Expectación por las obras de Luzuriaga

El contenido de este se centra en la «estructura básica diseñada» para el edificio que ideó en la década de los cuarenta del siglo XX Ricardo Olarán. Así lo manifestó el alcalde, Teo Alberro, quien señaló que esta apuesta por la construcción erigida en la calle Eskalantegi, así como el hecho de ofrecer la conferencia en la parroquia, forman parte del empeño de su Gobierno «por recuperar espacios que siempre han formado parte del ecosistema de los antxotarras».

A continuación, los trabajadores de Vaumm fueron desvelando, con ayuda de planos y un vídeo animado, cómo serán las dependencias que en otro tiempo albergaron las oficinas de la empresa Luzuriaga. Entre las actuaciones que se contemplan, destaca, por un lado, la eliminación del relleno realizado entre la carretera y la planta inferior, «para que entre luz natural y se pueda apreciar el edificio en toda su dimensión». Y por otro lado, la construcción de núcleos de escalera y ascensores en la fachada posterior, «dejando el interior libre» para aprovechar al máximo la superficie útil. También se proyecta una pasarela que comunicará la cubierta/terraza de Luzuriaga con el área natural de la parte trasera.

Su entrada principal se situará en el cuerpo central del edificio, cuya fachada se conservará su imagen original. Lo primero que se encontrarán quienes accedan a su interior será una especie de plaza definida como el «corazón» del inmueble. Desde esta se accederá la biblioteca, la zona deportiva, el albergue y el resto de espacios.

«La idea es que todo sirva para todo», señalaba uno de los arquitectos, que ponía el acento en la flexibilidad de las instalaciones. «Se ha buscado la polivalencia», aseguraba el concejal de Urbanismo, Iraitz Pazos. A su juicio, Luzuriaga es «una oportunidad para Antxo», aunque admitió que no va a solucionar todas las necesidades de este distrito.

El público preguntó por su sostenibilidad y la posible colocación de placas fotovoltaicas. «Entendemos la sostenibilidad de otra forma, desde el punto de vista de que tenga un uso continuo de 8:00 de la mañana a 8:00 de la tarde», respondió uno de los arquitectos.

El albergue también despertó curiosidad. Pazos señaló que, pese a que tendrá precios «asequibles», será un recurso que contribuirá al alto coste de mantenimiento de toda la construcción. Su gestión global se abordará en un proceso participativo previsto para febrero de 2024. El concejal explicó, además, que la mayor parte del dinero aportado por el Gobierno de España –cerca de 4 millones de euros– deberá gastarse antes de final de 2024. El correspondiente a la indemnización de ETS por el derribo de la Azoka tiene de plazo hasta 2026.

A pesar de que se había barajado la posibilidad de habilitar en el interior de la construcción el ambulatorio de Osakidetza, que desde hace más de una década ocupa de forma provisional unos pabellones, finalmente esta opción «se ha descartado». «El edificio se destinará solo a usos culturales. El ambulatorio deberá ir en la segunda fase de viviendas de Luzuriaga. Este no es el espacio apropiado», declaró el teniente de alcalde Mikel García.