 2025, 01:00

La Euskal Herriko Unibertsitatea (EHU) es, sin duda, el gran motor del conocimiento en Euskadi. De sus aulas y laboratorios surgen alrededor de dos tercios ... de toda la producción científica vasca, un dato que refleja con claridad su peso decisivo en el sistema de ciencia, tecnología e innovación del país. Sin embargo, este liderazgo contrasta con una realidad difícil de justificar: la financiación que recibe del Gobierno Vasco representa menos de la cuarta parte de los recursos públicos destinados a investigación en Euskadi.

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Este desequilibrio no es una mera cuestión administrativa o presupuestaria. Es un problema estructural que pone en riesgo el desarrollo sostenido de la generación de conocimiento en Euskadi y la estabilidad del ecosistema científico. La EHU no es solo una institución académica pública, es el principal vivero de talento del país, el espacio donde se forman científicos, ingenieros, médicos, juristas, humanistas y docentes que sostienen la economía y la cultura vasca. Es también la institución que asume buena parte de la investigación básica, esa que nunca sabes con seguridad si, o cuándo, encontrará una aplicación directa, pero sin la que ningún progreso tecnológico ni social sería posible. De ella nacen los cimientos sobre los que después innovan empresas y centros tecnológicos.

Además, la Universidad pública mantiene infraestructuras científicas abiertas al tejido productivo, forma a personal altamente cualificado para la industria y garantiza algo fundamental: que el acceso al saber no dependa del nivel económico ni del lugar de origen. Es uno de los principales motores de cohesión social y territorial, y su impacto va mucho más allá de los campus. Una EHU potente no solo genera conocimiento, lo redistribuye, multiplica y convierte en oportunidades reales de desarrollo.

Invertir en la Universidad pública no es un gasto: es la inversión más rentable a medio y largo plazo. Las sociedades que más crecen, innovan y se internacionalizan son las que fortalecen sus universidades y las integran en su estrategia de país. No se trata solo de mantener los proyectos actuales, sino de ofrecer a las nuevas generaciones de investigadores condiciones dignas, estables y competitivas para que puedan desarrollar aquí su talento sin verse obligados a emigrar. Y también para atraer a investigadores del más alto nivel, que encuentren en la EHU un entorno sólido, bien financiado y científicamente estimulante.

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La ciencia básica, tantas veces relegada por no generar retornos inmediatos, no es un lujo prescindible. Es la base sobre la que se construyen los avances médicos, tecnológicos, ambientales y sociales que transforman nuestro modo de vivir. Renunciar a ella es renunciar al futuro.

Euskadi se ha fijado metas ambiciosas en su Estrategia de Ciencia e Innovación: incrementar la inversión, internacionalizar la investigación, fortalecer las capacidades tecnológicas y atraer talento global. Ninguna de estas metas será alcanzable sin una EHU fuerte, bien financiada y con proyección internacional. La Universidad ha demostrado sobradamente su capacidad de gestión, su apertura a la colaboración con el tejido productivo y su compromiso con la sociedad. Ha hecho mucho con recursos limitados y mantiene un prestigio creciente en rankings, proyectos europeos y redes científicas. Pero ninguna institución puede sostener indefinidamente un liderazgo científico mientras se la financia de manera desproporcionadamente baja respecto a su contribución real.

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Resulta urgente que el Gobierno Vasco reconozca el papel estratégico de la EHU y ajuste su financiación a su aportación efectiva dentro del sistema vasco de ciencia. La Universidad pública pide un trato justo y coherente con su función social. Una financiación adecuada no solo reforzaría la capacidad investigadora, sino que permitiría consolidar plantillas, modernizar infraestructuras, mejorar la captación de talento internacional y asegurar que Euskadi siga siendo un territorio que apuesta por el conocimiento a escala global.

Porque sin una Universidad pública fuerte y bien sostenida no hay investigación sólida, ni innovación que transforme la economía, ni progreso que asegure el futuro. Y porque, en definitiva, una Euskadi que aspire a ser referente en conocimiento no puede permitirse tener su principal faro encendido a medias. La EHU es ese faro. Ahora falta la decisión política de alimentarlo con la energía que le corresponde. Zientzia gabe, etorkizunik ez. Sin ciencia no hay futuro.

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